Vaya carrerón que llevan los canadienses Monster Truck ladies & gentleman. En tan sólo cinco años han conseguido publicar dos E.P’s y tres discos en estudio a cada cuál más contundente y sólido en composiciones. Furiosity (2013) y Sittin’ Heavy (2016) fueron dos puñetazos en los morros de órdago, la banda combinó como nadie el hard rock más excesivo y socarrón, con southern rock, blues y musculoso stoner en una línea muy parecida a como lo hacen los también fabulosos Black Stoner Cherry. Se les abrieron todas las puertas con el mencionado Sittin’ Heavy y su presencia abriendo para monstruos de primera o en festivales se ha convertido ya en habitual. Salta para que veas lo que tiene que ofrecerte el ‘Camión Monstruo’…
O ‘Evolucionas’ o mueres!!!…
Y ésto mismo es lo que ha tenido que tener Jon Harvey (vocals, Bass), Jeremy Widerman (guitar), Brandon Bliss (keyboards) y Steve Kiely (drums) en mente para acometer su tercera obra, es decir, no repetir esquemas, no plantear siempre lo mismo y sentir la adrenalina del riesgo que eso, en realidad, es lo que te hace crecer y ser más uno mismo. Muchos se sorprendieron con el lanzamiento del videoclip «Evolution» que estaréis (imagino) escuchando ahora mismo, incluso se llevaron las manos a la cabeza pensando que la banda se había vendido y que ahora sonaban a Queens Of The Stone Age. Bueno, en realidad, en esto último no les faltó algo de razón, la banda apostaba por sonoridades más actuales pero el tema es un pelotazo se mire por donde se mire.
Medio año después, el pasado octubre, nos llega True Rockers (2018) y, qué quereis que os diga, el disco es una patada en el culo a aquellos que ya los habían crucificado de antemano. Sí, se nota ese viraje en parte hacia sonidos y producción más cercana a QOTSA, incluso a Rival Sons, pero la garra de Jon Harvey, los guitarrazos stoner/hard de Widerman y esa base rítmica y teclados tan sureños y setenteros siguen siendo la base de su sonido. Que nadie se asuste porque aquí sigue habiendo pegada en pepinazos tales como «True Rockers» colaborando el mismísimo Dee Snider, el vertiginoso stoner southern «Thunderstruck» de brutales teclados setenteros, los áridos y embrutecidos «In My Own World»/»Hurricane» o el divertidísimo y atropellado «Being Cool Is Over». Cómo no, la parte bluesera y pantanosa hace acto de presencia en el groovie «Devil Don’t Care» de atractiva harmónica y caparazón stoner, además de en los temas «Undone» o «The Howlin'» en donde sacan su venazo southern con una gran trabajo vocal de Harvey. Los, digamos, experimentos se los reservan para el catchy «Evolution» (repito, temazo!) y «Young City Hearts», en donde se nota ese rollito modernete en el sonido y esa intención más accesible en estribillos, eso sí, sin perder ni un puto ápice de esa fuerza stoner boogie que se gastan los canadienses. Resumiendo, un paso hacia delante, marcando su propio camino y abriendo horizontes sin perder su reconocible personalidad.
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