Cuando se padece de vista cansada, hay un período de inconsciencia en el que nos acostumbramos a mirar sin las dioptrías necesarias para poder desenvolvernos de manera normal en el mundo en que vivimos.
Pues ese período de inconsciencia, en este caso social, es en el que nos hallamos ahora, a la hora de determinar cómo es el mundo en el que nos movemos. Y este libro de Mario Campaña, (poeta y ensayista nacido en Ecuador) editado por Jus Editores, actúa de regulador, pues al comenzar a leer sus interrogantes, surgen nuevos interrogantes. Mala cosa, dudar en estos tiempos en que la duda, tan necesaria, está tan mal vista.
“¿Cómo ha podido una cultura nacida hace más de dos mil quinientos años sobrevivir a tantas revoluciones y germinar en la mente de hombres y mujeres que nacieron entre proclamas de igualdad, como los habitantes de la modernidad occidental?”
¿Vivimos como dios manda?, quiero decir, ¿nos comportamos, nos relacionamos, ejercemos nuestros derechos y libertades como dios manda? Si es así, si tú, querido lector, crees que lo estás haciendo bien, quizá adolezcas de vivir en una sociedad de señores.
El libro que hoy nos ocupa, empieza con la definición de lo que su autor denomina como “señor”, una descripción ajustada que no se olvida de nadie. En contrapartida con “los otros”, nosotros, una especie a parte, socialmente inferior.
Y es que ese señor, al que se alude en el presente ensayo, se ha establecido en estructura piramidal, puesto que se encuentra en todos los estratos sociales, hoy en día.
Es un libro que, de manera objetiva, intenta inculcarnos la duda en nuestra estructura social, la cual, quizá se mantiene por comodidad. La argamasa de unos cimientos que se perciben según Mario como
“esa música en la anacrónica existencia de dinastías políticas…”.
Una música que se cuela en las sociedades en un principio democráticas, y que se funde y difunde como conglomerado entre todas las relaciones de reproducción social. Es decir, las que buscan la legitimación y perpetuación de esa misma música, de ese imaginario.
En este libro, Mario Campaña levanta sospechas. Surgen interrogantes al leerlo.
¿Está sana nuestra democracia? ¿Qué es lo moral y éticamente correcto? ¿La Herencia Aristocrática, es un freno en el camino hacia la evolución de la verdadera democracia? ¿El actual sistema social debilita la idea abstracta de democracia, erosionando subterfugiamente sus cimientos? ¿Pudo, la ideología, haber hecho de caballo de troya para que se implantasen el poder y el dinero en la burguesía? ¿es la falta de igualdad moral, la que actúa de divisor, en las sociedades actuales?
“En una democracia auténtica, la cultura moral democrática tiene tanta o mayor influencia que las instituciones. Cultura e instituciones deberían ser las dos caras indiscernibles de la democracia, pues al contrario de lo que se afirma públicamente, las instituciones no son la esencia de la democracia; algunas, como el parlamento, han existido en regímenes feudales y monárquicos.
Más aún, puede decirse que la democracia es, sobre todo, una cultura. Más que una forma de gobierno, la democracia debe ser un tipo de sociedad, una forma de organización de la vida común dirigida a lograr el mayor bien posible para los miembros de esa comunidad. Y en el destino individual y colectivo lo inmaterial cuenta tanto como lo material; los seres humanos sufrimos o somos felices también por las ideas y creencias que poseemos o nos poseen.”
Una sociedad de señores no es un libro de izquierdas ni de derechas. Es un repaso objetivo y global en el tiempo, de la estructura social que construimos y soportamos que no dejará indiferente a nadie y nos hará ser mejores albañiles de nuestro futuro como especie.
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