Prince murió en el fatídico 2016, sin embargo, su legado sigue vivo y bien podríamos decir que Janelle Monáe es su mayor heredera. The ArchAndroid (2010) y The Electric Lady (2013) fueron un inicio de carrera más que prometedor. Ambos discos son excelentes. Sin embargo, Janelle hizo un parón en su fulgurante carrera musical para participar como actriz en un par de películas (Moonlight y Figuras ocultas) que fueron ambas nominadas a mejor película en 2016.
Ahora Janelle Monáe se ha centrado definitivamente en ser la gran estrella que merece ser. Talento no le falta y puede que su momento haya llegado. Para ello ha buscado la inmediatez en sus canciones. No hay en Dirty computer temáticas conceptuales sobre futuros distópicos ni las suites instrumentales de sus dos primeros lanzamientos. Lo cierto es que Dirty Computer sale reforzado, sonando menos disperso y más homogéneo. Monàe no ha inventado nada, recoge lo sembrado por otros artistas en las décadas pasadas y lo lanza admirablemente hacia el futuro. Dirty computer es soul, funk, pop, RnB, electrónica y rap. Todo en uno y facturado de manera impecable para el consumo masivo. Estamos ante el trabajo más accesible de la Monáe. Vale, yo prefiero sus trabajos anteriores pero Dirty computer no está nada mal.
Al dejar de lado la ciencia ficción, las letras de Janelle apuestan por un feminismo combativo y sin ningún pudor. Estamos ante unas letras abiertamente sexuales (otra vez la influencia de Prince sale a relucir) pero desde una óptica femenina. Monáe se define como pansexual, más que homosexual o lesbiana. Limitarse a una etiqueta es visto como una limitación que coarta la libertad. Pues muy bien, nada que objetar. PYNK fue un single adelanto correctito que me dejó algo frío, tampoco el vídeo ni los pantalones/vagina de Monáe contribuyeron a mi entusiasmo. Por suerte, el resto del LP fue una agradable sorpresa. Como no puede ser de otra manera dentro de la música negra actual, el disco está lleno de featurings (o colaboraciones). Alguna de ellas de relumbrón (Grimes, Zoë Kravitz, el pesado de Pharrel Williams) que aportan su granito de arena, mientras otras ni se aprecian (a Brian Wilson no se le distingue en el tema que da nombre al LP). Del repertorio me quedo con Screwed, Make me feel (ambas con tufillo a Prince), Crazy, Classic, life, y el tremendo rap de Django Jane (y eso que a mí el rap no me gusta). El conjunto es muy disfrutable.
Otro buen disco y un paso firme hacia el estrellato de la gran Janelle Monáe.
0 comentarios