“El misterio de Salem’s Lot” fue una de las primeras novelas de Stephen King de la cual su principal versión fue la televisiva de Tobe Hooper, todo un hito de la pequeña pantalla que también fue estrenada en salas comerciales con una reducción de metraje y el extraño título en España de “Phantasma II”, aprovechando el éxito de la “opera prima” de Don Coscarelli. Tras esta se rodo a mediados de los ochenta una secuela por Larry Cohen “Regreso a Salem’s Lot” y con posterioridad, en este siglo, otra miniserie con Rob Lowe.
Ahora nos llega este largometraje que debería haber sido estrenado en cines pero que entre retrasos por el covid y de rodaje, al final ha acabado emitiéndose por primera vez en una plataforma de streaming.
Producto de la factoría de James Wan, ya que su principal responsable Gary Dauberman, además de guionista especialista en terror, su único título como director es una de las secuelas de la muñeca “Annabelle”. La producción corre a cuenta de Atomic Monster (la de Wan) junto a New Line Cinema (filial de Warner, autora de otras muchas del fantástico y horror moderno), por lo que se podría esperar cine de género de verdad.
Entre sus virtudes, la historia es fiel al original aunque por su metraje de menos de dos horas está acortado y la ambientación es magnífica, unido a una fotografía de Michael Burguess en tono sombrío y ochentero. Eso sí, el reparto dista bastante de la de 1979 y no es que Lewis Pullman y Mackenzie Davis estén mal pero se alejan del canon interpretativo de David Soul y Bonnie Bedelia aunque la mayor distancia es la de Pilou Asbaek con James Mason. Sí funcionan tanto Alfre Woodard como Bill Camp.
En cuanto a la puesta en escena de Dauberman es demasiado académica. No irrita o molesta y su color “vintage” hace atrayente sus imágenes que, por otro lado, tampoco aburren pero no emociona (nos preguntamos que hubiese sucedido si la realización hubiese recaído en un autor con mayúsculas como James Wan). Un producto digno pero que queda en “tierra de nadie” y que imaginamos que tampoco atraerá a las nuevas generaciones por ese academicismo formal que sitúa como máximos ejemplos la similitud en el personaje del villano Barlow con el antecedente de la cinta de Tobe Hooper o la célebre escena del niño vampiro llamando por la ventana que en la primera versión era aterradora, con un hermano llamando al otro para que le abriese, y en esta no termina de funcionar al intentar atrapar a su amigo, un personaje que nos recuerda a los de la primera parte de “It”, otro relato de Stephen King donde en su última adaptación dirigida por Andy Muschietti, el guion corría a cuenta, entre otros, al propio Gary Dauberman.
Un espectáculo clásico este “El misterio de Salem’s Lot” que sin llegar a ser un trabajo notable ni ofrecer litros de hemoglobina o sustos continuos, sí genera cierto interés y se agradece intentar crear historias del pasado sin necesidad de crear una versión distinta del original.
0 comentarios