Tengo que reconocer sin ningún lugar a dudas, que viendo la pinta de la portada de este debut en larga duración de los barceloneses Wild Road Rollers, es uno de esos discos que casan perfectamente con mi manera de entender el rock and roll. Al menos en teoría que hace ya demasiado tiempo que aprendí, a base de experiencia, a no juzgar un libro por la portada. Pero en este caso no hay craso error ni desilusión. Wild Road Rollers son un trío que seguro que tienen a Motörhead en un altar, aunque diría más en espíritu que en influencia sonora, de rock and sucio y crudo, de guitarras rabiosas, base rítmica potente. Deambulando entre el hard rock más salvaje, rescatando herencias sureñas e incluso algún deje stoner de vieja escuela, del de sonido monolítico – que es el que a mi me gusta – se lanzan a la carretera – vale, suena a tópico, pero es que la portada y las pintas me lo ponen a huevo y no lo podía desaprovechar – con diez canciones sin descanso. Tengo la certeza de que la música de Wild Road Rollers donde realmente suena sobresaliente es en directo, garito, cerveza, humo y sudor. No me malinterpretes, en disco estos tipos se lo hacen muy bien, y además la producción del disco ha respetado ese aura sucio que su música inspira. Comienza la carga con la marchosa «I should be in Hell», potente, acida, con sabor a asfalto y olor a rueda quemada. Rock directo es lo que nos encontramos con «Fire Thunderbomb» a la que tratan de dar color con los coros aunque reconozco que no termino de conectar con esos coros. La cosa se pone realmente interesante con la potente «Road bastards» y su sonido arenoso, sin llegar a las tesituras del stoner pero presumiendo de una contundencia estupenda. Otra canción cojonuda es «Hangover Day», con acústicas, tirando de rollo Southern y que puede recordar bastante a las historias de Zakk Wylde.
La esencia se destapa con «Green illusions» y te das cuenta que el disco va cada vez a más. En un pesado pasaje donde cruzan influencias tanto del stoner como del Southern, con un magnífico solo y ese paso acompasado que proponen. Inicio a lo Iommi en «Desert Chaos» y demostración de músculo durante toda la canción, resaltando una base rítmica muy contundente. Sonidos desérticos para «Rocker God», comenzando casi a relentí para endurecerse a las primeras de cambio y vuelta al inicio tras el estribillo. «Restless» es más rock and roll salvaje, diversión y adrenalina bañada en riffs. Directa al paladar como un buen trago. Sin despegarse excesivamente del mismo camino, nos encontramos con «No brother left behind» de sabor clásico y con un gran trabajo de guitarras. Cierra este disco «Before I count to three», puro hard rock con la gasolina a tope y el puño al máximo, rock de carretera como advertencia y Lemmy que se me aparece sonriendo mientras transcurre la canción. Un disco que posiblemente habrá a quien le parezca demasiado sencillo, básico o como coño lo quieran llamar. A mi me resulta un jodido puñetazo de rock and roll, de esos que levantan a un muerto. A fin de cuentas, aquí hemos venido a pasarlo bien, y con Wild Road Rollers lo tienes asegurado.
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