La tercera edición del festival Vive Latino en Zaragoza repite ubicación en un espacio ideal como es recinto de la Expo. Este año hay más baños, más fuentes de agua y se nota que la organización ha mejorado en todos los aspectos. Es un festival masivo pero bastante cómodo aunque los precios de las consumiciones han subido respecto al año pasado. En esta edición creo que ha habido menos presencia de artistas del otro lado del Atlántico, supongo que la política de no repetir nombres hará complicada la configuración del cartel. Quizás también faltara algún artista de mayor calado aunque, viendo la masiva afluencia de público, parece no suponer ningún problema. Entre el público me encuentro de todo: nostálgic@s de los 80, familias con niños y grupos de colegas que parecen competir por el título de la camisa más hortera. Este primer día predomina lo nacional y la nostalgia. Mucho tirón tienen todavía los Hombres-G. En cuanto al clima, este viernes ha hecho un tiempo excelente para un festival: ni sol ni calor, nublado, con brisa y rebequita por la noche. Por cierto, ¿dónde se ha quedado el ring de lucha libre?

Frente al mal sonido reinante en el escenario Ámbar (demasiado grave y confuso), me agrada el sonido potente y cristalino del escenario Caja Rural de Aragón en el anfiteatro y del escenario Escena VL (el más pequeño). En todos ellos las actuaciones se sucedieron sin esperas, con una precisión casi germana en los horarios. No llegué a ver a Chambao pero sí a La habitación roja quienes estrenaron el escenario Ámbar (el grande) y me sorprendieron para bien. Suenan mejor y con más fuerza que en disco, el directo es su fuerte y en el Vive latino lo demostraron.

La Cabra mecánica practican una rumba mestiza ideal para un festival mientras el sol todavía asomaba en el anfiteatro de la Expo pero ya era tarde para hacernos sudar. Me gustó su faceta más rockera y canalla. Debo destacar Ni jaulas ni peceras, La fábula del hombre lobo y la mujer pantera y su hit La lista de la compra. Volviendo al escenario Ámbar, Dorian sonaron mal, con un sonido demasiado grave y embarullado. Comenzaron con su mejor tema Los amigos que perdí, con lo que su show fue de más a menos. Aun así, tuvieron momentos de buen pop.

Me escapé a ver a Cuti Vericad y los Mutantes de Fukushima quienes me sorprendieron muy gratamente. Un sonido musculoso y mucha actitud rockera son elementos que nunca le han hecho daño a nadie encima de un escenario. Destaco los temas Las cosas no siempre salen bien y Hasta la libertad del que fue, en mi opinión, el mejor concierto del viernes.

Ginebras concentraron a mucha gente en el escenario Caja Rural, su desinhibido rock animó a los asistentes mientras el sol perdía fuerza. Presentaban su segundo trabajo ¿Quién es Billie Max? Aunque rescataron temas del primero como Cosas moradas o su particular versión del Con altura de una tal Rosalía. Las madrileñas derrocharon durante toda su actuación simpatía y buen rollo a raudales.

Hombres G se sabían ganadores antes de salir al escenario. La nostalgia vende y el grupo de David Summers demostró que les queda cuerda para rato. No se anduvieron por las ramas y fueron a por sus grandes éxitos de los 80: Voy a pasármelo bien, Venecia, Sufre mamón, etc. Durante su actuación aproveché para cenar. Nunca me gustaron en los 80 y ahora ya es muy tarde para cambiar de opinión por muchas ganas que le echaran a su actuación.

Trueno la lió muy parda en el escenario Caja Rural, su hip hop hizo estragos entre los más jóvenes. No es mi estilo y no sentí la misma pasión aunque reconozco que Trueno tiene mucho mérito y podemos estar ante una estrella del rap en ciernes.

Mikel Izal repasó su primer LP en solitario, El paraíso, y regresó a sus tiempos en Izal con Copacabana como broche de oro a su actuación. A pesar del deficiente sonido, nos quedó claro que el paraíso es tener salud y amigos con los que compartir los buenos momentos como este festival. Por Cierto, me empieza a cansar lo de las fotos de familia que se hacen los artistas al finalizar los conciertos. Todo por Instagram.

Los pamploneses El columpio asesino hicieron un somero resumen de toda su discografía. Fue su último concierto en Zaragoza ya que han anunciado su retirada y esta es su última gira. Una pena. Sus letras crípticas y repetitivas sonaron por última vez en el escenario Caja rural. Sonaron ruidosos y estridentes, como debe ser, ante un público inmóvil entre alucinado y sorprendido que solo pareció despertar cuando atacaron Ballenas muertas en San Sebastián o ese himno que es Toro.

Era el turno de Bomba estéreo, el dúo demostró que Colombia es mucho más que reguetón. Su alucinante riqueza de sonidos y ritmos étnicos se benefició de un concepto estético muy elaborado. Alucinante el atmosférico arranque con el vestuario lleno de leds de Li Saumet, una auténtica diosa precolombina. Su mega hit Fuego prendió la noche zaragoza provocando la locura entre los asistentes.

Lo di todo con Bomba estéreo y la actuación en el anfiteatro de los murcianos Varry Brava pasadas la 2 de la mañana me pilló ya casi sin fuerzas. Aguanté un rato y me hubiera quedado más tiempo, pero tocaba ir a casa. Me hubiera encantado bailar su Raffaela, lo juro por el flequillo de la Carrá, pero no me fue posible. Quienes se quedaron me han contado que lo pasaron genial.

 

 

 

 

 

 

Fotos cedidas por la organización.

by: Luis Cifer

by: Luis Cifer

Luis Cifer, nació en la ciudad del cierzo. Se dice que siempre viste negro, que Luis no es su nombre real y que duerme en la calle. Otros dicen que tiene un trabajo, que no bebe alcohol e incluso que es padre de familia, pero no hay nada confirmado. También se le puede encontrar en su blog de cine.

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