Está claro que la virulenta metereología y los paseos con mis perrillas por las cumbres ‘dilatadas’ hacen que el cuerpo me pida fuzz, fuzz y más fuzz denso y corrosivo y de momento así va a seguir siendo en el día de hoy y muy posiblemente también al siguiente.
La banda que nos ocupa hoy, los de Kalispell, Montana, WIZZERD, son unos auténticos desconocidos para la escena stoner, de hecho los conocí hace poco más de una semana en, curiosamente, ‘El Behringer del Capi’ y, si bien el corte elegido me gustó muchísimo, El Capi vaticinaba un disco de Stoner Doom que olía a linealidad, ritmos densos y atmósferas pantanosas. Pues bien, me he hecho con el disco y cuál ha sido mi sorpresa Pupilas/os, porque es todo lo contrario. Pero no adelantemos detalles, saluda a Satán y entra en el Fuzz-Averno!!!…
Recién llegados aunque sobradamente preparados para recrear la más oscura de las sombras…
Gestados en el más oscuro rincón de las montañas de Montana en 2015 por Dragon (guitar, vocals, violin), Warrior (bass, cello, vocals), Wizard (guitar, mandolin, vocals), Phoenix (drumset, percusion, vocals) y Wraith (synthesizer, audiomancy, vocals). Su corta carrera consta de un E.P. debut, Doomchild (2016) y el LP debut que nos ocupa hoy de título homónimo al nombre de la banda, Wizzerd (2019). Los parámetros sónicos de una banda de Stoner Doom tienen a Black Sabbath practicamente como grupo de cabecera añadiendo el componente más árido de Kyuss y ralentizándolos al máximo para provocar esas atmósferas densas tan características del género y sí, los Wizzerd hacen esto y muy bien en cortes como «King Of Esbat», «The Doomed», «Warrior» o el tenebroso «Wraith» pero no son tracks ni mucho menos lineales, ahí tenemos sin ir más lejos ese «King Of Esbat» con un tramo final claramente celta folk o los parámetros black metal que imponen en «Wraith». Los temas más ‘desérticos’ y cercanos a Palm Desert son la hostia de buenos, vas a flipar desde el inicial stoner punk de «Great Mother Gaia» virando al doom en su parte final, la inmediatez de «Phoenix» o «Wizzerd» con un groove claramente deudor de Kyuss, cambios rítmicos muy chulos y unos vocales por parte de Dragon muy ‘a la Danzig’. En mi subjetivo caso personal, yo me quedo con dos cortes excepcionales que siguen demostrando que la banda dista mucho de ir a piñón ofreciendo siempre lo mismo así, un tema como «Wizard» te sorprenderá por su mezcolanza doom/jazz/blues/prog. Brutal!. Mi favorito, sin lugar a dudas, es «Dragon», de generosos ocho minutos con sus dos partes bien diferenciadas, la primera retro-doom vacilón con un groove vintage 70’s para morirse del gusto, la segunda explosiva y stoner punk/trash metal que insufla una tralla del copón acabando con unos alaridos importantes je, je… Y hasta aquí. Creo que os he dejado bien clarito que debéis darle una oportunidad a una banda que no se encierra y encasilla siempre en lo mismo y que sorprende probando estilos y haciendo muy dinámicas sus composiciones.
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