Sin duda ningún progenitor esta preparado para la muerte de un hijo sea cual fuere la causa o la vida del mismo. La contra natura del suceso luctuoso y los sentimientos de amor, esperanza y sueños dan lugar a un trauma intenso que resulta imposible de paliar. Steve Earle perdió a su hijo Justin hace escasos meses y «JT» es la forma elegida como medio de atravesar el imponente duelo. No encuentro manera más humana en un padre que recordar a su hijo que hablar de forma frecuente sobre su hijo y decir su nombre. Y es que JT es precisamente , eso un recordatorio , un nombrar, un honrarle mediante la repetición de su nombre mediante sus canciones.
Podrá gustar o no el método elegido por el padre para aprender a vivir con la pérdida mediante esa fórmula de hacerle formar parte de su identidad a sabiendas que nunca podrá superar su ida pero les aseguro que no hay manera más humana para ello. Steve precisamente integra las canciones de su hijo a su forma de interpretar, es leal a su memoria de la mejor manera posible integrando a su hijo en una interpretación más Steve Earle que nunca.
Hace décadas Steve había logrado su cenit mediante una serie de trabajos dónde aunaba en simbiosis perfecta el folk country con vestigios de rock de genuino sabor americano, después su formula fue decayendo por una sucesivos vaivenes y, tras la muerte de JT ha empezado a retomar el pulso, primero con «Townes» del pasado año y ahora con este JT , un trabajo muy emparentado con discos como «The Mountain» o «Jerusalem» . Momentos de cruda y sombría épica en la enorme versión de «The Saint Of Lost Cause» , se entremezclan con delicias folk ( «I Dont Care» , «Ain’t Glad I’m Leaving» , «They Killed John Henry» ) y con regios ejercicios de rock como ocurre en las interpretaciones de «Maria» o «Champagne Corolla», como sucedía antaño al viejo padre en duelo . Comparar estas canciones con las interpretaciones del descendiente carecen de sentido; es imposible que la eterna languidez y la poesía de Justin sea arrebatada por su padre ni tan siquiera cuando afronta «Turn Out My Lights» o «Far Away In Another Town» en una forma tan enternecedora que eriza la piel, porqué ese no es el propósito de JT. Lo que si queda claro es que revisando , recordando y rescatando de la menoría al hijo, Steve ha vuelto definitivamente a encontrarse a si mismo.
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