Derby Motoreta’s Burrito Kachimba es un grupo sevillano formado por miembros de diversas bandas del entorno. Todos son músicos experimentados que emprenden este nuevo proyecto juntando influencias de Triana, King Gizzard and the Lizard Wizard, Temples, Smash etc. para dar a luz a un muy original súbgenero autodefinido como kinkidelia psicotropical.
El sonido tiene una gran complejidad y se vislumbra un trabajazo desde la producción ya desde la intro del disco, que te pone en órbita para la locura psicodélica posterior. La verdad es que este grupo es tan singular que establecer comparaciones con otros se hace muy difícil, pero de lo que podemos estar seguros es de que King Gizzard es un ingrediente fundamental en la kinkidelia. Tampoco hay que ser Sherlock Holmes para saberlo, ya que la primera canción se titula The New Gizz. Letra mística supradimensional intercalada por momentos de tranquilidad y explosión… La psilocibina fluye a través de los altavoces y se impregna en tus sábanas dando a luz a Aliento de Dragón, una canción románticamente alucinógena.
Somnium Igni es un alto en el camino que permite respirar un poco y que enamorará a los fans más trianeros. Yo la verdad es que siempre he pasado mucho del flamenco a pesar de ser gaditano, pero reconozco su arte. Personalmente, me daría mucha curiosidad escuchar este mismo disco alternando la voz flamenca con una voz más típicamente hard rock. Pero bueno, es precisamente la voz de Dandy lo que da el toque Yo, «El Vaquilla» que tanto nos gusta.
Y así como se baja el ritmo, se acelera estrepitósamente con la canción más popular de DMBK: El Salto del Gitano. Esta es usada para coronar los conciertos de la banda y dejar paso a los cánticos, los pogos y el desfase absoluto. Sin embargo, no es la última canción del disco. La sigue Grecas, una canción más tranquila con una guitarra inspirada por el rock andaluz rodeada por un aura psicodélica donde el teclado del enigmático Von Máscara juega un importante rol.
Nos transportamos ahora hasta los misteriosos mausoleos de Uzbekistán. Samrkanda te pone en trance rescatando esa clásica conexión psicodélica con oriente. Y por último, las arenas del desierto traen consigo una atmósfera hippie que rememora el esplendor del rock progresivo antiguo con La Piedra de Sharon. El viaje ha acabado.
El disco la verdad es que es frenéticamente divertido. Cada vez que lo escucho noto detalles nuevos, aunque por otro lado, da igual cuántas veces repita ciertas canciones, que algunas partes de la letra me siguen pareciendo incomprensibles. Este grupo la verdad es que merece toda la atención, y ya está comenzando a llenar salas sin problemas. Dentro del panorama indie español es todo un descubrimiento, y si siguen en esta linea, a estos artistas les aguardará un futuro brillante. La kinkidelia ha nacido.
0 comentarios