Tooth ha sido durante años uno de los secretos mejor guardados del metal sevillano. Desde 2008, Pepe, guitarra, y Kris, voz, han estado trabajando en la intimidad del local dándole forma a estos temas que ahora nos presentan y que son fruto de la complicidad entre ambos donde las composiciones, complejas pero melódicas y con gancho, de él se ven llevadas a otro nivel por la voz de ella. En tiempos más recientes la formación se ha visto complementada al cambiar de batería por Samu, ya os hablaré luego de él, y rematada con la incorporación de Nacho al bajo. Y entonces, ¡boom!, se han decidido a salir de la cueva, mostrar su trabajo al público y el suelo ha retumbado del golpe que han dado las mandíbulas de quienes han tenido la suerte de verlos desprendiéndose al unísono ante lo potente de su propuesta. Con un puñado de conciertos sabiamente elegidos, de repente están en el candelero y todo el mundo habla maravillas de ellos. El siguiente paso inevitable era grabar este The darkest path que hoy nos ocupa. Veamos que nos ofrece.
Lo primero que creo que es importante señalar es que se trata de un disco autoproducido, un trabajo que sigue absolutamente la filosofía DIY (do it yourself) cosa que, quienes ya me conocen de algo lo saben, me vuelve loco. Me paro en este particular porque el sonidazo que han conseguido es muy notable considerando las herramientas disponibles en el home studio de Pepe, artífice de todo el trabajo de grabación, mezclas y masterización. Un yo me lo guiso, yo me lo como en toda regla, con un resultado profesional. En mi opinión, que tengo en casa, chispa arriba chispa abajo, el mismo equipo y software, es una barbaridad como ha exprimido las posibilidades del asunto para dotar a su música del sonido que merece. ¡Bien por Pepe! Sólo por esto ya deberías estar buscando en tu plataforma favorita, están en todas, para darle un orejazo al asunto y dejarte seducir. Pero hay más. Está la música que es lo importante.
La música de Tooth Unlabeled Society es una suerte de metal progresivo muy escuchable, nada de empalagues ni alardes de mira como toco y como masturbo a mi instrumento pero me olvido de que estoy haciendo música. Los temas presentan una factura excelente. Fluyen oscilando entre momentos de gran intensidad y otros donde la melodía y la delicadeza ganan el protagonismo sin que las transiciones suenen forzadas. Aquí hay un trabajo muy serio de composición e hilado, no es un corta y pega de riffs más o menos pintureros. El conjunto es muy orgánico y permite que Kris desarrolle sus potentes guturales y su personal capacidad melódica que por momentos a mí me ha recordado a Skin de Skunk Anansie en el enfoque de algunas melodías.
Estamos ante un grupo muy equilibrado en el que te puedes deleitar con el buen hacer de cada uno de sus miembros. El bajo de Nacho es elegante, con peso y buen pulso. Un detalle además que no se quede atrás en la mezcla y tenga un espacio donde poder escucharlo sin tener que estar pegando la oreja. Me fastidia sobremanera esas producciones donde el bajo se pierde con lo cual cuando encuentro discos como este en el que se respeta el trabajo y el sonido del bajista ya me tienen medio ganado. Por su parte la guitarra lleva el peso de los temas y que no paran de lanzar ideas interesantes, riffs elaborados y algunos solos muy chulos. La batería es espectacular pero lo que te deja con la cara descuadrada es que Samu tan solo tiene 15 añitos cosa que no le impide pegarle como mucha gente de más edad y experiencia les gustaría poder hacerlo. En serio, no te lo pierdas, este chaval tiene un futurazo por delante y escuchaste hablar de él por primera vez Rock, the best music. Finalmente la voz de Kris te atrapa, se mete en tu cabeza, te hace querer escuchar más y te pasas luego la vida canturreando sus melodías. Me gustan estos Tooth Unlabeled Society, se me nota un poco, creo,
Dentro de los temas encontramos una variedad estilística que va desde partes que te van a sonar a heavy y power metal clásicos, a otras más a hard rock y glam metal americanos, toques de death metal melódico y metalcore, algo de cantos gregorianos, todo ahí en la coctelera y bien aliñado. De todas formas el conjunto ofrece un cuerpo coherente y no hay partes que desentonen. No te vas a descubrir preguntándote que pinta una sardana en medio de un blast beat, ni incoherencias del estilo. Tampoco hay blast beats, todo hay que decirlo. Esta gente no entran extremosidades de ese palo, su propuesta es más melódica y accesible a cualquier metalero afecto a los sonidos más meinstrim del estilo e incluso me atrevería a decir que pueden ser del agrado de gente que escucha rock en sentido más general y que de vez en cuando disfruta desmelenándose. El potencial de este disco para captar orejas que lo disfruten es grande, dale una oportunidad.
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