El Milagre Metaleiro Open Air se está convirtiendo por méritos propios en uno de los festivales con mayor crecimiento en los últimos años. Un evento que se celebra a finales de agosto en la pequeña localidad de Pindelo Dos Milagres, perteneciente al pueblo de Sao Pedro Do Sul, en la comarca de Lafoes en Portugal.
Recinto espacioso, aunque han cambiado la ubicación unos metros sobre la pasada edición, dos escenarios en forma de cueva, una gran carpa donde descansar o comer, (punto de interés pues de los festivales donde mejor gastronomía existe, con cervezas artesanas, bifanas, pollo asado, café o dulces) y una selección de bandas trabajada, con cierta querencia hacia los sonidos más duros.
En este 2024 además comenzaron con una recepción gratuita celebrada en los que en los días siguientes era la tarima para personas con problemas de movilidad y bandas locales que tuvieron su presentación en un gran recinto, abriendo el quinteto de Viseu Promethevs, seguido por el black- thrash de Vectis y cerrando Music in Low Frequencies, death metal encabezado por la voz y el sintetizador de Mariana Faísca y la curiosa ausencia de bajo. Todo amenizado por DJ Alfonseca.
Tras el merecido descanso y la visita matinal al Balneario de Termas Do Sao Pedro Do Sul (altamente recomendable) para probar sus aguas sulfurosas, comenzaba la primera jornada con Blasphemium, black metal sinfónico al que no habíamos vuelto a ver en directo desde el 2017. Nos gustaron entonces los onubenses tanto como ahora. Un sexteto bien conformado, vestidos de gala a pesar de la intempestiva hora. Se agradece el sintetizador en vivo, ganando nuevos seguidores. Tras ellos, Repulsive Vision, death metal muy crudo desde Reino Unido, los neerlandeses Vanaheim y su folk metal pagano con el debe de llevar todos los sintetizadores y pianos grabados y desafinando un tanto en las notas más exigentes. Nos interesó más Avenger, puro sonido NWOBHM, con una impagable camiseta de Steve Mc Queen la de su vocalista. Un heavy clásico, deudor de Judas Priest que gustó a los presentes, incluso bajando a cantar con el público y tomar un abanico de una espectadora.
Tras el metal melódico de los finlandeses Bloodred Hourglass, el turno era para Axxis, con su elaborado hard rock desde Alemania, teclado en vivo y gran actitud intentando comunicarse en portugués (de lo mejor con Avenger y Fleshgod Apocalypse de la primera jornada). Y eso que tras unos teutones tocaban otros, uno de los platos fuertes como es Equilibrium, con su death melódico que no estuvo mal pero que les lastra el bajo y sintetizador grabados. Aun así, se pudieron ver los primeros crowd surfing (toda una tónica durante las formaciones más duras). Más germanos con Freedom Call y su power metal moderno (signifique lo que signifique esa etiqueta). Muchos seguidores que disfrutaron pero también coros y sintetizadores grabados que dejaron paso a este homenaje a Alemania con Sodom, con su thrash agresivo, su doble bombo y columna doble de Marshall. Fueron los más vistos pero sus sonido estaba algo embarullado entre tanta potencia. Para cerrar los italianos Fleshgod Apocalypse, inclasificable mezcla de ópera y metal extremo que antes de empezar amenizaban la espera a ritmo de Mozart y que han decidido no llevar nada grabado aunque eso repercuta en su sonido con doble bombo, piano de pared, soprano de verdad y guitarra y bajo de cinco cuerdas imitando un Stradivarius. Gran fin de fiesta para el primer día.
Una segunda jornada que para nosotros comenzaba con uno de los motivos principales que nos empujan a venir hasta Pindelo como es quedar con los amigos. El año pasado llegamos siete y en este 2024 éramos veintidós personas provenientes de Cádiz, merced a buenas conversaciones alrededor de La Mazmorra Metal Bar de El Puerto de Santa María, regentada por José Miguel Cárdenas. Así que tras una barbacoa en la zona de autocaravanas donde se situaban nuestros amigos, emprendimos marcha hacia el recinto donde comenzaba el death metal de los portugueses Rageful, más melódicos el folk metal de Ekyrian y el heavy de Frenzy, ambos provenientes de la capital de España, Madrid, y contundencia en el speed thrash de los lisboetas Speedemon y el Black de los también portugueses Humanart. Nos gustaron más, también desde Portugal, Web, una de las sorpresas del festival. Cuarteto que transita entre el thrash de Sodom y el de Slayer. Tanto que hasta hubo una versión corta del “Raining blood”. Más dureza con el black melódico de los italianos Stormlord y la decepción de los fineses Korpiklaani, donde creemos que actuaron con un índice de alcohol elevado, lo que no fue óbice para que mucha gente disfrutase de una fiesta, llevaron a otros que aprovecharon su paso por el MMOA como fueron los ingleses de Bristol Onslaught. Thrash metal “old school” que parecían más alemanes que británicos. Doble columna de Marshall y agresividad total. De acuerdo con los que afirmaron que sonaron mejor que Sodom. Cabeza de cartel para Kamelot, con Thomas Youngblood a la guitarra y un Tommy Karevik lejos de su mejor voz y que fue superado por un “ciclón” llamado Melissa Bonny que hasta emuló a Shagrath en “The march of Mephisto” antes de final con “One more flag in the ground” y “Liar, liar (wasteland monarchy)”. Cierre con el black nórdico de Marduk, en un concierto similar al que vimos en la segunda jornada del Rock Imperium 2024 (donde curiosamente coincidían con Kamelot).
El cuerpo empieza a resentirse en la tercera jornada pero aun así aprovechamos para probar algunas de las exquisiteces de la gastronomía de la zona. Una región de Lafoes célebre por su ternera y cabrito (delicioso). También probamos durante los almuerzos en Sao Pedro Do Sul, una francesinha de langostinos que tardaremos tiempo en olvidar, un guiso de manitas de ternera o un pescado como es el peixe vermelho (conocido en España como gallineta). En cuanto al Milagre Metaleiro, la apertura de este final era con el heavy de los suizos Henriette B, metal clásico el de los suecos Ambush y dos bandas portugueses encabezadas por mujeres: el Black sinfónico de Dark Oath y la inclasificable propuesta de Glasya que dejaba paso a una de las “perlas” del Milagre metaleiro como era The Troops od Doom desde Brasil y encabezada por la guitarra del miembro fundador de Sepultura Jairo “Tormentor” Guedz, banda de la que tocaron algún clásico como “Morbid visions” junto a los cortes propios. Puro thrash metal que eclipsó a los finlandeses Prestige, quienes también tocan el mismo estilo musical y que nos acercaba a uno de los grupos más sugerentes como eran los islandeses Skalmold, que aparecieron con su folk metal cantando en su lengua natal, con tres guitarras y sintetizadores en vivo. Geniales, comunicativos y con un deje melódico cercano a Iron Maiden en más de un momento. Banda, la de Bruce Dickinson y Steve Harris, que también sirve de modelo a los españoles Tierra Santa que perpetraron un concierto “redondo”, con su épica hispana, su “Canción del pirata” de Espronceda de cierre y una demostración de que se puede glosar el pasado y la historia sin necesidad de ser anglosajón o vikingo. Un anticipo estupendo al “cabeza de cartel” Amorphis que nos hicieron disfrutar con los temas de su excelente último trabajo “Halo” y joyas como “Sky is mine” o “Silver bride”. Maravillosa lección para los de Tomi Joutsen, quien además estuvo pletórico de voz. Tras los finlandeses, un grupo al alza como son los alemanes Kissin Dynamite, con un hard rock de corte angelino ochentero y una puesta en escena a dos alturas estupenda. Para cerrar la divertida brutalidad grindcore de los lusos Serrabulho que deja el listón alto para la edición de 2025, la cuál ya ha sido anunciada y a la que no faltaremos.
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