Si recordamos la era pre internet, cuando revistas, algún catalogo y las mismas tiendas eran las que te mostraban los discos, las portadas jugaban un papel quizás más importante que hoy en día. Muchas veces, si no tenías toda la información de un disco, era la portada la que hacía que la balanza se inclinara más hacia un lado u otro en el interés que tendrías sobre dicho Lp. Cuando observas la portada del nuevo disco de Ace Freheley, el que fuera componente original de Kiss, y miembro más prolífico en discos en solitario, ves que no solo utiliza su seudónimo en la mítica banda para dar nombre al artefacto, “Spaceman”, la portada te lleva a imaginar que el contenido no andará muy desencaminado de esa mezcla de rock y glam que tan buen resultado le diera la banda de Nueva York.
Y lo que nos ofrece Ace, en este octavo disco fuera de Kiss son 40 minutos, (que buenos los discos que caben de sobra en un vinilo), de rock sencillo, mezclado con glam, sin pretensiones, pero con calidad, un viaje por el estilo que la banda que le encumbró maneja sobradamente, y demostrando que su aporte en Kiss era crucial para cimentar su estilo propio. Solo tenemos que escuchar “Rockin With The Boys”, que ha sido single de adelanto para que nos transporte hasta los Kiss de los setenta. Pero que hasta el bueno de Gene Simmons apoya este disco, dejando reflejado su bajo en los unidos dos temas que Ace no graba con dicho instrumento. Es más, ese bajo al comienzo de “Without You I’m Nothing” es obra de “The Demon”. Aunque también se desmarca con temas rocosos, como “Mission To Mars” que se lleva la parte dura del disco, donde no solo encrudece el sonido, deja que la guitarra sea protagonista en el desarrollo del tema. Pero el conjunto es cercano a su primer disco en solitario, aquel del 78 que llevara su nombre, como hicieran el resto de la banda madre, incluso una versión de Eddie Money, el medio tiempo “I Wanna Go Back” quedaría perfecto en cualquier disco de Kiss. Resaltar otro momento potente del disco en “Bronx Boy”, que suena fuerte, y pelea por separarse del sonido general del disco, pero que melodías en estribillo y coros de nuevo te conducen a sus trabajos de los setenta. Ni tan siquiera en el cierre del disco te abandona esa sensación, aun siendo un corte instrumental, con toques progresivos y varias pistas mezclando guitarra eléctrica y acústica para lucimiento, elegante y no abrasivo, de Ace, el cierre te transportara hasta “Black Diamond”.
Puede que mi análisis os lleve a pensar que se ha limitado a exprimir su condición de miembro fundador de una banda mítica de la historia del rock, pero si contamos con que Kiss siempre fue una suerte de Rock/Glam sin complicaciones y directo, y que si tienes una buena fórmula para hacer tu trabajo, para que buscar más, este “Spaceman” es un disco más que digno para un músico que ha atravesado tantas décadas de rock y sus correspondientes giros y cambios.
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