Algo leí en los ambientes melómanos acerca de la banda que rodeaba a Steven Adler en su última aventura. Por lo visto, ya tenían cierto bagaje, pero de repercusión nada hasta que no se vistieron con el nombre del ex- Guns N’ Roses. Aquí nos encantó el disco, pero lo cierto es que con tanta música y tan escaso tiempo, no indagué en el pasado.
Nos llegaba hace poco la noticia: Lynam, una banda de cuyo nombre intentaba acordarme, lanzaba un nuevo EP. La nota de prensa me echó una mano: quien lideró la composición de “Back From The Dead” repite papel aquí junto con el guitarrista Lonny Paul.
Escuchado “Halfway To Hell” queda claro que las mentes pensantes son las mismas. No sólo se les identifica por el componente vocal, sino que los riffes, la base rítmica y esa producción tan puesta al día del hard rock de finales de los ochenta, les delata. Lynam suenan tan bien aquí como en el álbum cuya gira naufragó en puerto. El motor de la banda sigue siendo la energía punk de unos Motorhead a una velocidad moderada. El reverb de la batería es un auténtico gozo. Sin embargo, el sonido de guitarras es tan americano, chulo y motero que es imposible no tomarlo como verdadero combustible de esta pequeña colección de canciones.
Cierto que estos estribillos, melodías vocales rotas y la estructura de las canciones son los ya escuchados décadas atrás, como cierto es que no abundan bandas así a las que no les el querer aparentar. En favor de Lynam, está su actitud y sonido realmente auténtico. Lynam son hard rock en cada riff -excepcionales los de los tres primeros y último tema- y en cada estrofa. Hay dejes de modern rock, que como ocurría en el álbum de Adler, me suponen un bache (“Cold”), pero el conjunto se escucha del tirón y se disfruta cual atracción de parque temático, que no de feria.
Son sólo seis temas, algo que incluso agradezco. Me cuesta cada vez más escuchar álbumes a los que les sobran, de quince, 5 canciones. Lynam no proponen seis temas que encajan bien, que pasan en parpadeos, y que tientan a repetir. No faltan solos de guitarra de pocos segundos ni coros de jauría con oído musical. Y hablando claro, al perdido de Adler no se le echa mucho de menos.
Escucha “Halfway To Hell” en Spotify:
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