Aunque el encargado del metal extremo en Rockthebestmusic sea David Galeote y sienta que estoy invadiendo su terreno (solo un poco) hay que hablar de este festival que se celebraba el sábado 7 de octubre en la Sala Supersonic de Cádiz, por lo inusual de su propuesta, pues en estas tierras del sur del sur, parafraseando a Carlos Tizón, no se puede disfrutar con regularidad de eventos musicales de este tipo, a lo que hay que sumar una organización perfecta, sin retrasos, con cuatro bandas diferentes que abarcan un amplio espectro dentro de estos sonidos contundentes y un sonido y juego de luces magnífico, por lo que la gente respondió, pues más de cien personas abarrotaban la coqueta sala de la Punta de San Felipe de Cádiz para rendir tributo a ese impío “Nuestro señor” al que alude el nombre del festival: “Dominus Nox Fest”.
Abrían fuego los sevillanos Alessa´s Cry, grupo de death metal melódico, que mezcla pasajes más líricos y bellos con un sonido crudo y que mantiene el tono tétrico y desolado del videojuego “Silent Hill” en el que se inspiran. Y delante del telón donde aparecía ese grito de Alessa Gillespie, el cuarteto encabezado por Odigir Olaf tuvo cuarenta y cinco minutos que comenzaron con la introducción de Akira Yamaoka en el juego continuando con “Intro White Claudia”, “The twelve hands of asphysia”, “Dommsday trilogy”, un “medley” basado en la aventura gráfica nipona, “5 minutes to die”, “Scars”, “The slenderman”, “Scarlet doll” y “Mother love”, de las que hay que decir que dos de ellas eran instrumentales (“The twelve hands of asphysia” y, como se puede ver, letras inspiradas en ese tipo de videojuegos de “survival horror” y el manga japonés y que sirvieron de gran inicio, pues animaron al público, gustaron y dejaron buenas sensaciones con su Lp “Escape to dark”, junto a nuevo material.
Tras los sevillanos, llegaban Blasphemium, sexteto de Huelva que interpretan un black metal sinfónico de gran calidad, con una escenografía siniestra e imponente, con todos sus miembros maquillados y vestidos con cuero, cadenas, túnicas negras, armaduras y sangre, tanto en sus pieles como de un cáliz del que bebe su imponente cantante. Unen a la perfección esa imagen con un sonido crudo mezclado con esos tintes sinfónicos y pasajes más limpios y bellos, en los cuales tiene gran presencia el sintetizador, que junto a las guitarras que tocan sus dos intérpretes, uno diestro y otro zurdo, dejan a “Blasphemium” como una de las propuestas a seguir y tener en cuenta.
El “cabeza de cartel” eran Necrophiliac, pioneros del death metal en España y que se han juntado tras más de 25 años de parón, gracias a un sello estadounidense que ha reeditado su Lp “Chaopula, citadel of mirrors” y donde el quinteto de Utrera (Sevilla) dio toda una lección de death metal “old school” tipo Possesed, Morbid Angel o Carcass (con los que llegaron a tocar en su primera etapa). Todo actitud, en una hora con temas clásicos como “Gore fruit treasure”, “Narcotic narcosis”, “Depressed in crimson climax”, “Glutting the gluts”, “A fragment from Chaopula”, “Cyclic pathology of natura”, “Image control in biosphere” y dos temas nuevos todavía sin título que dejan a las claras que no han perdido un ápice de fuerza, lo que hace que dentro de unos meses toquen junto a Napalm Death.
Finalizaban Brutal Slaughter, black- death metal desde Chiclana. El quinteto gaditano llegaba para ofrecernos cuarenta y cinco minutos donde presentarnos en exclusiva un concierto basado en su inédito tercer trabajo, a punto de salir. “Brutal slaughter”, “When your time fades up”, “Sacrifice in solicitude”, “Altar of hell”, “Overcoming of your knowledge”, “Supremacy of your impure” y “Too much blood” fueron los temas elegidos, que demostraron una clara evolución de la banda que suena madura, ejecutando a la perfección la crudeza de su propuesta, con ese “frontman” impagable que es JL Muñoz, la pegada bestial de Iván Corpas, el bajo de Julio Steinburg y la guitarras de J. Baena y J.A. Rodríguez.
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