Desde hace un tiempo, hago lo posible por acercarme a las cosas con cero ideas en la cabeza. Hacedlo y os daréis cuenta de hasta qué punto no podemos disfrutar de ellas en su totalidad, ya que crearnos expectativas hace que no captemos todo tal como es. Pues nuestra mirada se encuentra contaminada, y sólo podemos apreciar lo que se asemeja a lo esperado. Perdiendo muchos, y valiosos, detalles en el proceso.
Así que me dispongo a contaos lo que he percibido tras escuchar The Silver Ghost, el nuevo trabajo de Childrain.
Aunque os hago un spoiler de manual: es un discazo. Emana una fuerza descomunal, pero aplicada con tanto tecnicismo que lo convierte en un caos controlado. No os creéis ideas equivocadas, no estamos ante una banda de metal cañera que deja de lado la melodía. De hecho la melodía está extremadamente presente a lo largo de los temas. En cada estribillo, cada estrofa. En las voces, con una amplitud de registros que van del gutural a la limpieza cristalina, y en las guitarras, afiladas en los riffs y cálidas en los solos. A lo largo del álbum las melodías no cesan, a veces armonizándose entre sí para captar toda tu atención.
Composiciones muy trabajadas, llenas de matices que hacen que te sorprendas en cada escucha. En ellas podemos ver influencias muy claras de Heaven Shall Burn y Machine Head en los riffs; melodías tanto de guitarras como de voces que evocan a las diferentes etapas de In Flames. Las baterías en algunos pasajes recuerdan a Soziedad Alkóholika (poca broma). Solos que fácilmente encontrarías en cualquier disco de Children Of Bodom.
Todo lo dicho arriba no hace más que reflejar la diversidad de temas que encontraréis si decidís acercaros a este más que notable trabajo. Eso sí, éstas han sido mis impresiones. Ahora sois vosotros los que debéis generar las vuestras. Que seguro que harán que apreciéis mejor este magnífico disco.
0 comentarios