Al acabar «El hilo invisible» tuvimos las mismas sensaciones que al ver en su día «Pozos de ambición»; cinta interesante de menos a más que tarda en arrancar para ofrecer un tramo final destacado y magnífico. Puro cine. Y es precisamente esa irregularidad la característica principal de Paul Thomas Anderson, un realizador al que no se le puede negar un evidente talento y algunas soluciones cinematográficas espectaculares pero que en múltiples ocasiones se pierde en circunloquios innecesarios, tramas demasiado largas y un manierismo mezclado con algo de postmodernismo en su puesta en escena que puede acabar resultando irritante.

«El hilo invisible» es puro P.T. Anderson, con uno de esos personajes obsesionados con su trabajo, un ser genial pero con evidentes problemas psíquicos y odio a sus semejantes. Un visionario que supedita su propia felicidad reafirmando su carácter en lo que crea. Gente que retrata a la perfección Anderson, como los pioneros del porno en «Boogie nights», unos cuantos de los personajes de «Magnolia», el buscador de petróleo en «Pozos de ambición» o el líder religioso de «The master». Tipos excesivos, solitarios, egocéntricos y con una visión casi redentora de sus obras que vuelcan el tormento interior que sufren en sus respectivos trabajos. Películas enfocadas a retratar la psicología de esos atribularios seres y que como es normal, el protagonista destaca sobre el resto del plantel. Para ello ha encontrado la «horma de su zapato» en Daniel Day Lewis, también en Joachim Phoenix, actores de carácter que preparan casi con tanta minuciosidad al personaje que consiguen una interpretación perfecta. Day Lewis tiene en su poder tres Oscar de Hollywood («Mi pie izquierdo», «Pozos de ambición» y «Lincoln») y no estamos hablando del favorito para el cuarto por la caracterización de Gary Oldman en «El instante más oscuro» (https://rockthebestmusic.com/2018/02/el-instante-mas-oscuro-joe-wright.html), aunque esta nos parezca mucho más compleja y más complicada de sacar adelante. No en vano, visto lo que le cuesta meterse en la piel de sus creaciones, Daniel Day Lewis ha decidido retirarse del cine de manera indefinida.

En esta ocasión se convierte en un modista londinense cuyos vestidos traspasan fronteras, vistiendo tanto a las más ricas mujeres inglesas, princesas o aristócratas europeas. Un hombre que eleva su campo casi al arte, decidiendo como un demiurgo quien es digna de llevar sus prendas, como se puede ver en una secuencia que es reveladora del elevado concepto que tiene el tan Reynolds Woodcock de sus colecciones y donde obliga a una mujer a que le devuelva un vestido visto el impresentable comportamiento de la mujer en un acto público. Todo ese don queda matizado por su vida privada, sometido al fantasma de su madre muerta (de ahí el título original «Phantom thread») y su controladora hermana con la que regenta el taller donde solo trabajan mujeres. La llegada de una amante, obnuvilada por tan arrolladora personalidad y luego desplazada e ignorada entre los muros de la casa empiezan a desencadenar lo peor del carácter del sastre, mientras la joven pergeña un plan que consiga merecer tanta atención ella como su trabajo. Intentaremos no desvelar mucho más del argumento, ya que el guion del propio Anderson va avanzando y haciendo que la pareja vaya evolucionando su personalidad, con un último acto grandioso y con momentos anteriores maravillosos como el antes referido con la mujer borracha, la conversación entre Alma y la princesa belga o el cortejo de Reynols a Alma. El problema es que dentro de las dos horas y diez minutos de metraje, la primera hora tiene demasiados altibajos y en unos cuantos pasajes resulta plúmbea, con unos silencios y lugares comunes que no ofrecen nada, salvo aburrimiento, ya que reincide de forma abusiva sin plantear nuevas aristas al carácter del protagonista y que parece que solo es un momento para el lucimiento como actor de Daniel Day Lewis, un torbellino ante el que Vickie Krieps y Leslie Manville quedan eclipsadas a pesar de su correcta interpretación, como sucede con la fotografía, el vestuario o la desconcertante banda sonora de Jonny Greenwood, donde mezcla el piano o el cuarteto de cuerda, con música contemporánea y la orquesta con melodía más clásica. Las cosas de Paul Thomas Anderson, con sus puestas en escena tan desconcertantes y excesivas como sus largometrajes.

EL HILO INVISIBLE – Paul Thomas Anderson

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Anora

Anora

Sean Baker es un director muy particular. No es muy radical en sus propuestas pero es lo suficientemente raro como para que al gran público se le atraganten sus propuestas. Me gustó bastante su The Florida project (2017) en el que nos mostrabaj una mirada bastante...

Here (Aquí)

Here (Aquí)

Debo reconocer que la idea de narrar la historia de varias familias que han vivido en la misma casa en distintas épocas sin mover la cámara me parece muy atractiva. Una idea que ya estaba en la caótica novela gráfica de Richard McGuire, cierto, y que Robert Zemeckis...

La franquicia

La franquicia

No es sencillo conseguir una sátira que tenga sentido del humor pues lo habitual es que las intenciones queden en un estrato superior que el resultado. En los últimos años uno de los que lo han conseguido fue Armando Ianucci con "La muerte de Stalin" que con un...

Here (aquí)

Here (aquí)

Robert Zemeckis es un director infravalorado, considerado como discípulo de Spielberg ha unido siempre en sus películas los buenos sentimientos (algo naif para algunos) con los efectos especiales, filmando arriesgadas obras como la trilogía de “Regreso al futuro”,...

Todas las criaturas grandes y pequeñas (Temporada 5)

Todas las criaturas grandes y pequeñas (Temporada 5)

A su quinta temporada llega “Todas las criaturas grandes y pequeñas”, serie británica, estrella en el Channel 6 que sigue la estela creada por “Los Durrell”, marcada por los buenos sentimientos y el tono amable. De nuevo, vuelve a lograr un tono notable, tras una...