Otra serie post apocalíptica. Otra vez Jason Momoa haciendo de Khal Drogo. Otra vez Dave Bautista interpretando a un muro de ladrillos. Otra ficción que intenta ser la heredera de Juego de Tronos. Sí. See es todo lo anterior. Pero funciona. Esta segunda temporada ha tomado nota de los errores de la primera (que ya era una ficción de lo más disfrutable) y ha mejorado notablemente. Técnicamente la serie sigue siendo asombrosa, nada que objetarle. Tanto la dirección artística como la fotografía son sobresalientes. Eso sí, sigue siendo necesario que el espectador acepte la premisa de la ceguera de la humanidad. La serie triunfa al mostrar cómo las tareas más cotidianas se ven condicionadas por la falta de visión, pero sigue resultando algo inverosímil como pueden pelear así de rápido sin ver. Por mucho que agudicen el olfato y el oído, a veces no me creo que estos guerreros adivinen por donde vienen los ataques.
Ya desde la renovada cabecera y su nueva sintonía se nota un giro evidente. Cierto que la música se ha hecho mucho más épica y emocionante (como la serie misma) lo cual indica un saludable cambio de rumbo. También las tramas se han hecho más interesantes, se han desarrollado personajes a priori poco interesantes y se ha recuperado algún otro que dábamos por perdido y que no voy a desvelar. De entre las novedades yo destaco a Lord Harlan (Tom Mison), uno de esos personajes sibilinos que uno nunca sabe si sube o si baja, pero seguro que siempre busca su propio interés. Además se ha incluido algún arco nuevo de lo más jugoso y a un villano memorable. Si Jason Momoa tiene un físico portentoso, su oponente debía estar a la altura y Dave Bautista da el pego perfectamente. Todo ello para construir unas intrigas palaciegas y unas escenas de acción de primer nivel. En esta segunda temporada la serie ha mejorado en ritmo, la verdad. Tenemos mejores personajes y un mejor tratamiento de los mismos. La estrella de la función, entre tanto sablazo y tanto cráneo aplastado, sigue siendo Sylvia Hoeks y su memorable encarnación de la reina Sibeth Kane, quien sigue oscilando entre lo maquiavélico y lo patético. Sibeth es el mejor personaje de la serie simplemente gracias a que es el mejor escrito y el mejor interpretado. Realmente esta reina poco o nada tiene que envidiar a otras reinas de la televisión moderna como la Cersei Lanniester de Juego de tronos.
El único aspecto negativo de esta segunda temporada de See es ese maldito empeño de alargar la serie. Sinceramente, me resultaron forzados esos últimos 15 minutos en los que intentan conectar desesperadamente con una posible tercera temporada.
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