“Lo tuyo y lo mío” es un musical atípico. Corto de duración, ya que sólo dura setenta y cinco minutos, e íntegramente cantado para narrarnos una historia de amor, y desamor, que va de menos a más. Una fórmula que ya hemos visto con éxito en el cine con una obra maestra como “Los paraguas de Cherburgo” de Jacques Demy donde tampoco existía una sola línea de diálogo que no fuese con música aunque, en este caso, toda la banda sonora era compuesta por un Michel Legrand en estado de gracia.
En la obra que se representa en el Teatro Arlequín, próximo a la Gran Vía madrileña, las canciones son de diversos artistas de la música pop, desde la década de los sesenta hasta la actualidad. Desde Mocedades a Shakira, pasando por Mecano, Rocío Jurado o Ana Belén. Casi todos temas conocidos que el público se sabe de memoria y canta o tararea. Más al tomar un pequeño extracto que suele coincidir con el estribillo. Un popurrí que hace que el espectador esté entretenido en la poco más de una hora y cuarto de musical.
Eso sí, un argumento sencillo y correcto con unos jóvenes que se conocen, se enamoran, van a vivir juntos, aparece la monotonía, terceras personas y se separan. Historia similar a la de Jacques Demy antes citada pero pasada por el tamiz de estos tiempos. Y comentábamos que va de menos a más pues el inicio es algo “ñoño” (quizás todas las motivaciones románticas lo sean), con canciones de ese tenor, con kilos de azúcar y toneladas de mermelada, que va mejorando en cuanto empiezan los problemas y donde se demuestra que las letras de Manuel Alejandro son memorables para narrar la inquina del desamor con genialidades como “Ese hombre”, “Se nos rompió el amor” o “Lo siento mi amor” que en voz de Rocío Jurado sonaban excepcionales.
Por suerte, en “Lo tuyo y lo mío” las voces son también de envergadura con tres intérpretes que defienden sus papeles tanto en la voz como en su modalidad actoral. Destaca la protagonista de la versión española del «We will rock you», Anabel García, soprano de amplio espectro vocal y buenas dotas, acompañada por otros dos miembros del elenco del musical de Queen como Manuel Ramos e Iván Herzog, este último además toca el sintetizador como único instrumento de la función. Entre los tres consiguen que estemos entretenidos en todo momento con esta comedía dramática romántica, con más humor que tragedia. Minimalismo en “estado puro” que también se puede ver en la escenografía, presidida por un sillón, con algunos elementos de “atrezzo” en los laterales.
Una interesante propuesta en la cartelera teatral de la capital de España en un lugar tan coqueto como el Arlequín, con esas largas escaleras que nos conducen desde la calle San Bernardo hasta el subsuelo del centro de Madrid. Un lugar donde en su momento, cuando era cine, llegué a ver de estreno cosas como el “Braveheart” de Mel Gibson (con su descanso a mitad de película). Ahora dentro de su programación donde hay varios espectáculos a la vez podemos disfrutar de este “Lo tuyo y lo mío”, un musical diferente pero entretenido. Y eso, en estos tiempos es más que agradecido.
0 comentarios