Sí, no habría que hacerlo, pero es del todo imposible, y antes de hablar de Z Nation es de obligado cumplimiento recuperar en la memoria la irregular The Walking Dead. Irregular porque, si en vez de observarla entera, le quitamos un par de temporadas, evidentemente la segunda y la cuarta, y nos centramos sobre todo en la primera, nos encontramos con un autentico paso adelante en el siempre apasionante mundo de los zombies con un punto de partida que borda la perfección y que, en todo momento, tanto en lo que se refiere a la presentación del apocalipsis y a la impecable presentación de los diversos personajes encargados de mostrarnos la dureza tanto física como mental de intentar seguir con vida ante una vida sin esperanza.
Y posiblemente hoy no estaríamos hablando del estreno de Z Nation si no fuese por el devenir irregular debido a esas dos temporadas en la que los guionistas casi consiguen aniquilar por completo todas las expectativas de la legión de seguidores de la serie, y es que el largo y tedioso devenir de los acontecimientos de la granja se las trae, y suerte que el golpe de timón dado en la tercera con la aparición de la figura de El Gobernador consiguió, si bien dejando bastante de lado a los pobres errantes, aumentar el climax, lo de la cuarta también ha sido de nota, por mucho que se sacaran un más que aceptable capítulo final que nos sirve para intuir que van a intentar cerrar la serie por todo lo alto.
Sí, nadie hubiese apostado por tirar adelante Z Nación con una Walking Dead fuerte, pero ante la debilidad de la misma aquí la tenemos y ya se ha estrenado el primer capítulo donde ha quedado bastante claro cual es la apuesta de Syfy para adentrarse en el mundo de Zombi, y poco, muy poco, va a tener que ver con la mencionado WD. Habrá que esperar a un par de capítulos más para tener la confirmación, pero viendo el primero uno ya tiene claro que Z Nation va directa a la yugular. Aquí no hay errantes, aquí hay masas enfurecidas que se mueven a toda velocidad y con los reflejos en perfecto estado, sin olvidar que también son capaces de llevar a cabo alguna que otra estrategia de combate.
Aquí el actor más conocido de todos y que a priori parece que va a tener bastante protagonismo en la serie, a las primeras de cambio sirve de aperitivo en una escena que en un principio parece que no tiene que ir más allá y va a ser totalmente previsible, para acabar siendo una clara muestra de no va a haber concesiones. Y si hay que traspasar esa línea donde los recién nacidos son una muestra de esperanza de un futuro mejor, se traspasa, ya que aquí nada de esperanza ni ternura. Aquí, el pequeñajo acaba siendo protagonista del banquete en, sin duda, uno de los momentos más gore del capítulo.
Nada de trazados psicologícos de los que parece ser van a ser los principales personajes de la serie. No, «eso se lo dejamos a The Walking Dead», debieron pensar los productores. Aquí poco o nada va a importar el pasado de cada uno, y si bien tampoco interesa mucho de donde surgió el virus, a diferencia de la otra serie donde nada parece poder detener el fin de los días aquí hay un hilo de esperanza en forma de alguien que en su sangre lleva la cura a la enfermedad, y al que hay que conseguir llevar a manos de los científicos para el desarrollo de la vacuna que ponga fin al apocalipsis zombi.
Veremos qué nos acaban deparando los próximos once capítulos, pero a tenor de lo mostrado en el primero, parece que los amantes del gore vamos a disfrutar bastante, aunque la cosa no va a ir mucho más allá de eso, por lo que no esperemos gran cosa de una serie que en vez la de Z lleva una B marcada a fuego.
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