Llegaban los italianos Lacuna Coil a Sevilla inmersos en su última gira donde presentan su reciente trabajo “Sleepless empire”, un interesante álbum que ya diseccionó nuestro compañero Carlos Tizón en marzo.

Y lo hacían en un lugar tan señalado como es la Sala Custom, mismo recinto donde actuaron en su anterior gira en 2019 cuando presentaban su anterior “Black Anima”, disco que homenajearon en su inicio interpretando “Layers of time” y “Reckless” aunque el protagonismo fue para su último disco pues siguieron con “Hosting the shadow” y “Kill the light” como primeras muestras de los ocho cortes que tocaron de un repertorio de veinte canciones, intercalando “In nomine Patris”, “In the mean time” en mitad del evento, con “Gravity” y “Oxygen” en la parte final y “The siege”, “I wish you were dead” y “Never dawn” en los bises.

El resto fue un repaso al resto de su discografía donde no faltaron temas tan celebrados como “Heaven is a lie” o “Swamped” (aunque con nuevos arreglos), lo más antiguo que eligieron en un set list, de hora y media, con predominio de lo compuesto en la última década pues a lo señalado con anterioridad hay que sumar el “Blood, tears, dust”, “Downfall” y “The house of shame” del “Delirium” y “Die & rise” y “Nothing stands in our way” (con la que cerraron por primera vez) del “Broken crown halo”.

Por lo tanto, un concierto que gustó en líneas generales a un público que abarrotaba la Custom (colgando el “no hay billetes” desde semanas antes) y que desde horas antes se pudo ver por los alrededores del Polígono Industrial Calonge. Un respetable que llevó en volandas a los de Milán, a los que se veía encantados y que demostraron con palabras de cariño tan cálido recibimiento. Una formación que cumple más de treinta años de andadura y sin la que no se podría entender el metal gótico europeo de principios del siglo XXI, dónde además siguen desde sus comienzos los cantantes Andrea Ferro y Cristina Scabbia (que mantienen esa química en escena, con la dicotomía “bella y bestia” entre las tesituras vocales gutural masculina y de contralto femenina (aunque con los años notamos menos gravedad, acercándose a la de una mezzo) que en sala brillan más que en festival y el bajista Marco Coti Zelati, junto al nuevo guitarra Daniele Salomone (ambos con sus características pinturas faciales) y el batería Richard Meiz.

Un directo al que se le puede achacar la falta de sintetizador en vivo, siendo todas las líneas grabadas de ese instrumento, y no tocar nada del “Karmacode” como “Our truth” o su famosa versión del “Enjoy the silence” que si no recordamos mal es la primera vez que lo hacen en gira propia pues en festival tampoco lo hicieron en la primera edición del Rock Imperium.

Como invitados Nonpoint, curiosa formación formada en Puerto Rico pero que desde hace bastante tiempo reside en Florida. Gustaron con su mezcla de Nu, thrash y rap metal, con influencias de todo tipo que en temas nos recordaba a Rage Against the Machine y en otros a Skindred o, incluso, a Sepultura.

Fueron convincentes y dejaron gratas sensaciones en sus tres cuartos de hora de actuación que comenzó poderoso con “Break skin”, “What a day” y “Chaos and earthquakes” (esta última sonó especialmente contundente) y finalizo de forma inmejorable con una curiosa versión, llevada a su terreno, del “In the air tonight” de Phil Collins y sus dos cortes más conocidos “Alive and kicking” y “Bullet with a name”.

Fotografías: Carry

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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