A ver, tirando de cabeza, si me preguntáis por bandas francesas clásicas, yo rápidamente recurro a Trust y a Magma, pero también aunque quizás para muchos puedan ser más desconocidos, a Nightmare, que llevan desde 1984 editando discos, entroncados en aquellos días en la NWOBHM y que han ido evolucionando a la vez que el heavy metal del que siempre han hecho gala. Aprovechando que Nightmare pasarán por nuestro país en abril presentando este «Dead sun» hoy he vuelto a hacerlo sonar y a pesar de tener ya un año de vida, merece por derecho propio aparecer en estas páginas, porque realmente esta gente sacaron un muy buen disco que debe de hacer las delicias no solo del aficionado del metal más clásico, también del hard rock y del metal progresivo. Magali Luyten: Voz, Franck Milleliri: Guitarra, Matt Asselberghs: Guitarra, Yves Campion: Bajo y Olivier Casula: Batería son la formación actual de Nightmare.
El disco se abre con «Infected» con un riff bien marcado, la batería controlando los tiempos y la voz de Magali que se mueve perfectamente por varios registros, en este caso buscando los parámetros más cañeros de la banda. «Of sleepless mind» se acerca por momentos a terrenos más progresivos. «Tangled in the roots» pone la directa, sonido más rocoso, aires power, un contundente estribillo. «Red marble and god» posee una base rítmica muy potente, muy heavy, la canción más cañera del disco. «Ikarus» es puro heavy metal, sección rítmica armada hasta los dientes, riff potente y voz con fuerza y melodía. «Indifference» es un muy buen tiempo que suena realmente bien, sin perder fuerza se centran en la melodía con un trabajo genial de la vocalista. «Dead sun» vuelve a poner la fuerza en primera plana con sus constantes cambios de ritmo.
«Seeds of agony» tiene un gran comienzo, suenan muy bien esas guitarras, más melódica en su conjunto, pero sin perder nunca ese poder del que presume todo el disco. «Inner sactum» comienza fuerte, oscuro, un riff potentísimo, buena alternancia con la melodía de voz. «Serpetine» se basa en unos riffs que casi rozan el thrash y unos teclados muy power, canción en la que participa Kelly Sundown de Civil War. «Starries skyes gone black» pone punto final, pero no de cualquier manera, sino de forma majestuosa, con una canción muy buena, ritmos acelerados, partes vocales muy fuertes, en definitiva, muy buena como todo el disco en general.
0 comentarios