Una nueva década estaba iniciándose y parecía que un nuevo Lou Reed pedía que se le hiciera un sitio, y no solamente desde la portada, si no también dejando atrás ese sonido mas crudo y enrevesado por uno mas claro y coherente que no se solía escuchar tanto en sus obras anteriores.
La portada también es curiosa, si bien es verdad que hacia tiempo que ya no lucia ni esvasticas, ni tintes rubios, tampoco opta por una mirada desafiante , ni altiva. Aparece con un jersey normal, el típico que pillas sin pensártelo dos veces, su mirada es algo intrigante como un alcohólico que acaba de terminar su presentación en una reunión de A. Hasta se le nota algo mas “hinchado” ,en buena salud pero castigado. Media cara a la luz y otra en la tenebrosidad, como la vida y la música del músico americano. En la contraportada posa en segundo plano, pero por encima de una banda que a simple vista parece mas la de un tipo como Bruce Springsteen que de Lou.
El disco es un gran disco que muchos no prestaron la suficiente atención, si bien el sonido es mas pulcro, y el de New York empieza a tener una verdadera fascinación y obsesión con la pulcritud del sonido, lo que le llevará ,poco a poco, a ofrecernos dos obras maestras consecutivas años mas tarde. La temática del disco es la familia, pero evidentemente no una familia convencional. Sus textos siguen bañados en esa claridad glauca iluminada únicamente por un fósforo tembloroso. La sordidez y violencia pero también hay curiosamente sitio para el humor en un tema como “Power of Positive Drinking”, donde un Reed sentado a un bar miserable de una isla caribeña se erige en sabio bebedor y en apenas tres minutos ilustra a sus compañeros los beneficios de la bebida. A semejanza de “Smiles” con ritmo saltarin nos cuenta los beneficios de no sonreír, ya que es algo falso y que no hay que enseñarle a la gente lo feliz que somos. Algo que Lou mamó de pequeño de su madre, una ex reina de la belleza que se veía a sonreír como una pánfila concurso tras concurso, y ese conmovedor guiño a “ Walk on the Wild side “ con sus “Do, Doo Doo” como perfecto coda. Pero sobre todo es por la cruda belleza de la inicial “How Do You Speak to a Angel”, o “Thing Is Over” y “ So Alone” o por esos guiños a las cosas que le gustan o atormentan; como Reed que recita el “Take me to the River” de Al Green en la final “Teach the Gifted Children” que el álbum “Growing Up in Public” no es simplemente otro trabajo mas de Lou Reed. Es un disco muy cercano al “Coney Island Baby” en cierto sentido, un disco que paso mas que inadvertido y que es una delicia recuperar a pesar de los años.
Once canciones que fueron compuestas por Reed junto a su teclista Michael Fonfara, un ex The Electric Flag y Rhinoceros, que también colaboró como co-productor. Y que sirven a Reed como una autobiografía y un compendio de odio y autodestrucción junto al amor y el perdón.
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