En Teología, se dice que la GRACIA es un don sobrenatural concedido por Dios a alguien, para lograr la felicidad y que gracias a su visión, los demás puedan ver el camino hacia la misma. Si es usted creyente podrá ver la Gracia de Dios en la persona de LIZZ WRIGHT y si no lo es, la cantante tiene esa Gracia que le puede conducir a constatar la felicidad.
LIZZ WRIGHT tiene la GRACIA y tiene el ARTE o más bien, esto segundo, que conduce a lo primero. Poquísimas personas pueden ser consideradas como tocadas por una mano invisible que les otorga el poder de crear arte en mayúsculas y LIZZ es una de ellas y sólo basta para dar testimonio de ello, el sonar de esta su nueva obra GRACE, de creación irresistible y mágica como en muchos, pero que en muchos años no se ha dado.
Esta cantante de Georgia es para mi gusto, la gran CANTANTE de color de este siglo, merced a una trayectoria excelsa que comenzó con aquél crudo Salt del 2003 y que por lo menos hasta ahora culmina en esta última muestra de un magister llamado Grace, que además, es un disco mayormente de versiones.
Si LIZZ WRIGHT tiene la GRACIA no podemos decir menos que su partenaire en este disco, el ilusionista de la música americana, el autor interprete y productor JOE HENRY cuyo trabajo en la preparación y producción es asombroso. Joe Henry planteó a Lizz un reto consistente en ejecutar un disco de versiones, con una serie de autores y canciones de máxima dificultad para cualquier mortal y que la interpretación de Lizz estuviere por encima de todo aquello conocido. Esta hercúlea tarea en manos de dos personas dotadas de un Don, se convirtió al final, en una mixtura de canciones de otros y canciones autobiográficas de la artista que resultó en hazaña artística.
Les instaría a dejarse caer embelesados por el recorrido del EVERY GRAIN OF SAND de Dylan, por la estremecedora belleza de la soul ballad de WASH ME CLEAN, de la enorme KD LANG; la delicia sureña de Nueva Orleans con solo un teclado, un ritmo, y una acústica del SOUTHERN NIGHT de Allan Toussaint. No sé si se acuerdan del Sparkle de Aretha pues aquí hay mucho de esa Reina intimista SEEMS I’M NEVER TIRED LOVIN YOU de Nina Simone, que es de lo más precioso que uno puede escuchar en toda su vida. Nina y Aretha reunidas en una sola voz la de Lizz. El góspel de SINGING MY SOUL de la hermana Rosetta Tharpe se convierte en una caliente canción rítmica llena de swing y el piano de Ray Charles, aquí amparado por el órgano eclesial de WHAT WOULD I DO WITHOUT YOU ( descomunal el trabajo de Kenny Banks en el lp a los teclados ) esta más engalanado que nunca. La guitarra de Marc Ribot en STARS FELL ON ALABAMA se encuentra alcanzando la gloria cada vez que envuelve de algodón la voz de Lizz, que arrasa en este standard americano. El folk tiene un sitio de honor en GRACE, un tema de la canadiense Rouse Cosuins y en la inicial BARLEY, aquí, en forma de blues lastimoso.
Para poner fin a toda esta colección de regalos Joe Henry y Lizz se reservan el único tema propio compuesto por la propia Lizz y la compositora californiana Maia Sharp, donde la autora cuenta su propio camino vital y cómo ha alcanzado en estos momentos la plenitud . Nunca un más acertado final para un DISCO inolvidable.
GRACE es una portentosa exhibición de que existen personas con un el DON de crear felicidad mediante el arte y este disco es puro ARTE . Descomunal lp que debe convertirse en un evangelio de Gracia excelso.
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