En los últimos años, el maravilloso compositor Max Richter se ha empeñado en reinterpretar algunos de sus trabajos más recordados. Labor que comenzó con su soberbia visión de las “Cuatro estaciones” de Vivaldi y que tras su anterior álbum “in a landscape”, regresa con éste “Sleep circle”.

Un disco con el que regresa a lo aportado en “Sleep”, obra compuesta para dormir y que en directo acondiciona el teatro o sala donde se interprete con camas para que el sueño pueda ser lo más reparador posible. Algo extraño e innovador como sucedía con el “Cuarteto de los helicópteros” de Stockhausen donde los ejecutantes tocaban en el aire montado en ese medio de transporte. De hecho, no es el único paralelismo con el músico teutón pues en una ocasión en el Auditorio Nacional de Madrid, escuchando “Telemusik”, el propio Stockhausen nos invitaba a “cerrar los ojos y relajarnos” escuchando su música.
Bien, pues “Sleep circle” es una versión reducida, convirtiendo las más de siete horas del original en tan sólo hora y media pero manteniendo el espíritu y las claves “richterianas” con el que el compositor anglo- alemán nos ha deleitado tanto dentro de la clásica contemporánea como en sus magníficas bandas sonoras.
Su propuesta se divide en diferentes bloques donde podemos observar las claves minimalistas y de estructuras repetidas que le han hecho célebre, con predominio de la cuerda, el piano y los sonidos etéreos, convirtiendo todo en una atmósfera sugerente y llena de matices.
Su primera parte: relajada, melódica y con predominio de esos instrumentos comentados con anterioridad lleva por título “Dream 11/Moth like stars”, dividido en cuatro cortes, con una totalidad de algo menos de un cuarto de hora donde se repite un leitmotiv que sirve de presentación.
Su continuación son los dos movimientos de “Whose name is written on water” donde se introduce la voz humana en forma de “nana”. De nuevo, es una invitación a dejar nuestro estrés a un lado y llegar a la paz de espíritu, merced a un especial coro que nos recuerda al utilizado por Martinov en su gloriosa “Beatitudes”, con la que también guarda relación por ese tema central repetido.
En las tres piezas que componen “Patterns/Solo” el protagonismo es para el piano que en forma de breves acordes continua introduciéndonos en un letargo cada vez más evidente. Como el propio Richter explicó que la idea que subyace en este “Sleep” aligerado es centrarse en la fase REM del sueño.
“Return” quizás es el corte más cinematográfico (le encontramos reminiscencias con su banda sonora para “La sombra del pasado”) del “Sleep circle”, con predominio de la cuerda en sus dos conmovedores movimientos.
Y en este momento, donde deberíamos encontrarnos en el trance, llega el momento de volver al inicial “Dream 11/Moth like stars” pero en tres variaciones.
Algo similar sucede con los tres cortes de “Non- eternal”, variación del precioso “Whose name is written on water” escuchado al inicio.
“Chorale” es un largo preludio atmosférico y atonal (de más de seis minutos) que antecede al final “Dream”, presentado en seis movimientos y algo más diecisiete minutos de duración (la pieza más larga del álbum) que parece hibridar “Dream 11/Moth like stars” con “Whose name is written on water”, destacando la cuerda y el coro. Una conclusión acertada a otro fantástico recital de ese genio llamado Max Richter.




















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