Los Brazos retornaban a la capital por segunda vez dentro de la gira de presentación de su magnífico disco en directo, LIVE. Para esta ocasión la ubicación escogida fue Fun House, una sala pequeña con un gran encanto underground donde todo parece enfocado para que sea perfecto el disfrute de una velada de música en directo.
Intento ser imparcial y no dejarme llevar, desconectar el modo fan, procurar describir lo vivido viendo a Los Brazos siendo neutral, pero cada vez que rememoro el concierto, toda esa buena intención se va al garete. Claro está que recurriendo al rock, blues, boogie, country, me tienes muy convencido, pero además lo mezclan de una manera perfecta, y lo llevan al directo con un sonido potente, y con mucho peso. Capaces llevarte desde la pegada de Where To go o Black Sheep, pasando por momentos intensos con temas como Tales, donde Willian lanza alguna estrofa fuera de micro. Haciendo participar al público con la vacilona Not My Kind y sus coros “futboleros”. Todo enfocado a facturar un concierto de alto nivel. Con poco espacio para la especulación, sin parones, sin frenar el ritmo del show, manteniendo una gran intensidad de principio a fin. Los Brazos nunca fallan. Lo vivido en anteriores ocasiones, o lo reflejado en el antes citado LIVE, es todo lo que puedes encontrar en uno de su shows, o más. Y en esta ocasión no fue diferente. Tampoco fue distinto el cierre de su set interpretando una brutal versión de Free Bird, broche perfecto para una velada insuperable.
Por sacar pegas, me centraría en algo ajeno a la banda, y es mas algo de opinión personal. La sala es perfecta para ver conciertos, cómoda y con buen sonido. Pero quizás el aforo se me hace corto para la calidad de la banda. Pero como digo, es cosa mía. Como es normal en esto de la música hacemos nuestras algunas bandas, y es posible que sea eso lo que haga que crea que debieran dar el salto ya a salas medianas/grandes. Aunque tengo claro que mientras sigan sacando discos y girando, voy servido.
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