La zona de Usera se ha convertido por méritos propios en el Chinatown de la capital de España. Una suerte que disfrutan los vecinos de Madrid con esta versión de oriente en modo castizo, en un barrio de edificios no muy altos y donde la calle Nicolás Sánchez se convierte en un hervidero de locales comerciales chinos. Entre ellos múltiples restaurantes.
El que reseñamos hoy es uno de los más conocidos llevando por nombre Lao Tou, un antiguo local con motivos taurinos (que no han retirado) y donde se puede disfrutar de auténticos manjares del país de Zhang Yimou.
Junto a unos amigos fuimos a degustar platos que no vas a encontrar en los “chinos de barrio”. Al tener todos un paladar abierto a nuevos sabores decidimos que la base iba a ser casquería, cada vez más en boga (hasta con varios restaurantes especializados en este tipo de comida con distinciones y Estrellas Michelín). Mesas cubiertas con plásticos pues la comida se suele dejar y no recoger y un curioso sistema donde se pide la comanda por una app, sin necesidad de camarero que se limita a traer las viandas (entendemos que porque unos cuantos no hablan español). Una clientela donde en un lunes laborable (aunque de navidad) se dividía entre familias chinas y grupos de españoles.
Para maridar fuimos a lo seguro y pedimos cerveza Tsingtao, una lager flojita de origen chino para beber fácil, no decantándonos por vino ya que unos cuantos de los platos eran picantes.
Comenzamos por unas lenguas de pato, un manjar oriental de poca carne pero intensa y donde es necesario utilizar las manos. Rico pero no creo que lo volviese a pedir.
Tres cuartos de lo mismo sucede con la ensalada de medusa, de un textura algo extraña, dura y gelatinosa a la vez, refrescada por trozos de peino y bañada en una salsa de soja y vinagre.
Con los platos más picantes sirvió para calmar la garganta. Sorprendente las cabezas de pato, presentadas en dos mitades y donde como las lenguas había que hincar diente para aprovechar su buen sabor.
Entre los principales que compartimos acierto el intestino de ganso salteado con sangre de pato que nos recordaba levemente a los callos con sangre coagulada aunque aderezado con un extraordinario toque de picante y un toque de cilantro y verduras chinas.
Muy rico aunque hay que descubrirse con la sopa de cabeza de merluza que pedimos con un nivel medio de picante.
Magnífico sabor, mitigando el pique con la parte verde del puerro y la cebolleta que corona el plato y unos fideos de arroz cocidos que pedimos aparte. Nos encantó. Es una de las grandes especialidades de la casa y se nota.
Rematamos el ágape con intestinos crujientes, con un buen rebozado, plenos de sabor y que nos recordaron a otro plato castizo como son los entresijos.
El Lao Tou es un ejemplo de las ventajas de la globalización pues hace treinta años un local así no hubiese tenido sentido pero ahora nos ofrece auténtica cocina étnica. Un lugar que visto las raciones abundantes y el precio más que moderado es para visitar a menudo. En esta ocasión, al estar saciados, no pedimos postre y nos dedicamos a caminar por Usera localizando próximos restaurantes a los que visitar. Tras una larga caminata acabamos en otro tomando el divertido bubble tea pero esa ya es otra historia.
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