Vamos a empezar a imaginarnos un esbozo ya de lo que podría a final de año una lista de los mejores discos del año, y es que ya empiezan a venir esos discos que te vuelan la cabeza, que te quiebran y que te llevan a otro nivel de disfrute auditivo.
Si ya el disco de debut de los Lugnet me puso a mil, ¿qué os puedo decir de otros suecos, esta vez más reconocidos y establecidos, como los inconmensurables Greenleaf?. R
El cuarteto de Börlange, con el culo inquieto de Tommi Holappa siempre capitaneando el barco, vienen tal que así, con ‘un millón de luciérnagas’.…
Siempre suelo reconocer mis ‘hechos’ (los que se pueden contar…) y mis ‘despistes’ y es que no controlaba para nada a Greenleaf hasta 2014 con su anterior y también gigantesco Trails & Passes. ‘¡Lo que me estoy perdiendo!’, pensé en su momento, pero no tardé en arreglar mi gran laguna para con ellos volviendo a retomar incluso a aquellos Dozer que tanto me volaron la cabeza en su momento y que, para mi gusto, siempre han sido los Kyuss europeos sin duda alguna… y que alguien se atreva a rectificarme ja, ja, ja…
Pero volvamos a Greenleaf y empecemos por su impresionante e ilustrativa portada con esos árboles gigantescos dominando un mini-planeta tierra y las oscuras bestias dominando su superficie envueltas en una lúgubre luz lunar. ¡¡Bestial!!. La simbiosis y el magnetismo entre imagen y música que se gesta es perfecta Pupilos, os lo aseguro. Me imagino con el futuro vinilo que está por llegarme observando esta portada mientras me dejo llevar por el músculo instrumental de la banda.
En cuanto al contenido, bufff, me gustaría disponer de más tiempo para ir desgranando tema por tema pero me encuentro hasta arriba de trabajo y me veo obligado a resumir. Rise Above The Meadow está, como mínimo, a la misma altura que Trails & Passes (2014) y es que la banda está en un estado compositivo y de ejecución instrumental máximo y mucha culpa de ello lo tiene una base rítmica jodidamente generosa con una bateria llena de cambios, redobles y virajes sin descanso. Desde el principio con el tremebundo «A Million Fireflies» lleno de cambios, de potencia ‘fuzz’ pero también de melodía, hasta el pasadón final con el no menos impresionante «Pilgrims» y sus seis minutos de éxtasis ‘stoner’ e intensidad elevada al cuadrado.
Que nadie se olvide tampoco que los ‘Hoja Verde’ no llevan el ‘stoner’ a piñón y de forma lineal, si algo les caracteriza es la capacidad para mediar entre los ritmos desérticos más virulentos, ese sonido retro 70’s claramente inspirado en Sabbath, Iron Butterfly y Fleetwood Mac y las melodías más bellas e hipnóticas que existan hoy en día con permiso de los Mars Red Sky o Elder, ejemplos de estas mixturas los tenemos en los emocionantes y especialmente hipnóticos «Funeral Pyre», «Howl» o «Carry Out The Ribbons» en donde magistralmente se acercan a los Mac pero también a Clutch. El aura ‘space rock’ de Monster Magnet y de Wyndorf también se aprecia en la enigmática «Levitate & Bow (Pt. 1 & 2)» que es un jodido cuelgue setentero que me colma de placer ‘sideral’.
Y no continuo, a esta banda hay que disfrutarla con unos cascos, con los ojos cerrados… o, en su caso abiertos, en pleno monte observando la Vía Láctea… porque esta banda, ¡soberbia y rotunda banda!, me producen un hipnotismo irresistible y un enganche muy, pero que muuuy orgásmico…
Uno de los discos del año, sin una puta duda…
[youtube id=»A1rDOcZvG3k» width=»620″ height=»360″]
0 comentarios