El viejo León de Belfast no ha podido ser domado. Cuando todo parecía indicar que la llama que sustentaba su fuerza se había desvanecido por el transcurso de la edad y el acomodo parece ser que Van The Man se ha repensado el envejecimiento y se niega a se jubilado. VAN MORRISON , ha regresado con THREE CHORDS AND THE TRUTH , sin lugar a dudas su mejor colección de canciones desde bastante tiempo atrás . No es que el León haya estado inactivo porque su producción de estos años ha resultado ingente, pero lo mismo que fue voluminosa lo fue de estéril , sin mordiente y con una pasmosa falta de ambición, pero en esta ocasión ha dejado de lado la mediocridad y la versiones para ofrecer 14 temas de su puño y letra llenos de vigor
Morrison, produce el disco , toca guitarras acústicas y eléctricas, saxo alto y piano eléctrico, se trae a cohortes de mucho tiempo, como Dave Keary (guitarra eléctrica), David Hayes (bajo) y Bobby Ruggerio (batería) junto con la
percusionista y vibrafonista Teena Lyle, quien ha contribuido a tantos grandes álbumes de Van Morrison, lo cual redunda en una sensación de placentera comodidad que saca lo mejor que Van puede ofrecer a estas alturas de su carrera y edad; así las enormes “Days Gone By” o “Up In Broadway” podrían considerarse como las canciones significativas de su autor en este siglo ; además para su ejecución también se trae a Jay Berliner a la guitarra para que un poco del aroma del Astral Weeks impregne de su inspiración a la grabación como sucede en la inicial “March Winds In February”.

Salvando la citada “March Winds” y “Bags Under My Eyes”, de sonido country que recuerda a Willie Nelson, el grueso del lp se lo reparten distintas formas de ver la música de color . “You Don’t Understand” es un blues homenaje a su amigo John Lee Hooker; “Early Days” es un boogie woogie con un formidable solo de saxo de Van cual antiguos tiempos de Them ; “In Search of Grace” es una deliciosa apropiación del estilo de los Impresions, mientras que el soul blanco de “Fame Will Eat The Soul” nos ofrece un sugestivo dueto con el Righteous Brothers Bill Medley ; o “Dark Side Of Soul” , marcado por una sedosa guitarra y teclados, y Nobody In Charge , ambos estos dos temas recuperan esa sensación de sacar fuerzas de tiempos pretéritos ya que si uno cierra los ojos podría estar imaginando escuchar un par de outtakes del Street Choir
THREE CHORDS AND THE TRUTH nos permite encontrar a un sorprendente y vibrante Morrison, demostrando que el carácter terco y porfiador del músico en esta ocasión ha servido para reencontrarse con sus mejores momentos de antaño. Un trabajo absolutamente impecable y que, aunque no está a la altura de los mejores si, es digno de figurar en un más que notable lugar dentro de su formidable obra.