Seamos sinceros, sé que estás hasta donde dijimos de las listitas de marras de todo el mundo y que entre unos y otros llevamos dando la tabarra con esto todo el mes de diciembre con lo que yo llego ahora el 1 de enero y llueve sobre mojado. Lo sé, pero es que entiendo que sacar la lista antes de terminar el año es una falta de respeto a todo aquel que saque el disco en los días de descuento y pierda así la oportunidad no digo ya de de entrar en el top, sino también de ser escuchado con la merecida atención. Y digo esto porque he hecho un descubrimiento de última hora que me ha obligado a cambiar mis preferidos. ¡Fíjate como está la cosa de apretada!
No he sido este año el que más pendiente ha estado de las novedades que iban surgiendo, lo reconozco, solté ese timón pronto porque me estaba estresando un poco y desde ninguna perspectiva me merecía la pena angustiarme también con algo que hago por gusto. Con lo que más me gusta, para ser exactos. De modo que he ido a mi bola y mucha de la música que he degustado, en la que me he refocilado cual gorrino en su charca de cieno, tiene más años que el átomo de hidrógeno. Es lo que hay y no voy a mentir a nadie. Estos discos que propongo no tienen el valor de haber sido seleccionados entre cientos que ha escuchado alguien con un criterio exquisito. Casi que he dejado fuera tres o cuatro por cada uno que he incluido, poca cosa como para pretender que esto sea una lista de los mejores. Si a eso le sumamos la debida discusión en torno a la exquisitez de mi criterio pues estamos apañados. ¿Por qué entonces atormentarte con otra lista más de discos?
En primer lugar porque los compañeros de RTBM han hecho su parte y me parecería una falta de respeto no cumplir con lo que me corresponde en el trato. Luego está el tema de vacilar un poco con los discos que ellos ni han olido y yo sí, jajajaja, y así sentirme muy cool por conocer músicas que otros no. Además me apetece, que me he comido la cabeza para esto. Pero, sobre todo, después de haber leído las propuestas de la gente de este y otros medios, estrellas de la música en Tuister, amigos en las diversas redes sociales, y un largo etcétera reconozco que les estoy agradecido por haberme descubierto grupos y títulos que habían pasado de largo a mi lado y que ahora seguro disfrutaré cuando les pegue un orejazo. No creo que pueda con todo, la lista es larga, pero es una alegría tener donde mirar cuando me apetezca escuchar algo que no conozca. Por eso, en agradecimiento a todos y todas, remarquemos el todas porque alguna de las influencers musicales que sigo por las redes tienen un criterio más potente y afinado que muchos de nosotros, vengo con los discos que me han tocado en re sostenido la patatina este año, con la esperanza de devolver algo de cuanto he recibido. A fin de cuenta somos una comunidad y estas cosas es importante cuidarlas.
Sin más preámbulos os largo mis discos sin más orden que el que se me han ido viniendo a la mente. Quedo atento a cualquier comentario que queráis dejar.
Mejores discos de 2024
Judas Priest – Invincible shield
Ya sé que no soy lo más original del mundo con este y que, para más señas, muchos compañeros coinciden en señalar este como unos de los discos del año. ¿Qué quieres que te diga? Para mí es un discazo, lo he escuchado mil veces y tiene un puñado de canciones de esas que se quedan a vivir en tu cabeza para siempre. Lo dejé bastante claro en la reseña que escribí para esta santa casa así que no sigo para no ser redundante. Sigamos que queda tela que cortar.
Opeth – The last will and Testament
Otro en el que coincidimos unos cuantos aquí y en otros medios y al que, igual que a los Judas, dediqué unas palabras por estos andurriales de modo, que estando todo dicho, podemos continuar con discos que quizá hubiesen requerido sus reseñas bien elaboradas y razonadas del mismo modo que estos dos pero la vida no me dio más que para escucharlos y disfrutar de ellos como un poseso.
Aeternus – Philosopher
Aeternus es un grupo que desde que, los descubrí con Ascension of terror a principios de siglo, me encantan y me he visto más de una vez defendiendo solo, como el que clama en el desierto, ante todo tipo de amantes del metal que, por un motivo u otro, no gustan de su propuesta. Para mí esa forma tan curiosa que tienen de tocar death metal con reminiscencias blackers pero sin caer en el blackdeathquieroynopuedoserbehemothismo me parece fascinante. El toque ceremonial y los riffarracos que han sido marca de la casa hasta …And the Seventh His Soul Detesteth me pirran. Luego es cierto que han dejado el riff definido y más propio del death metal en pro de armonías arpegiadas y acordes más cercanos al black, todo el mundo evoluciona, también hay que considerar que Ares ha cambiado varias veces de compañeros de trabajo y eso influye, pero en cualquier caso han mantenido su esencia y una gran capacidad para hacer canciones que se diferencian unas de otras desde la primera escucha. Este Philosopher me ha encantado y tiene detalles que me parecen de un gusto soberano, sólo por Void of Venom ya merecía poner aquí el disco.
I Häxa – I Häxa
Vale, le toca el turno a unos de mis descubrimientos más fuertes del año y que me tienen de rodillas desde que escuché las primeras notas. Este disco viene de la mano de Pelagic Records con lo que seguro que ya te irás haciendo una idea de por donde pueden ir los tiros. Se trata de un duo inglés formado por la cantautora y artista visual Rebecca Need-Menear (que también forma parte del duo de rock alternativo electrónico Anavae) y el productor Peter Miles (Architects, Dodie, Fizz). Su música parte del trip-hop y el dark ambient bebiendo de melodías medievales y viejos cultos y rituales que se funden en un todo con los vídeos que la acompañan. El disco en cuestión está formado por cuatro partes que fueron sacando en formato EP antes ponerlas todas juntas. Una obra calmada y serena, reflexiva, oscura, mística, muy distinta de todo lo demás que traigo, aunque quizá no tanto. Una delicatessen en un mundo de gruñidos y guitarras saturadas, para que no se diga que no os aporto un poquito de variedad.
Ulcerate – Cutting the throat of God
Ahora mismo no caigo en si alguien más de RTBM ha señalado este discarral como uno de los imprescindibles del año, pero estoy seguro que en muchos otros lugares sí que ha sido aupado a los altares sin el más mínimo tapujo. Los australianos nos han sacado la perfecta continuación de su soberbio Stare into death and be still profundizando en su death metal atmosférico, disonante, encerrado en sí mismo en sus estructuras de bucle que se va a abriendo y desplegando al tiempo que resuena sobre sí mismo. Las guitarras de Michael Hoggard y la bateria de Jamie Saint Merat han sabido conjuntarse para crear un sonido, unas texturas sonoras y unos desarrollos únicos que todo aficionado al metal extremo debiera asomarse a paladear.
Pyrrhon – Exhaust
Sin movernos de los terrenos del metal extremo más moderno y disonante nos vamos a Nueva York con el nuevo trabajo de Pyrrhon, otros que siguen y desarrollan su propio camino. En este caso se acercan más al inolvidable In the eyes of God de Today is the day pero llevándolo más allá a todos los niveles. Este Exhaust es un tour de force de metal chirriante, retorcido y traumático, puro delirio y locura comprimidos en 38 minutos. Me mata un poco la producción plastiquetera de la batería, por desgracia parece que es un mal inevitable en el metal contemporáneo, pero el sonidaco de guitarra y bajo lo compensan. Los trabajos anteriores de Pyrrhon me gustan bastante, dignos de un grupo con una propuesta innovadora, muy interesante. Con este Exhaust rematan la faena y se ponen al nivel de los grupos que te obsesionan y tienes que escuchar de modo compulsivo porque te tienen atrapado pidiendo más y más.
Carnosus – Wormtales
Decía al principio que he hecho un descubrimiento de última hora que me ha obligado a quitar de en medio otros discos y ha sido este. Me salieron por casualidad hará dos semanas buscando algo nuevo para escuchar camino del curro y desde entonces me tienen majarón. Mira que ya llevan su tiempo tocando y que este es su tercer album, es más juraría que el anterior lo he escuchado en algún momento porque me suena la portada, pero se me habían pasado estos suecos sin pena ni gloria hasta que le dí al play a este Wormtales y me dejaron con la boca descolgada como el barco de Chanquete desde el primer compás. Tienen un rollo que me recuerda a los The Black Dahlia Murder pero más leñero e incluso algunos matices de cosas en plan Job for a cowboy. Ambas bandas se han sacado discos muy reseñables este año, todo hay que decirlo, pero desde que escuché este de Carnosus no tuve duda que para mí les echa la pata e iban a entrar de cabeza en mi lista desplazando a estos dos pesos pesados. La fusión de cafrerío a tope y melodía de esta gente me parece deliciosa, sin desmerecer por ello a nadie. Otros que se han quedado fuera por su culpa, dicho sea de paso, han sido los Crypt Sermon, su excelente The Stygian rose es más heavy que las arañas y el cuerpo se me viene más arriba con estas sonoridades, ¿qué le vamos a hacer? Carnosus dentro, Black Dahlia, Job for a Cowboy y Crypt Sermon fuera, el año que viene decidle al que manda que me deje meter más discos.
Hauntologist – Hollow
Vaya por delante que no soy el más amigo del black metal con lo que Mgla me dejan bastante frío, pero este discazo de The Fall y Darkside, músicos polacos conocidos por su trabajo con la citada banda, entre muchas otras, me entró como un tiro desde que lo puse la primera vez y desde entonces se ha convertido en uno de los discos que más veces he escuchado este año y que se me han quedado rayados en el cerebro de tantas vueltas. Los dos primeros temas Ozzymandias y Golem son más propiamente blackmetal aunque tienen un cierto toque de distinción bastante curioso y elegante, a partir de ahí sueltan las riendas y se permiten bucear en otras formas de expresión musical coherentes con la declaración de principios con la que arrancan, adyacentes a ella, que dotan al conjunto de una belleza sólida, oscura y fría, húmeda, como un cristal empañado que nos muestra el mundo de otra manera y nos hace sentir refugiados a pesar de los escalofríos.
Cosmic Putrefaction – Emerald Fires Atop The Farewell Mountains
Ostras como suena esto. Vale, la producción es un poco regulera, pero el disco es una bestialidad en sentido amplio. Para empezar parte de un death metal denso, oscuro como mi alma y sustentado por blast beats casi infinitos sobre el que pronto se empiezan a destacar unos bajos estilosos tocados un gusto sobresaliente, unos riffs que no dan descanso y unos teclados sencillos pero que aportan un toque atmosférico, cósmico, al asunto. Y a partir de ahí el universo. Desde Italia el señor G.G., que además de este participa en otros grupos, nos trae otro discarral en el que se encarga de hacerlo todo él solito. ¡Échale guindas al pavo! Digamos las cosas tal cual son, sé que muchos os estáis derritiendo con lo nuevo de Blood Incantation, yo también, está guay, pero me parece que ni de lejos es para tanto como lo estáis poniendo, de hecho por más vueltas que le doy (y lo compré en vinilo, lo he escuchado un montón de veces para amortizar mi inversión) sigo sin verle el sentido a muchos cambios y pasajes, me parece que nos la han colado pero bien. Este disco de Cosmis Putrefaction, para mí, desbanca totalmente a los de Denver, por eso está aquí y ellos no.
Svestada – Candela
Para terminar algo de nuestra tierra. Este año he andado un poco perdido de lo que se hacía por aquí, o lo mismo he escuchado cosas y no me han llamado mucho la atención, no lo sé. Pero esta gente me agarraron desde el primer momento. Se definen con blackened crust y son algunos de los sospechosos habituales de la escena, con gente de Teething y Khmer, entre otros. Tienen la cosa además de cantar en español, aunque tampoco es que se les entienda del todo, lo cual les da otra sonoridad y rompe un poco con la monotonía del inglés. Me gusta su rollo directo y melódico, cargado de emoción, no te deja parar de mover el pie ni de cabecear. Un disco superchulo y una banda que me encantaría ver sobre un escenario. Es más, si viniesen por aquí ya movería los hilos para tocar con ellos, sería un bolo precioso. Hasta ese punto me han gustado y por eso están en mi lista de lo mejor del año. Y hasta aquí os voy a leer la tarjetita, ¿o no?
MENCIONES ESPECIALES
Miles Davis – Kind of Blue
Este año se cumplió el 65 aniversario de Kind of Blue motivo por el que convencí a los compañeros y le dedicamos un especial de Tu disco me suena. No sabría decir cuantas veces he escuchado este disco en mi vida, sí sé decir que en su momento lo toqué entero y que eso te da un nivel de disfrute cuando vuelves a pincharlo que se puede comparar con pocas cosas. Este año, por los motivos expuestos, he vuelto a Kind of Blue una y otra vez, sin ser novedad ha sido sin dudas mi disco del año.
Otros discos
No puedo terminar sin señalar que 2024 ha sido el año en el que por fin ha visto la luz Volumen 1 de Phobos. Se trata de un no disco pues lo hemos sacado con las grabaciones de trabajo que fuimos haciendo en su momento y gracias a las cuales no se ha perdido para siempre todo cuanto compusimos. Verlo en las plataformas y poder tenerlo en CD ha sido una alegría con la que ya casi no contaba.
Igualmente he tenido el privilegio de colaborar en Providence de SomeWhereOut poniendo mi bajo en el tema Buried y en Rise de John Serrano haciendo lo propio en Invictus. Todo un lujazo poder aportar algo a la música de estos máquinas y, evidentemente, no podía dejar de señalarlo como lo mejor de mi año musical.
Ahora sí, esto es todo. Gracias por leer, espero haberte aportado algo positivo.
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