Shelfin, banda de Brisbane, Australia, se forma en 2009 con las ideas más que claras porque sus intenciones no querían en ningún momento emular sin gracia a los grandes ‘popes’ stoners, léase Monster Magnet y Kyuss, los Shellfin iban a utilizar el pop rock, el ‘space rock’, gotas de humor, Beatles y ramalazos ‘Sludge’ a su fórmula particular grabando un par de singles, un E.P. Stay for Tea (2009) y un álbum debut en 2010 , Second Hand Family, que no he catado todavía pero que mi ‘mentor’ en esto del ‘stoner’, Mr. Karlam, recomiendo al 100 %.
Las cosas no acabaron de cuajar del todo en el seno de la banda y, desde luego, en los tiempos en los que nos encontramos, la banda no vendió demasiado por lo que la banda sufre un parón en donde su cantante y bajista Dyob abandona el barco siendo sustituido por el que canta excelentemente bien en este disco, Doug Bjur, además de incorporarse otro bajista y un nuevo guitarra.
Por fin, cinco años después, con una formación estable aunque sin un sello que los contrate, se auto-editan su nuevo artefacto desértico, Cities Without Names (2015) y bueno, habiendo escuchado por encima su debut del 2010 más que nada para comparar voces y manera de cantar entre Dyob y Dough he de decir que éste último ha hecho un trabajo más que aceptable para continuar con todos los ingredientes que Shellfin gustan de añadir a sus discos, si bien es cierto que sus ‘guturalidades’ les acercan más que nunca al ‘Sludge’ de bandas como Red fang, de hecho, el disco empieza por un zambombazo ‘stoner/sludge’ del carajo como «Poisoned Heart» con punteos muy Magnet.
Por no destripar un disco a descubrir en muchos matices, en las primeras escuchas me conectaba del todo con él a partir de «The Earth is an Egg» y, a partir de aquí, al espacio sideral con un petardo en el culo como «Down to Zero», la aplastante «She is a Robot» con muy buenos coros y ese magnífico single ‘a la Kyuss‘ que es «Smoking Gun» con un guiño clarísimo a los ‘fab four’ en el comienzo vocal….
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La que le sigue parece querer salirse de los parámetros ‘stoner’ con una espectacular «The Real Thing» con acústicas y una querencia ‘poppie’ muy pegadiza, con pianos y una melodía muy presente. Con «Tomorros Never Arrives» la cosa se recrudece y vuelven las guturalidades pero siempre encontrando ese ‘toque’ en los arreglos que les desmarca de muchas otras bandas, como también ocurre en «Delusional» en donde el ‘doom’ hace acto de presencia además de la psicodelia más densa.
El álbum cierra con el tema-título del disco, «Cities Without Names» de nuevo acústicas, psicodelia y cierta nostalgia y oscuridad a partes iguales.
En fin, una ‘Oleada nª 13’ genial, una banda a descubrir, que demanda escuchas pero que da unos frutos la mar de deliciosos diseminados entre sus surcos y es que Australia no sólo tiene a los Mammoth Mammoth facturando buena música desértica. Seguiremos descubriéndoos bandas del país de los canguros, os lo aseguro…
Aquí el disco…
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