En la música, como en la mayoría de las manifestaciones humanas, se innova mediante la mezcla. La simbiosis de elementos, que incluso en un primer momento pueden entenderse contrarios, es esencial para que el estancamiento pierda la batalla. En ello pienso cuando escucho Clockwork Slavery de Days Of Abuse, ya que es precisamente esa suma de elementos lo que hace que sea un trabajo muy a tener en cuenta.
Todo lo antes mencionado se hace palpable desde el primer segundo, en el que los sintetizadores que inician “Zero+One” se disparan. La inclinación electrónica no es que no cese, sino que va a más, con un interludio que se zambulle de lleno en el Dubstep para tomar aire en unos teclados de corte más clásico que recuerdan a bandas escandinavas como Dimmu Borgir, Children Of Bodom, Nightwish y Kamelot (aunque estos últimos no lo sean).
“F#ck You” mira más hacia el industrial, no puedo dejar de pensar en Rammstein (sobre todo en su segundo álbum Sehnsucht) cuando escucho las estrofas. El estribillo, sin embargo, tiene una vertiente mucho más melódica qué me hace recordar el Come Clarity de In Flames. Como veis, ¡nada malo que objetar en absoluto!
Con “Ritual” sacan la parte más macarra, casi punk diría yo. Un tema con una línea de bajo sensacionalmente melódica (soy bajista, así que tengo la manía de fijarme en estas cosas). Pero no creáis que todo es igual, los interludios cuentan con un ritmo machacón de guitarras apoyadas por teclados que bien podrían encontrarse en cualquier disco de Dark Tranquillity.
En cuarta posición el tema homónimo, “Clockwork Slavery”, y ya que estamos hablando de las evocaciones que me transmite este trabajo, aquí voy a decir que este tema podría estar entre lo mejor de Enter Shikari. Poca broma, chavales. Las melodías del sintetizador se sintetizan (valga mucho la redundancia) con las líneas vocales, lo más destacable en este corte debido a la variedad de registros que llegan al oído. Todo ello sin desmerecer en absoluto las orquestaciones que preceden un solo de guitarra que deja respirar todas y cada una de las notas, componiendo una melodía casi (o sin casi) vocal. Pinta bien, ¿no?
En último lugar “Reborn” clausura este interesantísimo trabajo como una amalgama de todo lo escuchado. Es fácil reconocer todas las influencias mencionadas, que se suceden con muchísima maestría. Sin ninguna duda, una muy buena forma de dar un punto y final que hace que desees que sea un punto y seguido.
Hablando claro y para cerrar yo también, Days Of Abuse han elevado con Clockwork Slavery una propuesta más que interesante. Variada, original y, ante todo, ejecutada con mucha clase. Un paso más en la evolución y confluencia de estilos. Un paso firme. Un muy buen paso.
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