danger¿Creeis en las segundas oportunidades?. Yo soy más bien de aquello de, el tiempo pone a cada uno en su lugar. Y es que si algo me encanta del castellano como lenguaje, es su amplio repertorio de refranes y dichos. Supongo que todos tenemos alguna espinita clavada, de algo que dejamos a medias, y aún creemos, que podría haber sido algo especial. A pesar de estoy seguro, de que somos muchos los que intentamos vivir a nuestra manera, o al menos, de la forma más cercana después de luchar contra viento y marea, a veces, el tiempo, la impaciencia o las circunstancias, terminan dando al traste con las cosas, o como cantaban Sangre Azul, «aunque soy lo que siempre quise ser, así no lo soñé». Vete tu a saber, pero si que soy de los que piensa, que ningún capítulo de tu vida está cerrado del todo, a no ser que decidas tirar la llave para siempre y pasar página. Nunca es tarde, para volver  a ponerte en la línea de salida.

Y eso es lo que han hecho Danger. Formados originalmente en 1989, cuando el hard rock estaba en cada sobremesa, en cada salón a través del televisor, en que cada segundo a través de las radios, aquí seguia dándose de bruces contra el muro de la ignorancia y la desidia. España es así, que diría aquel. Danger tenían todas las papeletas para dar que hablar. Eran la unión de varias bandas que había conseguido estar en boca de todos los fans del hard rock que se cocía por estos lares. Un ex Sangre Azul, Jose A. Martín Moreno, tres ex Marshall Monroe, Luis J. Perona, Carlos Abad y Jorge Amosquiro, y un ex Ying Yang, José A. Pereira, se introducían de lleno en este proyecto, con la vista puesta en esas bandas que a todos nos gustaban, tanto por el lado internacional, como Winger o Dokken, como por el lado nacional, con Niagara, Hiroshima, Tokio o Sangre Azul.

 

Llegaron a ganar un concurso patrocinado por Yamaha, que los llevó a su vez, a concursar en Japón, tocando en el mítico Budokan. Pero desgraciadamente, aquello no siguió adelante, se perdió en el tiempo y el espacio, como le pasó a tantas buenas bandas del interior de nuestras fronteras, que vieron sus ilusiones enterradas en el cajón del olvido. Pero si vemos fuera, como muchas bandas deciden volver a ponerse en marcha, algunas de ellas, sin haber disfrutado en su momento, de un par de minutos de gloria, cual es la razón para que aquí no rompamos los candados del destierro y desalojemos aquellas bandas del rincón de nuestra memoria, para verlas convertidas en realidad. Así que en 2013, volvían con ganas y fuerzas, y al año siguiente, lanzaban aquel disco, que debió haber estado en nuestras estanterías en 1989, pero volviendo al manido refranero, al menos, nunca es tarde si la dicha es buena.

Ahora reeditan el disco, mejorando aún más el aspecto interior, después de que aquella primera tirada se agotase, vendiéndose copias incluso en Japón. «Rescue 1989» recupera el espíritu de aquellos años, canciones llenas de melodías, teclados omnipresentes, muy buenas guitarras y estribillos poderosos y pegadizos, que te haran pensar que no ha pasado el tiempo, que aún si miras las paredes de tu habitación de chaval, al menos aquellos que ya comenzamos a calzar alguna que otra cana, volverán a aparecer los posters de Poison, Motley Crue o Skid Row. El disco arranca con «Action», unas guitarras muy rockeras, quizás la canción más acelerada del disco, con un buen estribillo, tónica general de toda la grabación. «Take my love» se mete de lleno en terrenos más melódicos, de ese hard que coqueteaba sin complejos con las orillas más rockeras del A.O.R. 

«Since you been gone», me trae efluvios de esa grandísima banda que fue Niagara o de los Whitesnake de «1987». Vuelven las guitarras a escena y sobre todo ese fantástico teclado, para «Alone», otra nueva lección de exceso de melodías que se te quedan a la primera, y un estribillo muy bueno. El mismo camino que toma otra de mis canciones favoritas de este disco, ese pedazo de tema que es «Never treat me like a loser», que recuerda mucho a ese hard rock que se fabricaba a final de los 80 en los países escandinavos, con gente como Treat, TNT o Glory. Pero si lo mejor está por venir, está claro que tengo que hablar de «Hunter», desde esos teclados iniciales, esas guitarras que entran con fuerza, con algún guiño a Coverdale.

  «Danger (Let’s get away)», tampoco te puede dejar indiferente, joder, si es que es complicado que haya alguna canción de este disco que lo haga. La formula se la saben de memoria y la explotan como solo los mejores saben hacerlo, ¡coño!, escuchad ese estribillo. Directos y al grano, «Rock & roll», de nuevo teclados excelsos, y el sonido que se endurece un poco, añadiendo potencia, sobre todo en las lineas vocales. «Without someone to help me», vuelven a meterse de lleno en ese hard ochentero, del que a fin de cuentas, ellos formaron parte y también fueron protagonistas. Como bonus en esta nueva edición, han incluido dos versiones acústicas de «Hunter» y «Take my love». Imagino que a algunos, el sonido de la banda les parecerá trasnochado, allá ellos, a mi me han conquistado. Imprescindible para todos aquellos que seguimos sintiendo el hard rock correr por nuestras venas.

DANGER – RESCUE 1989

by: Carlos tizon

by: Carlos tizon

Licenciado en el arte de apoyar el codo en la barra de bar. Comencé la carrera de la vida y me perdí por el camino, dándome de bruces con el rock and roll. Como no pude ser una rock star, ahora desnudo mi alma cual decadente stripper de medio pelo en mi blog, Motel Bourbon.

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