Siempre es un placer descubrir nuevas salas que se atreven a programar música en directo y bandas que ofrecen aparte de las consabidas versiones sus propios temas. Entendemos que tengan que rellenar repertorio con las canciones de otros mientras componen sus melodías.
Es el caso de Súcube que bajo su demoníaco nombre ofrece un cuarteto que transita entre el rock alternativo y el heavy metal. Lo encabeza su guitarrista y cantante Mayte Sánchez, además talentosa compositora de los cortes propios y a buen seguro, en cuanto lancen EP o LP, candidata a engrosar parte de las «Criaturas Salvajes» , la mejor página de música en femenino que con tanto respeto y erudición lleva mi compañero César Sastre Pupilo Dilatado.
A pesar de que los componentes llevan tiempo en esto, el proyecto es de reciente creación al no llevar ni un año juntos. Su sonido es adecuado, llevando sin problema el tempo del directo y aunque se dividió en dos actos (con una pausa de unos quince minutos) su hora y media pasó en un suspiro, Mayte como buena “front woman” se mostró comunicativa y feliz desde el inicio vista la buena acogida que tuvieron pues “El Cobijo” de Puerto Real agotó los tickets, lo cual nos alegra. Y es que El Cobijo no es un local demasiado grande pero sí cómodo, con el escenario al fondo y la barra en un lateral. Entrada de 3 euros con consumición incluida que facilitó esa afluencia masiva donde pudimos ver a otros actores de la escena musical gaditana con miembros de Spirit of Rock o L’ Estorbo, con los que comparten esa idea de temas propios con versiones, capitaneados por voz femenina. En esta caso, como ya hemos escrito con anterioridad, Mayte une el micrófono con los riffs de una preciosa Ibanez azul, junto a la Gibson Les Paul de su guitarra principal Javier Hernández, el bajo Fender de Ramón Pavón y la batería electrónica de Eduardo Muñoz.
Un set list que comenzó fuerte con “Wasting my hate” de Metallica, sorprendiendo con tan escondido corte del “Load”, seguido por ese himno “working class” que es el “Breaking the law” de Judas Priest y, en un cambio de tercio, pasar a Queen con “The show must go on”.
Su primera composición es “Antorchas”, presentada por Mayte como una metáfora de dar luz en la oscuridad y que nos recuerda algo al estilo de Foo Fighters. Lo más sorprendente es el cambio de registro vocal pues del thrash , el metal y el lirismo de Freddie Mercury de los anteriores temas pasamos al alternativo más cadencioso y de melodía más lenta y un registro de soprano a otro de “mezzo” bastante más interesante. “Antorchas” gusta y el público se lo hace saber con una cerrada ovación. Ese cambio, nos parece curioso pues sucederá en todos los compuestos por Súcube, cantados con un punto más grave.
Más final de los noventa y principios del presente siglo con el “Drive” de Incubus y el “Plug in baby” de Muse que anteceden a “En el precipicio”, otra historia propia que guarda similitudes con “Antorchas”. Para cerrar antes del descanso “Helter skelter” aunque más en la versión de U2 que la de The Beatles. Eso me trae recuerdos pues creo que “Rattle and hum” fue el primer documental que vimos en estreno, en el extinto cine Imperial de Madrid, y donde la pieza sonaba al inicio de la película de Phil Joanou mientras salían las letras de Paramount en pantalla (sería el año 1989 o 1990). Tempus fugit.
Tras el inciso para reponer fuerzas en la barra y charlar cerveza en mano con amigos y conocidos, nos situamos algo más atrás para seguir las evoluciones de Súcube que mantenían la esencia de la primera parte comenzando con el “Basket case” de Green Day, el “What I’ve done” de Linking Park, un “Thank you” de Alanis Morrisette que sonó soberbio y el “Cryin” de Aerosmith. En esta impecable reanudación quedó claro que este estilo es lo que mejor suena en la voz de Mayte, más poderosa que en los cortes más metaleros. Espero que se nos entienda pues no estamos diciendo que en esos lo haga mal, simplemente nos suena mejor esa tesitura vocal. Más si después llega un tema propio como “Carroñero” que mantiene la esencia de las otras composiciones de la banda. Como remate llega el “Pretender” de Foo Fighters. Como conclusión y cerrando el ciclo regresan al metal con el “I want out” de Helloween y el “Highway to hell” de AC/DC dejando una grata sensación.
Maravilloso resumen. Muy descriptivo y muy entretenido de leerlo…
Muchísimas gracias, Mike, por la lectura y el comentario positivo.