Manteniendo su fuerte poso rythm & blues y cabalgando a lomos del rock and roll, pero dejando la puerta cada vez más abierta al entonces pujante soul . Así podría resumirse, muy a grosso modo,el árbol de influencias del grupo en los primeros compases del ’65.
Sería tentador atribuir dicha tendencia a su comparecencia en el T.A.M.I Show a finales del año anterior, dónde se codearon con las primeras espadas del género; desde The Supremes a Smokey Robinson pasando por James Brown (A quienes los más viejos del lugar no dudan en atribuirle la categoría de triunfador absoluto de la velada) Sin embargo, las fechas desmienten rápidamente tales cábalas, revelando que la mayor parte del material contenido en «The Rolling Stones, Now!» fue registrado antes de la fecha de grabación del celebrado especial televisivo.
Al igual que en entregas anteriores, nos encontramos ante una variada colección de covers de marcada tendencia negroide aliñados con esquirlas de producción propia, una fórmula que estaba pasando a ser rutina en la producción discográfica de éstos primerizos Stones.
Cabe destacar que en ésta ocasión sus rendiciones de material ajeno no suenan con la intensidad acostumbrada; Qué nadie me malinterprete: Siguen filtrando cómo casi nadie en su país las influencias yankees, pero la obligada concesión a Chuck Berry en «You Can’t Catch Me» de hogaño dista de ser el «Around and Around» (o el «Come On» o el «Carol») de antaño. Ídem de ídem podemos decir de «Down Home Girl» o «Down The Road Apiece»; buen rock and roll, sin duda, pero falto de la crudeza, energía y, sobre todo, espontaneidad mostradas en rodajas como «12 X 5». Victimas, quizá, de una industria discográfica que, como más tarde rememorará Keith, les exigía un hit semanal y una facturación de material rayano a lo desbordante. Lo que no quita que haya poderosas relecturas, caso de «Pain In My Heart», que muestra su mejor hacer soulero o «I Need You Baby», que no es otra cosa que «Mona» de Bo Diddley con el título trastocado.
Para la ocasión el grupo no se explayó, precisamente, a la hora de incluir temas originales, quedando su número reducido a cuatro. «Heart of Stone» es, sin lugar a dudas, el corte clásico del elepé, absolutamente deudor en lo lírico de la chulería misógina tan del gusto del grupo en aquellos años y de un cierto sadismo no exento de atractivo (‘If you try acting sad, you’ll only make me glad.’); mientras que en lo musical no disimula su evidente filiación soul y noquea con uno de sus mejores estribillos. De «What a Shame» se puede decir lo mismo que de «Off The Hook»: Cortes competentes, pero que no pasan de la categoría de simpática exhibición de estilo. Echando el cierre tenemos «Surprise, Surprise», oscurísima e hipervitaminada joya del primer cancionero stone, siempre merecedora de una revisión.
Cal y arena para «…Now!». Por un lado tenemos una banda joven en plena expansión, poseedora de una soltura creciente a la hora de componer y de un savoir faire cada vez más reconocible; por el otro, un sistema de trabajo que empieza a mostrar ciertos síntomas de repetición de esquemas. ¿Una obra mediocre? Nada más lejos de la realidad: Sencillamente una rodaja notable que venía precedida (y sería sucedida) por un trabajo sobresaliente.
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