Séptimo disco de estudio de los británicos The Darkness, una banda que intenta mantener viva la llama de ese rock de estadio de los setenta y ochenta, influencias que nunca han ocultado los hermanos Hawkins como un cruce entre Ac/Dc y Queen, cosa que se puede escuchar en las afiladas guitarras de Dan Hawkins y esos insólitos “falsetes” de Justin Hawkins. Un espectáculo que se acrecienta en directo como pudimos comprobar la última vez que visitaron España.
Quizás no confirmaron las enormes expectativas generadas por su primer Lp “Permission to land” pero con el paso de los años siguen siendo una máquina de producir buenas canciones preparadas para defenderlas en concierto. “Motorheart” es otra “vuelta de tuerca” a su sonido, envuelta en una inclasificable portada con innumerables referencias fálicas en un planeta, entendemos que lejano. Sin duda es una de las “marcas de la casa” el mezclar el humor con lo serio, el ridículo con el éxtasis que siempre bordean.
“Motorheart” empieza fuerte con un gran riff, al que suma el bajo de Frankie Poullain, la perfecta pegada de Rufus Tiger Taylor y unas gaitas, antes de la aparición de la voz de Justin. Un inicio magnífica esta apertura con “Welcome Tae Glasgae” al que sigue “It´s love, Jim” un corte habitual en The Darkness. Buen periplo “hardrockero”, buenas guitarras y cambios de ritmo con un Justin Hawkins en la tesitura vocal que le gusta y que domina, mezclando voces limpias con agudos en “falsete” cada vez más altos. Dos temas de tres minutos que enlazan con el homónimo “Motorheart”, una broma sobre el amor con una mujer robot con ritmo “machacón” y cercano al “glam”, sobre todo en su estribillo. Cinco minutos que contrastan con la entrada puro Ac/Dc de “The power and the glory and love” aunque según avanzan los cuatro minutos del tema también escuchamos alguna influencia de los mismísimos The Who.
“Jussy´s girl” era uno de los adelantos que antes habíamos podido escuchar. Corte más calmado aunque sin llegar a ser medio tiempo sí es más melódico, lo que se demuestra en su bonito estribillo. Esa misma estructura de unir riffs de guitarra con estrofas a medio tiempo y subir algo en el puente y el estribillo se mantiene en “Sticky situation”. Más “glam”, con el riff a toda pastilla aunque más melódico en el estribillo es la clásica “Nobody see me cry” donde se demuestra que en todo el álbum no innovan demasiado con lo escuchado desde hace lustros pero creemos que tampoco hace falta pues su “hard rock” con “glam” les funciona y entendemos que es lo que demandan sus seguidores. Cosa que se confirma con “Eastbound” donde como el resto del “Motorheart” el sonido es reconocible y que nos conduce sin remisión hacia el final del disco con “Speed of a nite time”, una de las mejores canciones del disco donde casi homenajean el rock ochentero, encontrando presencia de sintetizadores y un ritmo más elegante y menos guitarrero que en el resto del trabajo. Con las buenas sensaciones de “Speed of a nite time” llegamos a la conclusión con “You don´t have to be crazy about me…but it helps” donde incluso se atreven con esa base “funky”.
Y de regalo con inicio acústico nos llega “It’s A Love Thang (You Wouldn’t Understand)” manteniendo esa esencia melódica y la balada “So long” colocando el “broche de oro” a un interesante álbum que mantiene a The darkness en un puesto alto entre los grupos de hard rock. Como explicábamos unas líneas más arriba no inventan nada pero tampoco hace falta.
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