Basada en un monólogo de la humorista Phoebe Waller-Bridge para el festival de Edimburgo, esta miniserie (consta de 2 temporadas de 6 episodios cada una) me encantó. Fleabag narra las aventuras de una treintañera (la misma Phoebe Waller-Bridge) que está superando un duro trauma y se siente sin rumbo en la vida. Mientras encuentra su camino vital se entrega a los placeres de la carne enredándose en insustanciales relaciones. Las dos temporadas están cargadas de excelentes diálogos, magníficas interpretaciones y mucho humor negro. Esa capacidad de alternar drama y comedia con un muy poco sutil humor británico me lo hizo pasar muy bien aunque debo destacar que cada vez el drama va tomando más peso en detrimento de la comedia. Fleabag es la huida hacia delante de una joven herida que no acepta sus miserias, una especie de Peter Pan femenina que se protege de sus traumas tras una coraza de sarcasmo. Por cierto, Fleabag hace uno de los usos más originales nunca vistos de la ruptura de la cuarta pared, ya sabes: cuando los personajes se dirigen directamente al espectador rompiendo esa pared imaginaria que antiguamente en los teatros separaba el escenario del público.
Más allá de la singular relación de la protagonista con su hermana (Sian Clifford), su insoportable cuñado, su padre, un sacerdote de buen ver, su madrastra (una sensacional Olivia Colman) o las incómodas cenas familiares, Fleabag contiene la mejor reflexión de la historia sobre la menopausia: El monólogo de Kristin Scott Thomas es una joya sobre el dolor físico inherente a toda mujer. El personaje de Kristin Scott Thomas es una mujer de 58 años que habla sin tapujos sobre el dolor que acompaña a la mujer desde que tiene su primer período y sigue con los embarazos, la lactancia y la menopausia. Esa fase final que indica que el dolor llega a su fin y que su personaje siente como una liberación. Mientras los hombres buscan el dolor en actividades físicas (deportes, caza, guerra) la mujer sufre el dolor físico durante buena parte de su vida. Una original forma de ver la guerra de sexos. No sé si esto es feminismo o no, pero me pareció muy inteligente. Como el resto de la serie, vamos.
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