Con muchas ganas comenzaba la que sería la edición número 17 de nuestro festival, y la gente tenía ganas. Un cartel para el viernes que prometía, donde se esperaban grandes guitarrazos, ritmo, versiones… y una sorpresa que venía de parte de unos de los grandes grupos que nos visitaba.
Así como a las 22:30, “The Frank Blues Band” se hacían paso en ese pedazo de escenario que a todos los que tienen oportunidad de presenciar en cualquier espectáculo toca con su magia, el Auditorio Municipal “Torres Oscuras” así como los chavales que con más ganas que nunca y dando una lección de que el rock&blues no ha muerto entre los jóvenes, mostraron sus credenciales con temas de toda la vida, a lo Savoy Brown con su Helbound Train o los Creedence con Ramble Tamble… sin duda se notaba que tienen buena escuela y aman la buena música, disfrutando de ella y sabiéndola hacer.
Dábamos paso a uno de los platos fuerte de la noche, una voz negra impresionante llena de ritmo, llena de soul. “Manuela y The Soul Show” nos hicieron movernos con ganas. Rindiendo homenaje a los grandes artistas que pertenecieron a la “Motown”, especialmente durante los años 60 y 70, estilazo de música y músicos, los que le acompañaban para dejarnos temas como I Got A Woman de Ray Charles o Supersticions de Steve Wonder, una pasada que nos transportaba a otra época.
Y ahora si, dejándonos el pasado año con la miel en los labios volvían a nuestro escenario a lo grande “Los Brazos” y con un “as” en la manga, no solo para presentarnos su nuevo disco “Gas”, si no, que habían elegido nuestro festival para grabar en directo y más tarde editarlo. Su puesta en escena, como siempre fantástica, potente y aplaudida de principio a fin por los allí presentes que no los dejaban marchar, y es que estos chavales tocan como los ángeles y no había más que escuchar temas como Not My Kind y Boogie, una vez más bailando hasta la madrugada y dejando hueco para lo que se nos viene encima esta noche, donde a partir de las 22:00 horas se espera de nuevo que el mejor rock&blues se quede en Torreperogil.
ROCK&BLUES EN ESTADO PURO PARA EL CIERRE DEL FRANK FESTIVAL.
Con el buen sabor de boca que nos dejaba la noche del viernes y con ganas de más, llegaba el segundo pase de esta décimo séptima edición del Frank Rock&Blues Festival, y no pudo haber mejor manera de cerrarla. Lo que la noche deparaba pocos lo sabían, pero desde el primer acorde hasta el último Torreperogil vibró con el rock&blues más puro que nos podíamos imaginar. Guitarras afiladas que nos dejaban punteos de infarto, un rock ácido que llegó a rozar la psicodélica y que nos transportaba en ocasiones a los años 60.
Y sin rodeos abrían la noche “Dixie Twon” una de las mejores bandas de Blues&Rock y Country achispado que podemos encontrar en el panorama actual, llegaban desde Vigo para arrancarnos las primeras ovaciones de la noche. Con temas como Lost Peter`s Blues o Real Funky Woman llegaron a arañarnos las entrañas con ese blues visceral que sale de dentro y es que llegaron al Frank Festival como una apisonadora y eso se hizo notar. Increíbles estos gallegos.
Llegaba el turno de unos de los grandes, Richard Ray Farrell, un trotamundos que dejó EE.UU. sembrando su cuna de bluesman por gran parte de Europa. Nueve discos en su haber lo convierten en un joker dentro de un género intemporal y universal que no conoce fronteras, el blues. Farrell dejaba en esta segunda noche un sonido personal de de los más puros aires del Delta o del blues-rock más apasionado, siempre en su sitio con su guitarra, con pulcras estructuras que hicieron vibrar a los allí presentes dejándolos con pocas ganas de que esto acabará.
Y si hablamos de lo que cerraba la noche podíamos decir que el diablo vive en el sur, “The Milkyway Express” una apisonadora de sonido, rhyhtm & blues de sangre y tierra. El grupo del que hablan todos y del que deberían hacerlo mucho más a tenor de su directo. Un directo sustentado en 5 componentes: bajo, batería, guitarra (acústica, eléctrica), armónica, pedales y sudor. Southern rock, psicodelia a la que añadieron toques americanos, folk y soul. Canciones épicas, sonido redondo, al que se unen interpretación, empatía y movimiento con el público, y es que estos sevillanos hicieron que este auditorio se agitara de una manera descomunal. En definitiva un espectáculo el cierre del festival que unido a la calidad del sonido, del mágico ambiente y la satisfacción del público podemos decir que esta décimo séptima edición vuelve a ser el mejor homenaje que le podíamos hacer llegar a Frank Peláez porque estamos seguros que él anduvo merodeando en este Auditorio de las “Torres Oscuras”.
Texto: Toni López de Radio Loma
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