Sucede, poco, pero lo hace, que uno tiene un pálpito, y en mi caso, no acierto casi nunca, pero mira, de vez en cuando, te dices, «¡hostia tu, aquí le has dado, macho!». Recuerdo la primera vez que escuché a Bourbon, abrían para los Super 400, y el colega que me acompañaba y aquí el menda, nos miramos y dijimos, !coño, como molan estos tipos¡. Luego a los pocos días, tocaron con Eric Sardinas, luego…. hasta que me topé con su demo, y aquello tenía algo, o al menos a mi me lo parecía, y lo dije, escribí sobre ello, aunque se lo haya llevado el viento o el agua de la playa.
Cuando llegó su primer disco, «Fango», fue la confirmación de que la nave zarpaba buscando su rumbo, de que el puerto de destino, estaba cerca o lejos, vete a saber, pero que el timón lo tenían atrapado con fuerza. Pero llegaron los cambios, Pitu Gonzálvez ponia tierra por medio, y la banda se reconvertía en power trio, pleno de fuerza, pero con la incógnita, de como se plasmaría todo en solo una guitarra, la de Raúl Guerrero, que aceptaba la responsabilidad de llevar el peso de guitarra y voz, siempre bien respaldado por esa sección rítmica formada por su hermano Álvaro y por Juanma Gonzálvez al bajo.
«Contra el cristal» fue la avanzadilla de este disco, que sorprende con su melodía pegadiza y esa constante bajo/batería, que se convierten en motor fundamental del sonido. Se vuelven más eléctricos en «Escrito en la pared», donde también me vienen efluvios de Leño en la voz, en una de mis canciones favoritas, con ese continuo vaivén. «Sol» es más contundente, brillando esas guitarras y una batería que aplasta, mostrando influencias más actuales dentro del trio gaditano. Sin duda, otra de las mejores de este disco, al menos para mi. El mellotron de Poti (Viaje a 800, Atavismo), engrandece muchos kilates una canción que ya de por si, tiene su peso en oro, con esta atmósfera que es capaz de crear. ¡Acojonante!. «Confesiones» suena íntima, personal, con la voz bordándolo, y la colaboración de JC Sisto, Javier Velázquez y Leonor Guerrero. «Una cuestión principal» evoca a los Bourbon de «Fango«, que evidentemente, también tiene gran peso en el sonido del grupo. Lo mismo podría decir de «Inseparables». La cara más rockera se hace presente en «Hipnus». Pieza maestra es la canción que da nombre al disco, «Devastación», explorando momentos íntimos, acunandote en su melodía hasta que explota brillantemente con esa guitarra que la sube hasta no poder más.
Muy buen disco el de Bourbon que les tiene que llevar a explorar nuevos niveles dentro del panorama del rock de este país. Es complicado no sucumbir a su propuesta, y esa llamada a la intensidad que reflejan las nuevas canciones, les coloca como una de esas bandas que pide a gritos la atención de la gente. Conciertos no les faltan, donde también se muestran imbatibles. Entró en mi lista de favoritos de 2015 por derecho propio, y estoy seguro, que se harán un hueco entre todos aquellos que se acerquen a sentir su «Devastación».
0 comentarios