Es innegable que el cine de Jacques Audiard es interesante, quizás demasiado largo en metraje pero con bastantes puntos positivo tanto de guion como de dirección. Hasta ahora su obra maestra es la estupenda “Un profeta” pero notables son “De óxido y hueso”, “Los Hermanos Sisters” o, la anterior, “París, Distrito 13”.
Un cineasta arriesgado y todoterreno pues pasa del drama al western, de lo social al cine de época. Y ahora nos ofrece este “Emilia Pérez”, film rodado en buena parte en español (con algunos pasajes en inglés) donde une el melodrama social con el musical. Quizás, vistas los triunfos en la temporada de premios pasada y actual y las expectativas en la futura, se convierta en el “espaldarazo” definitivo en Hollywood aunque nos parece su producto menos logrado. Tal vez, no estemos acostumbrados a una propuesta tan radical pero la sensación de trampa argumental subyace en sus más de dos horas y diez minutos de duración, uno de los principales problemas pues lo que se narra se podría contar mejor en menos tiempo pues la premisa es sencilla: abogada infravalorada acuerda con un célebre mafioso arrepentido su desaparición mediante un cambio de sexo aunque para el mundo el delincuente ha muerto. Años después reaparece para crear una ONG de ayuda en su país México.
Todo esto se nos cuenta desde un punto de vista algo naif y maniqueo donde el “gangster” es un villano como hombre pero una persona encantadora como mujer, intentando ayudar al prójimo y recuperar el amor de sus hijos que se quedaron con su esposa. Todo unido con números musicales discutibles, con coreografías y voces mejorables (muchas canciones son prácticamente recitativos). El Audiard guionista no ha dado esta vez con la “tecla” aunque el Audiard director sí mejora con una puesta en escena compleja, que tendrá sus detractores, pero que en el plano visual tiene buenos momentos y secuencias.
Una cinta donde se ha hablado bastante de las interpretaciones en tono positivo pero que tampoco es la panacea pues a Zoe Saldaña la hemos visto mejores papeles, Selena Gómez no resulta creíble con su impostado castellano y Edgar Ramírez está desaprovechado. Eso sí, los focos recaen sobre Karla Sofía Gascón que tampoco es que resulte perfecta pues como hemos comentado la evolución del personaje no parece lógica. Ese cambio de sexo para pasar del mal al bien. Quizás su condición de transexual real juegue a su favor.
El caso es que “Emilia Pérez” parece un producto diseñado para gustar en los círculos progresistas de Hollywood, técnicamente correcta pero desequilibrada en cuanto libreto y dirección.
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