Los salmantinos El altar del holocausto son una banda “a contracorriente”. Post rock y post metal con toques doom, en una formación estrictamente instrumental, basada en la iconografía católica y un directo demoledor, siempre ataviados con sus sempiternas túnicas blancas. Les anteceden tres magníficos discos “He”, “She” e “It”, donde juegan con su título con la idea de Jesucristo, la Virgen María y el Espíritu Santo.
Con la pandemia han debido parar su exitosa gira pero, a cambio, nos ofrecen este trabajo titulado “Trinidad”, cuyas canciones representan las tres virtudes teologales: Fe, esperanza y caridad. Un disco donde han dejado, un tanto, las atmósferas oscuras del doom e, incluso, los sonidos más metaleros buscando algo más de calma y reflexión en un Lp corto, que no llega a la media hora. Casi más un Ep pero de gran calidad en su instrumentación y en los diferentes cambios en los diferentes cortes.
“Trinidad” se abre con los casi diez minutos de “Fe”, donde un comienzo relajado a guitarra y efectos de sintetizador nos presenta lo que parece una canción intimista en unos maravillosos primeros tres minutos, entrando el resto de instrumentos a partir de ese momento en un leve “crescendo”, algún “diminuendo” y una de esas fases “doom” “marca de la casa” que los castellanos bordan. Melodías de envergadura enlazadas a la perfección, cambios de ritmo, de tono cuya duración acaba por hacerse ínfima. Una presentación brutal.
La “vuelta de tuerca” llega con “Esperanza”, donde el cuarteto experimenta con el jazz y, sobre todo, con el blues. Sonidos que invitan a la relajación, a la escucha activa descubriendo los múltiples pasajes y recodos que se esconden en los seis minutos y medio que desemboca en un final de antología.
Para la pieza final nos presentan “Caridad”, nueve minutos que comienzan a ritmo de sintetizador en los primeros cuarenta segundos para deleitarnos con otra joya que sumar a su colección, dividido en dos partes, una primera cercana al post rock-metal y una segunda presidida por uno de esos punteos que nos elevan a terrenos más elevados, con un irresistible final doom que nos hace quedarnos con ganas de más.
Sin duda es el mayor debe, pues los escasos veinticuatro minutos se nos quedan escasos pero demuestran el estado de este combo tan bien engrasado. Los Sky Bite, Weasel Joe, Reaper Model y Reverb Miles han construido un Lp que a buen seguro se situará entre los mejores del año. Lástima tan corta duración aunque esperamos verlos pronto en directo, sea en sala o en festival… cuando vuelva a celebrarse.
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