El grindcore en todas sus variantes viene teniendo presencia en España prácticamente desde el principio de sus tiempos y se ha mantenido ahí con un seguimiento desigual en las décadas que han transcurrido desde aquellos trabajos seminales de Napalm Death que vienen siendo señalados como el pistoletazo de salida del género. Al lado de los grandes nombres que están dando caña desde hace décadas, mención especial a los insignes Haemorrage, de un tiempo a esta parte están surgiendo nuevas bandas de una calidad sobresaliente y que, además, están dando mucho que hablar a base de trabajo, conciertos por todas partes y grabaciones memorables. Si estás un poco en el asunto no te serán ajenos, entre otros muchos, Teething, Nashgul, Himura, Lead Coffin o estos que te traigo hoy, los almerienses Convulsions que se estrenan en el formato LP con este Grindcore not war.
No es su primer asalto sonoro registrado sobre plástico, como buen grupo del género ya nos han ofrecido un fantástico EP y un buen puñado de splits en vinilos de 7”, no podía ser de otro modo, con otras tantas bandas. Era hora de algo un poco más largo y viene de la mano de Hecatombe Records, otro peso pesado del tracateo underground patrio, que se encarga de la edición. Todo correcto y como mandan los cánones. Y eso es lo que nos encontramos en el disco. Grindcore canónico, del de toda la vida, del que despacha veintidos temas en poco menos de veinticinco minutos y se quedan como si el asunto no fuese con ellos. Guitarras gordísimas escupiendo riffs sencillos pero furiosos donde el objetivo es más patearte la cabeza que deslumbrar tu intelecto, bajos demoledores pegados a la guitarra formando un muro impenetrable entre ambos, una batería que te machaca a base de blastbeats atronadores y ritmos trepidantes, todo ello coronado con una voz entre cavernosa y agónica que aulla desquiciada sobre todo el conjunto. Todo ello para terminar, como una buena broma de humor negro, el mismo que desprende del resto del disco, con Gnossienne nº1 de Erik Satie por aquello de los contrastes de sabores que tan buen resultado le dan a los cocineros famosos. Perfecto, broche de oro para un disco redondo.
Destacar el sonidazo que han conseguido en esta grabación. Todo se escucha y distingue a la perfección a pesar de estar compactado en una mole que te aplasta desde que das al play del reproductor y el engendro comienza a tronar. Sencillamente magnífico, no se me ocurre qué más se le pueda pedir a un disco de grindcore. Letras y temas reivindicativos, por supuesto, quien diga que grindcore no es protesta y no debe meterse en política es que no se ha enterado de qué va el asunto, con ese ramalazo de humor negro negrísimo que comentaba antes y que también es consustancial a estas cosas. No llegan al punto de Anal Cunt, no te vayas a creer, pero ya se sabe que el señor Seth Putnam y sus huestes eran otro rollo dentro de este mundillo. Convulsions van más por la vía de los Napalm Death clásicos, aunque podrás reconocerles otras influencias, ese juego te dejo que lo juegues tú solito y así también participas activamente de la escucha. Prueba de esta influencia la tienes en Noche agónica que tiene un riff calcado, me imagino que les habrá salido así sin darse cuenta, a otro de Unchalleged hate. No pasa nada, estas cosas se les escapan hasta en las mejores familias, tengo una lista de grupos que han derrapado en ese sentido a la que los añado, estarán bien acompañados con gente como Kreator, no es una mala juntiña.
Habiendo podido gozar de sus apabullantes directos, puedo dar fe que son una apisonadora y que merece la pena al 100% ir a verlos, solo me queda desear que vuelvan a pasar por aquí cerca para echar otro rato disfrutando de su buen hacer. Se han convertido por derecho propio en unos imprescindibles de esa nueva escena grindcore que está surgiendo y que tantas alegrías no está dando a los flipados… esto… quiero decir a los aficionados al género. Se está quedando una buena época para disfrutar del tracateo máximo. Con grupos y discos como este da gusto.
0 comentarios