Escuchar no es lo mismo que oír. Ni ver lo mismo que observar. Me lo decía “El Drogas” cuando en el otoño de 2012 – tras abandonar el nido de Barricada, ese que sin su punto de apoyo se derrumbó como la casa de paja de los cerditos al soplar el lobo -, le preguntaba si había escuchado “Flechas cardinales”, el disco que los navarros publicaron ese mismo año. “Lo he oído, que no es lo mismo que escucharlo. Para mí escuchar supone sentarse, poner atención, desguazarlo“.He seguido el consejo del maestro y he escuchado “PsicofoníaS”, la última entrega discográfica de los madrileños Teto. Y lo he hecho con la arrogante atención del que ama por primera vez. Porque amar, amigo lector, tampoco es lo mismo que querer.
Las diez canciones con las que el cuarteto de Fuenlabrada nos deleita en “PsicoafoníaS” – tercero en su discografía, el de la confirmación -, diseminan la realidad con la autoridad que da el saber de qué se está hablando (y cantando), el buen humor, que no la risa, y la ironía, que no el sarcasmo. Y todo dentro del tarro donde se (bien) guardan los cánones del respeto y la autodeterminación. Sin arrepentimientos, como debe ser. Diez canciones que se instalan sin permiso en el subconsciente desde el primer corte, “Fenómenos para anormales”, y al que dan justificada continuidad joyas musicales de la talla de “Otra puta canción de amor” – guardada con llave en mi alma después de escucharla -, “Fabricando tonterías”, “Érase una vez” o “El calentamiento”, que pone punto y seguido a la placa como empezó: con humor. Canciones que a la primera escucha se hospedan en el buen gusto para instalarse para siempre en nuestra memoria más musical. Historias reales, cercanas, que beben de la vida, de los aciertos y los fracasos. Los nuestros. Ritmos pegadizos, riffs poderosos, atractivos estribillos que visten de domingo un disco tan prometedor como sincero. Y al decir cosas como: “mi héroe eres tú que sigues ahí luchando día a día por sobrevivir “, florecen los recuerdos al atreverse a decir lo que muchos pensamos pero el orgullo, o la falta de tiempo, o de costumbre, ¡qué sé yo!, nos han obligado a callar.
Cuando en la música convergen el talento y el talante se paren discos sobresalientes; tan sobresalientes como éste. Discos avalados por la perfección y lo oportuno, que no el oportunismo, tan emergente en una época de indeterminación en la que el “todo vale” ha “okupado” nuestra rutina. Pero los chicos de Teto – esto es, Roberto Resino, Víctor Varas, David Santurde y Marcos García -, secan las lágrimas del desencanto, avivan la llama de su ingenio y su profesionalismo – muy distante del desorientado periodismo musical patrio de amiguismos y difusión previo pago -, y dan a luz esta placa para demostrarnos lo que ya sabíamos todos: que el sentimiento nace y no se hace. Y sus canciones, aliñadas de emoción, epatan hasta hacerse nuestras. ¡Chapeau!
Tracklist
Fenómenos Para Anormales
El Hombre Que Repartía Caramelos Con Droga En La Puerta De La Escuela
Otra Puta Canción De Amor
La Madre Que Me Parió
Sigo Esperándote
Abajo El Telón
Fabricando Tonterías
Érase Una Vez
Escúchame Juan
El Calentamiento
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