Comentamos tras el último concierto de WarCry, celebrado, poco antes del confinamiento por la pandemia del Covid, en el Escena Rock de Madrid, la cantidad de seguidores decepcionados por el parón indefinido de una de las bandas con más tirón dentro del metal nacional. Pues tras casi un año, el antiguo teclista (hoy en “Avalanch”) Manuel Ramil, junto a otros dos ex componentes como el batería Alberto Ardines y el guitarrista Fernando Mon, contrtan al bajista Luis Melero y fichan como vocalista al front man de los WarCry Víctor García, para emprender este proyecto de nombre Adventus.
Su primer trabajo lleva por título “Morir y renacer”, donde se mantienen las bases de un heavy metal reconocible, con influencia del power metal, con momentos sinfónicos, fuerte presencia del teclado en las composiciones (se nota la mano de Ramil), guitarras contundentes y la voz de Víctor García, más comedido, cantando en tono más grave y reposado, sin la aguda voz de antaño. Un disco que conecta con lo hecho antes por el grupo asturiano pero con un toque diferente y especial, comenzando con una intro de nombre “Némesis”, marcada por el piano y una sección de cuerda, fraseos con cierta épica y final potente. Esa presencia de teclado impregna un corte clásico de power metal de seis minutos como “Dame una razón”, con estribillo pegadizo. Más calmado comienza “Solo uno más” para ir ascendiendo en el estribillo. Un tema melódico, con un interesante punteo central. “Agua en el desierto” ofrece más velocidad, donde notamos en los más de cuatro minutos la exigencia vocal (que nos apetece escuchar en directo pues es un envite complicado). “Donde diga el corazón” inicia con una presentación casi sinfónica de más de un minuto para enlazar con una composición melódica y elegante, envolviendo los algo más de cinco minutos, con otro destacado punteo central que entronca con la primera balada de “Morir y renacer”, un “Parte de tu vida” marcado por el sonido del piano y la voz de Víctor García, un intimismo en “crescendo” a partir de la mitad de los casi seis minutos de duración. “Más fuerte que el dolor” es el primer “sencillo”, en la línea de la banda que los hizo célebres, con estructura que va ascendiendo en el puente y el estribillo. “Luces y sombras” mantiene la constante melódica, de comienzo épico que tan bien les funciona en todo el Lp. “No pudo ser mejor” sorprende por su estructura A.O.R., un precioso corte que entronca con toda la historia del “hard rock melódico”. Otra balada, con importancia del piano y voz como “A corazón abierto”, aunque con más instrumentación que “Parte de tu vida” que nos conduce a la parte final con “Sin miedo”, cinco minutos y medio a toda velocidad, en uno de los temas más rápidos, más “power metal” y con un doble bombo efectivo para concluir con “Trozos de hielo”, cuya “caja de música” parece preceder a otra balada pero que ofrece más “power metal”, con otro pegadizo estribillo.
Un disco que satisfará a los múltiples “fans” de WarCry ofreciendo unas pautas que todos conocen pero con una nueva historia, bien producida e interpretada y que seguro, que cuando todo esto pase (esperemos que pronto), les va a llevar por grandes pabellones de España e Hispanoamérica y los festivales más importantes.
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