Parece claro que el morbo es algo que interesa al espectador actual por la cantidad de películas y series de televisión que giran en torno a asesinos en serie. En este caso, se nos presenta a Rodney Alcala, un brutal violador y homicida que no se tiene claro cuantas víctimas sumó en su carrera criminal a finales de los setenta.
“El asesino del juego de citas” supone el debut en la dirección de Anna Kendrick, actriz que consiguió la fama con dos exitosas sagas de cine adolescente como protagonista en “Dando la nota” y secundaria en “Crepúsculo”. En esta se guarda un importante papel en una de las dos tramas que componen la cinta. Por un lado, la de una aspirante a actriz que participa en el programa de televisión que da título a la película donde tiene que elegir a un pretendiente de entre tres con la mala fortuna que el más interesante es el criminal y por el otro la vorágine de muerte del psicópata matando a alguna mujer hasta que es detenido por la inteligencia de una adolescente.
Y a pesar de ser una “opera prima”, el largometraje está bien construido y realizado. Grandísima ambientación de la década de los setenta y bien resuelto el alambicado montaje paralelo que nos propone mejorando el guion de Ian Mac Allister Mc Donald que es indudable que no carece de interés pero que si se “rasca” su superficie sí se pueden observar lagunas argumentales. En este caso, lo que se cuenta es inferior a como se cuenta, lo cual es de agradecer en un primer trabajo.
Además, como suele suceder en estos filmes realizados por intérpretes el reparto funciona, sobre todo sus dos protagonistas. La propia Anna Kendrick y Daniel Zovatto que componen una extraña pareja como la inteligente concursante y el brutal pretendiente que desemboca en una tensa escena cuando los dos ganadores tienen la cita prometida antes de irse juntos de viaje, cosa que por fortuna nunca sucedió.
“El asesino del juego de citas” es un buen ejemplo de cine que ofrece lo que promete, una intriga basada en hechos reales sobre uno más de los “serial killer” que pueblan el paisaje de los Estados Unidos desde hace décadas y que puede hacer juego con los Charles Manson, Ted Bundy, Zodiaco, Jeffrey Dahmer o los recientes Eric y Lyle Menendez. Todos protagonistas de esta “galería de los horrores” que en el capítulo cinematográfico han tenido sus aproximaciones con mejor o peor suerte.
Anna Kendrick con este trabajo se aproxima al retrato de estos personajes tan abyectos como atrayentes. Quizás no sea la mejor, ese galardón sería para el “Zodiac” de David Fincher, pero si se puede encontrar entre los buenos acercamientos y bastante lejos de muchos de ese subproductos cuyo único valor es el de buscar alentar los más bajos instintos del espectador, algo que se puede disculpar en largometrajes de terror o que buscan el impacto visual como “El destripador de Nueva York” de Lucio Fulci pero que es inadmisible en historias que pretenden ser más verídicas.
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