Pasaban pocos minutos de las 22,30 horas y hacían su aparición los componentes de los más que aclamados Letz Zep, para muchos, sin lugar a dudas la mejor banda tributo de Led Zeppelin que ha transitado por el Planeta Tierra, hacían su aparición en el escenario de la Facktoria de Terrassa que presentaba una muy buena asistencia.
Y así, de golpe, incluso antes de que las primeras notas de «Rock and roll» empezasen un concierto de casi dos horas y media, ya empezábamos ese viaje en el tiempo que nos iba a situar en la dorada década de los 70. Igual daba que Andy diera vida al Page de la gira del 73 enfundándose el primero de los trajes de dragón de Jimmy, mientras que Billy se vistiera con la camisa de Plant del Kenbworth del 79. Sí, estos dos uniformes no llegaron a coincidir en el tiempo en un mismo escenario, pero ayer, en el primer concierto de la gira española del grupo, daba igual que Billy y Andy se vistieran del año que le saliera de las narices, ya que a lo largo del viaje que nos tenían preparado, salvo la etapa del ITOD se encargaron de revisar todos los grandes momentos de Led Zeppelin.
La furiosa «Rock and roll» fue la encargada de romper las hostilidades y ya con ese inicio bastó para saber que realmente lo de estos cuatro tipos es algo más que una banda tributo, y para entender la cantidad de elogios que llevan recogiendo desde hace tiempo, y si, posiblemente, sea lo más cercano posible a lo que en su momento llegaron a ser los directos de Pagey and cia. Tras ese inicio demoledor encargado de poner en el punto de ebullición la sala, y sabedores de todo lo que iba a venir, el grupo se refugió en los momentos más tranquilos del Led Zeppelin II con una más que notables y siempre agradecidas «Ramble On» y «Living Loving Maid», para a continuación obsequiarnos con uno de los grandes momentos de la noche con una excelente versión del «Since I’ve Been Loving You» en la que Andy sencillamente se salió y en más de una ocasión el espíritu de Page sobrevoló el tema.
Y cuando todavía no nos habíamos recuperado, Billy anunciaba algo que ya sabíamos, y es que a continuación le tocaba el turno a «No Quarter» en el que fue el primer momento de lucimiento de un Shaun más Jones que nunca, y es que si bien en todo momento permanecía en un segundo plano, se le notaba y mucho. Una versión más que notable la que el grupo se marcó de una de las joyas de la corona de Led Zeppelin. Y hablando de joyas, sin un segundo de descanso a continuación llegaba la majestuosa «Dazed and Confused», que si bien no llegó a la minutada del TSRTS, Letz Zep, dando muestra de que la cosa va en serio, se marcaron una derivada instrumental en su parte central de esas que solían marcarse Led Zeppelin en sus directos, que nos llevó al esperado momento del arco de violín que no podía faltar y que por unos momentos ante nosotros se nos volvió a aparecer el espíritu de Pagey en otro de los momentos antológicos de la velada.
Momentos que dieron paso al set acústico encargado de relajar el ambiente y preparar al personal ante lo que estaba por venir, y no se les ocurrió nada mejor para empezar el aluvión sónico que ya no iba a parar hasta el final que atacar esa monumental obra maestra encargada de abrir el Presence. Sí, «Achilles last Stand» hacía su aparición en otro de los momentos cumbre del concierto, y de nuevo el grupo rayaba la excelencia con un Simon (Don Simon, bautizado por un más que cachondo Billy) que se salía a la batería marcando en compañía de Shaun esa base rítmica necesaria para ese último esfuerzo de Achilles. Un último esfuerzo que daba paso a un nuevo cambio de guitarra de Andy, cosa que ya sabíamos que iba a desencadenar, y más al ver Shaun sentado a los teclados, en la legendaria «Kashmir» en la que de nuevo el grupo se volvía a lucir, para dar paso entre los vítores del respetable al cambio de guitarra que presagiaba que le tocaba el turno a ese himno considerada para muchos la mejor canción de rock que se ha escrito, y de la que todavía a día de hoy sabemos si es una escalera que nos lleva al cielo o al infierno. Sí, la Gibson EDS-1275 hacía su aparición, pero como estos tipos son unos cachondos, antes decidieron marcarse una intro en forma de «Tangerine» para desembocar en el gran momento de la noche, y es que se marcaron una «Stairway to Heaven» de primera división con una entrada al solo gloriosa por parte de Don Simon dando paso a un Andy ya totalmente desmelenado encargado de llevar esa escalera a lo más alto.
Tras ese cenit, un descanso para Andy, Bill y Shaun para dejar que el bueno de Simon emulase la figura de Bonzo en ese solo marca de la casa en «Moby Dick». Unos momentos de lucimiento del batería que no dejó de revivir ninguno de los momentos del gran Bonham, y que sirvió para que el resto tomara aire para atacar la parte final del concierto que dio inicio con «Black Dog» y acabó con «Immigrant Song», pasando antes por una «Whole lotta love» con uno inicio que nos recordó mucho a las variantes que Pagey acabó haciendo con los años.
Sí, Letz Zep volvieron a demostrar ayer, en el primero de los conciertos de esta gira española 2016, que posiblemente sea lo más cercano a lo que en su momento fueron esos directos de banda más grande que ha transitado por el Planeta Tierra.
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