Voy a hacer de tripas corazón y a intentar rescatar a un puñado de actrices, conocidas por todos los aficionados al séptimo arte, pero que las nuevas generaciones no tienen la consciencia real de lo importantes que han sido sus carreras. Habrá nombres imprescindibles para todos, poco reconocidos por alguien, incluso olvidados en pocos casos, pero ineludibles en mi memoria cinéfila. Para intentar subvertir esas lagunas de memoria haré un pequeño recorrido por su trayectoria y recomendaré una película de cada una de ellas. Puede que aquí tampoco estés de acuerdo o no seas amante del cine clásico, pero para mí son parte de mi vida y tan cercanas como unos vecinos o unos compañeros de clase.
Espero que disfrutes el repaso y, como siempre, gracias por leer.
Actrices Secundarias
1.- Dame May Whitty (1865):
Desarrolló prácticamente toda su carrera en el teatro, logrando un reconocimiento total, incluso recibió el título de Dama del Imperio Británico por su participación en actividades benéficas durante la IGM, pero su clamor mundial lo obtuvo al llegar al cine, especialmente por su colaboración con Alfred Hitchcock, donde logró un impacto que todavía se le reconoce con el paso de los años. “Alarma en el expreso” o “Sospecha” son los ejemplos de ello, aunque su participación en grandes producciones como “La señora Miniver” o “Luz que agoniza” dejan claro que llegó para quedarse.
De todas las citadas podría elegir cualquiera de ellas, pero quizás su importancia sea mayor en la seleccionada, antes de que ambos dieran el salto a EE.UU.
ALARMA EN EL EXPRESO, Alfred Hitchcock (1938)

2.- Ethel Barrymore (1879):
La segunda hija del famoso clan Barrymore desarrolló su carrera como actriz, en gran medida, en el teatro, aunque no fue hasta la década de los 40 del siglo XX cuando se dedicó por completo al séptimo arte. Algunos escarceos previos le llevaron a ganar 1 Oscar como actriz de reparto, aunque títulos posteriores son mejores y más recordados. Títulos como “La escalera de caracol” de Robert Siodmak, “El proceso Paradine” de Alfred Hitchcock, “Un destino de mujer” de H.C. Potter, “Jennie” de William Dieterle, “Moonrise” de Frank Borzage o “El gran pecador” de Robert Siodmak son un claro ejemplo de ello, aunque títulos posteriores como “Pinky” de Elia Kazan o “El cuarto poder” de Richard Brooks aclaran que estamos ante uno de los grandes nombres de la interpretación.
De la cantidad de títulos notables me decanto por 1 que auna varias cosas que me fascinan, el cine negro, el director Robert Siodmak y la importancia de su papel. Además le otorgó otra nominación al Oscar de las 4 que logró.
LA ESCALERA DE CARACOL, Robert Siodmak (1946)

3.- Jane Darwell (1879):
Jane fue una de esas actrices que rondaron como secundaria por un montón de producciones de los inicios del cine para productoras como Paramoun, Fox o RKO hasta que, con mucha experiencia y muy mayor, logró uno de los éxitos más triunfales de John Ford en “Las uvas de la ira”, por la que obtuvo el Oscar a mejor actriz de reparto. Aparece en otras cintas destacables como “Una mujer para dos” de Ernst Lubitsch (1933), “Tierra de audaces” de Henry King (1939), “Lo que el viente se llevó” de Victor Fleming (1939), “El hombre que vendió su alma” de William Dieterle (1941), “A través de la noche” de Vicent Sherman (1941), “Incidente en Ox-Bow” de William A. Wellman (1943), “Pasión de los fuertes” de John Ford (1946), “Tres padrinos” de John Ford (1948), “Caravana de paz” de John Ford (1950), “El sol siempre brilla en Kentucky” de John Ford (1953), “El bígamo” de Ida Lupino (1953), “Siempre hay un mañana” de Douglas Sirk (1955) o “El último hurra” de John Ford (1958), por lo que no puede negarse la importancia de su producción.
Aquí podría elegir un montón de títulos, pero voy a concretarlo en la película por la que es mayormente recordada y le otorgó el pasar a la historia.
LAS UVAS DE LA IRA, John Ford (1940)

4.- Una O’Connor (1880):
Actriz irlandesa de largo recorrido teatral que, gracias a aparecer en la obra Cavalcade de Noel Coward convenció a productores de Hollywood para llevarla allí, siendo parte del reparto de la adaptación cinematográfica de la obra. Se asentó en EE.UU. y se nacionalizó norteamericana. Su lazo con las obras de James Whale “El hombre invisible” y “La novia de Frankenstein” o con John Ford en “El delator” y “El arado y las estrellas” le hicieron pasar a la posteridad, aunque participó en obras notables como “El pequeño Lord” de John Cromwell, “Robin de los bosques” de Michael Curtiz, “No estamos solos” de Edmund Goulding o “El halcón del mar” de Michael Curtiz. Se especializó en papeles secundarios de fuerte presencia como ama de casa o sirvienta y en los años 40 destacó en películas como “Niebla en el pasado” de Mervyn LeRoy, “Esta tierra es mía” de Jean Renoir, “Sagrado matrimonio” de John M. Stahl, “Las campanas de Santa María” de Leo McCarey o “El pecado de Cluny Brown”, despidiéndose por todo lo alto en 1957 con “Testigo de cargo” de Billy Wilder.
Hay mucho donde elegir, pero no puedo desvincularme de su llegada a Hollywood con obras maestras de James Whale.
LA NOVIA DE FRANKENSTEIN, James Whale (1935)

5.- Margaret Dumont (1882):
Actriz especialmente reconocida por aparecer en muchas de las películas de los hermanos Marx como una rica viuda, inocente y que es engañada sin remedio por Groucho. En la vida realidad también era una viuda de un empresario rico y, al fallecer su marido, volvió al teatro. En el cine, además de con los hermanos Marx, trabajó para George Stevens, Allan Dwan, George Cukor, George Sidney o Raoul Walsh, pero pasó a la historia del cine como la ingenua adinerada que es atacada por Groucho.
Evidentemente, debo seleccionar una de sus apariciones con los Marx Bros.
UNA NOCHE EN LA ÓPERA, Sam Wood (1935)

6.- Billie Burke (1884):
Mary, su nombre real, comenzó como todas en el teatro y vodevil musical, primero en Londres y luego en Broadway, donde conoció a Florenz Ziegfeld, con el que se casó en 1914. En el cine mudo rivalizó con estrellas como Lillian Gish o Mary Pickford, aunque volvió al escenario y el crack de 1929 les hizo volver a California. Su marido murió poco después, pero ella siguió actuando con títulos exitosos como “Cena a las ocho” de George Cukor o el debut de Katharine Hepburn en la gran pantalla. Actuó en la saga Topper y fue nominada al Oscar por “Un mendigo original”, pero el público la conoce como la bruja buena del norte de “El mago de Oz”. Durante la IIGM trabajó en la radio y, en los inicios de la televisión llegó a tener su propio programa de entrevistas. Billie es una de esas estrellas poco recordadas que han marcado el teatro, la radio, televisión y cine norteamericano de principios de siglo XX.
En el cine podría elegir sus trabajos con John Huston, John Ford o Vincente Minnelli, incluso su nominación al Oscar o su papel más reconocido, pero me decanto por uno de sus inicios con Cukor.
CENA A LAS OCHO, George Cukor (1933)

7.- Gladys Cooper (1888):
Actriz teatral británica que llegó a Hollywood para quedarse en los años 40. Actuó en “Rebeca” de Alfred Hitchcock, “Espejismo de amor” de Sam Wood”o “Lady Hamilton” de Alexander Korda, antes de lograr su 1ª nominación al Oscar por “La extraña pasajera” de Irving Rapper junto a Bette Davis. Repitió nominación 2 veces más por “La canción de Bernadette” de Henry King junto a Jennifer Jones y por “My fair Lady” de George Cukor junto a Audrey Hepburn, pero deja una filmografía notable con títulos como “Cartas a mi amada” de William Dieterle, “La mujer del obispo” de Henry Koster, “El pirata” de Vincente Minnelli, “Mesas separadas” de Delbert Mann o “El último de la lista” de John Huston. Imprescindible.
De entre los varios títulos a elegir, podría quedarme con películas que me fascinan, pero tengo que centrarme en una que le da más protagonismo y le proporcionó una de sus nominaciones al Oscar.
LA EXTRAÑA PASAJERA, Irving Rapper (1942)

8.- Hattie McDaniel (1893):
Hattie es recordada como Mami de “Lo que el viento se llevó”, pero tiene muchas más cosas detrás. Nació en Kansas en una gran familia afroamericana y pronto se unió al espectáculo de varietés de su padre como cantante. En los años 30 se trasladó a Los Ángeles con el objetivo de conseguir trabajo como actriz, logrando un contrato con la Fox. Ahí ya aparece en cintas como “El juez Priest” de John Ford o “Sueños de juventud” de George Stevens. Trabajó sin parar y casi siempre encarnando personajes de empleada de hogar o sirvienta, pero dejando marca con su presencia. Su impronta fue constante, aunque podemos destacar “Magnolia” de James Whale, “Alta tensión” de Allan Dwan, “Confesión sincera” de Wesley Ruggles o “La hora radiante” de Frank Borzage antes de su reconocimiento mundial por “Lo que el viento se llevó”. Por ella ganó un Oscar y formó parte de una película de leyenda que contiene muchas intrahistorias en su producción y filmación y, todavía hoy, sigue siendo uno de los iconos definitivos del séptimo arte. Posteriormente siguió trabajando y formó parte de elencos recordados como los de “Murieron con las botas puestas”, “La gran mentira” o “Como ella sola” hasta que un cáncer se la llevó y la segregación racial imperante en EE.UU. la discriminó hasta en su tumba.
Aquí no hay opción posible porque, pese a formar parte de películas notables y trabajar con directores y actores sobresalientes, nada es comparable al impacto que obtuvo con su Oscar.
LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, Victor Fleming, George Cukor & Sam Wood (1939)

9.- Judith Anderson (1897):
Australiana de nacimiento es, principalmente, reconocida como actriz de teatro, con una trayectoria espectacular durante los años 20 y 30. Ganó 1 premio Oscar, 1 Tony y 1 Emmy y fue nombrada Dama del Imperio Británico. En el cine en su rostro muy conocido, fundamentalmente por su Sra. Danvers en “Rebeca” de Alfred Hitchcock, por la que ganó un Oscar, pero su trayectoria es muy interesante, con títulos como “A través de la noche” de Vincent Sherman con Humphrey Bogart, “Abismo de pasión” de Sam Wood con Ann Sheridan, “Al filo de la oscuridad” de Lewis Milestone con Errol Flynn, “Laura” de Otto Preminger con Gene Tierney o “El extraño amor de Martha Ivers” de Lewis Milestone con Barbara Stanwyck. Siguió trabajando com actriz secundaria para grandes directores como Raoul Walsh, Anthony Mann o Cecil B. DeMille, pero siempre combinándolos con su gran amor y pasión por el teatro.
Al igual que muchas de sus compañeras podríamos elegir varias de sus interpretaciones, pero su Oscar causa un impacto inminente que no puedes olvidar el resto de tu vida y es uno de esos rostros que reconoces al instante.
REBECA, Alfred Hitchcock (1940)

10.- Aline MacMahon (1899):
Debutó en el teatro, como la mayoría, y llegó a Hollywood en los años 30 con títulos como “Sed de escándalo” de Mervyn LeRoy, “Viaje de ida” de Tay Garnett o “Gloria y hambre” de William A. Wellman. En sus primeros años trabajó sin parar, haciéndose un hueco en la jungla que era aquello y su nombre va unido a clásicos como “Vampiresas 1933” de Mervyn LeRoy, “Heat lightning” de Mervyn LeRoy o “Vivo mi vida” de W.S. Van Dyke. En los 40 ya adoptó su figura al rol secundario y trabajó con grandes nombres en películas como “Lejos de la niebla” de Anatole Litvak, “Capricho de mujer” de Mitchell Leisen, “Los ángeles perdidos” de Fred Zinnemann o “El halcón y la flecha” de Jacques Tourneur. En los 50 casi desapareció de la gran pantalla, pero cuando aparecía era en grandes producciones como “El hombre de Laramie” o “Cimarrón” de Anthony Mann.
Aquí he dudado mucho, pero me voy a decantar por uno de sus varios trabajos con el director A. Mann porque la película me gusta mucho y ella está fantástica en su rol secundario.
EL HOMBRE DE LARAMIE, Anthony Mann (1955)

11.- Agnes Moorehead (1900):
Su nombre va asociado al Mercury Theatre de Orson Welles y, tras años difíciles y de mucha radio, se trasladó a Hollywood cuando Welles s partió al oeste y empezó trabajando en sus películas, siendo parte de “Ciudadano Kane” y “El cuarto mandamiento”. Pocos años después se unió a la MGM donde rodó “Desde que te fuiste” de John Cromwell, “La señora Parkington” de Tay Garnett o “El sol sale mañana” de Raoy Rowland, pero quizá sean sus trabajos en Warner los más notables como en “L senda tenebrosa” de Delmer Daves, “Belinda” de Jean Negulesco o “Sin remisión” de John Cromwell. Con MGM rodó cintas muy apreciables como “El gran pecador” de Robert Siodmak o “Magnolia” de George Sidney, aunque su carrera siempre ha ido asociada a la radio y a la televisión. Apareció en varios melodramas románticos de Douglas Sirk como “Obesisión” o “Sólo el cielo lo sabe”, pero su papel en la serie “Embrujada” como madre de Elizabeth Montgomery la hizo reconocible a nivel mundial y uno de sus papeles más recordados.
Su llegada a Hollywood de la mano de Welles o sus trabajos para Sirk me hacen dudar mucho, pero me voy a decantar por una película que siempre me ha gustado mucho.
LA SENDA TENEBROSA, Delmer Daves (1947)

12.- Miriam Hopkins (1902):
Ellen empezó como corista en los años 20 y en los 30 firmó con Paramount. Desde muy pronto demostró que era muy buena y trabajó con Lubitsch y Mamoulian en “El teniente seductor” y “El hombre y el monstruo”. Repitió con Lubitsch en 2 de sus mejores trabajos, “Un ladrón en la alcoba” y “Una mujer para dos”, recibiendo una nominación al Oscar por “La feria de la vanidad” de Rouben Mamoulian. Actuó para Hawks, Wyler o Goulding. Tuvo unas publicitadas disputas con Bette Davis y abandonó el cine unos años hasta que volvió en 1949 con “La heredera” de William Wyler. Es uno de los rostros más conocidos y competentes del cine clásico en Hollywood y no podemos olvidarla en un artículo como este.
Evidentemente, no puedo evitar elegir una de sus colaboraciones con el maestro Lubitsch, aunque sus trabajos con Mamoulian o Wyler también merecerían tal puesto.
UN LADRÓN EN LA ALCOBA, Ernst Lubitsch (1932)

13.- Flora Robson (1902):
Actriz inglesa de altura que demostró su valía en el teatro, con una pronunciación esplendorosa. En el cine comenzó en su Inglaterra natal para pasar a Hollywood con esa joya que es “Cumbres borrascosas” de William Wyler. Combinó el cine británico y el estadounidense, labrando una fama muy profesional y segura. Trabajó en casi todos los géneros y para muy reputados directores, compartiendo escena con los más renombrados actores de la época. “El halcón del mar”, “Narciso negro”, “55 días en Pekín” o “Siete mujeres” son algunos de sus actuaciones más reputadas. Trabajó hasta casi el final de su vida.
Difícil elegir una película, pero quizás su colaboración con la pareja británica sea de las mejores opciones.
NARCISO NEGRO, Michael Powell & Emeric Pressburger (1947)

14.- Glenda Farrell (1904):
Comenzó de niña combinando sus actuaciones teatrales con su educación. En los 30 firmó un contrato largo con First National y actuó en muchísimas producciones de esos primero años. Podríamos destacar “Hampa dorada” o “Soy un fugitivo” de Mervyn LeRoy, “Los crímenes del museo” de Michael Curtiz, “Fueros humanos” de Frank Borzage o “Dama por un día” de Frank Capra. Actuó en muchísimas películas de las que destacan “Alta tensión” de Allan Dwan o “Senda prohibida” de Mervyn LeRoy, aunque en los 40 se olvidaron de ella.
De su producción debo recalar en sus inicios, destacando sus inicios con el cine negro.
SOY UN FUGITIVO, Mervyn LeRoy (1932)

15.- Thelma Ritter (1905):
Estudiante del American Academy of Dramatic Arts, empezó a actuar en el teatro para pasar al cine después de la IIGM. En su 1ª película ya dejó una grata impresión, pero sería con “Carta a tres esposas” de Joseph L. Mankiewicz cuando destacaría. Los años 50 sería su década destacada con 4 nominaciones al Oscar de las 6 que tiene, y con trabajos tan majestuosos como en “Eva al desnudo”, “Casado y con dos suegras”, El hundimiento del Titanic” o “Manos peligrosas”. Con Hitchcock rodaría “La ventana indiscreta”, con Capra “Millonario de ilusiones”, con Huston “Vidas rebeldes” o con Frankenheimer “El hombre de Alcatraz”, dejando un legado imperecedero como una de las mejores secundarias de la historia del cine, siendo la actriz que más veces ha sido nominada al Oscar a Mejor actriz de reparto sin ganar ninguno, pese a que la mayoría de la crítica la considera la mejor.
Cualquiera de sus apariciones deja marca cuando la ves, pero a mí siempre me ha fascinado su papel en una colaboración que hizo con Hitch.
LA VENTANA INDISCRETA, Alfred Hitchcock (1954)

16.- Mildred Natwick (1905):
Actriz especialmente dedicada y reconocida en el teatro, dejó clara su maestría porque cada aparición suya en el cine es recordada por su gran presencia y aptitud para el papel encomendado. Trabajó poco en el cine por su querencia por las tablas teatrales, pero trabajó con los más grandes como John Ford, Joseph L. Mankiewicz o Alfred Hitchcock y logró una nominación al Oscar por “Descalzos por el parque” de Gene Saks como madre de Jane Fonda. Su posterior trabajo continuado en la televisión le otorgó un Emmy, cerrando su carrera cinematográfica en “Las amistades peligrosas” de Stephen Frears en 1988.
De sus pocos pero memorables actuaciones en el cine, elijo una de sus colaboraciones con el maestra Ford.
EL HOMBRE TRANQUILO, John Ford (1952)

17.- Mary Astor (1906):
Actriz de cine, teatro y televisión, también escritora, que cuenta con 1 Oscar y varios escándalos privados. Su carrera comenzó en el cine mudo, rodó algún film notable en los 30, pero sería en los 40 cuando despuntaría con “El halcón maltés” de John Huston, “Un marido rico” de Preston Sturges o “Cita en San Luis” de Vincente Minnelli, logrando una nominación al Oscar por “La gran mentira” de Edmund Goulding. “Acto de violencia” de Fred Zinnemann o “Mujercitas” de Mervyn LeRoy serían otros de sus trabajos más destacables.
Aquí no puedo ser objetivo y me decanto por uno de sus trabajos más destacados.
EL HALCÓN MALTÉS, John Huston (1941)

18.- Eve Arden (1908):
Empezó en el teatro y fue una de las contrataciones de los Ziegfeld Follies en los años 30. Actuó en cine, teatro, televisión y radio, donde un personaje suyo, Miss Brooks, pasó de las ondas a las tablas y a la gran pantalla. En el cine destacan algunos títulos, siempre como actriz secundaria, junto a grandes nombres como Katharine Hepburn, Ginger Rogers, los hermanos Marx, Clark Gable o Joan Crawford. Obtuvo 1 nominación al Oscar y las generaciones más jóvenes la conocen como la directora del Instituto Rydell en “Grease”.
De su destacada producción en el cine me decanto por su única nominación.
ALMA EN SUPLICIO, Michael Curtiz (1945)

19.- Claire Trevor (1910):
La conocida como Reina del cine negro por sus papeles de mujer fría y calculadora en dicho género, trabajó durante muchísimos años en el cine, teatro, radio y televisión. Su 1ª aparición indiscutible después de muchos papeles menores fue en “Calle sin salida” de William Wyler y, desde ahí, ya fue un rostro indiscutible en la intriga criminal. “El sorprendente Dr. Clitterhouse” con Edward G. Robinson, “Historia de un detective” con Dick Powell o “Nacido para matar” de Robert Wise, “Justa venganza” de Anthony Mann o “Cayo Largo” de John Huston podrían configurar un repóquer perfecto. En esos años también destacó en el western con cintas como “La diligencia” de John Ford, “Mando siniestro” de Raoul Walsh o “Texas” de George Marshall. En los 50 bajó su producción, pero aun dejó películas destacables como “La pradera sin ley” de King Vidor o “La montaña siniestra” de Edward Dmytryk. Estuvo 3 veces nominada al Oscar a Mejor actriz de reparto, logrando 1.
De su muy destacable carrera me voy a quedar con una de mis preferidas, aunque dudo muchísimo con otra.
CAYO LARGO, John Huston (1948)

20.- Gloria Stuart (1910):
De gran recorrido en sus primeros años, trabajando en muchas producciones de las productoras Universal y Fox, destacan sus inicios con James Whale en la dirección. Actuó para directores de renombre como John Ford o Allan Dwan, aunque tuvo un larguísimo parón tras la IIGM para dedicarse a la pintura y volver a la actuación en los años 70, actuando en varias series. La fama le llegó mucho después, cuando James Cameron le dio el papel de la anciana Rose en “Titanic”, por la que fue nominada al Oscar.
Debo recurrir a sus inicios en el cine con una de sus colaboraciones con James Whale.
EL HOMBRE INVISIBLE, James Whale (1933)

21.- Jo Van Fleet (1915):
Actriz de principal trayectoria en el teatro, donde ganó un Tony, pero cuya escasa participación en el cine es de una impronta mayúscula. Su debut en 1955 se convirtió en un año mágico, apareciendo en 3 títulos magistrales como “Al este del Edén” de Elia Kazan, que le dio un Oscar, “La rosa tatuada” de Daniel Mann, que adaptaba la obra de Tennessee Williams, y “Mañana lloraré” de Daniel Mann que adaptaba la vida de Lillian Roth. En los siguiente años trabajó poco en el cine, pero con nombres de 1ª fila como Clark Gable en “Un ray para cuatro reinas” de Raoul Walsh, Burt Lancaster y Kirk Doulgas en “Duelo de titanes” de John Sturges o con Montgomery Clift en “Río salvaje” de Elia Kazan. En los siguientes años casi no apareció, pero destacan un par de títulos como “La leyenda del indomable” de Sturt Rosenberg o “El quimérico inquilino” de Roman Polanski.
Aquí cuento con pocas opciones, pero de calidad suprema, y me decanto por su Oscar.
AL ESTE DEL EDÉN, Elia Kazan (1955)

22.- Mercedes McCambridge (1916):
Empezó trabajando en seriales radiofónicos y en el teatro, pero su llegada al cine fue apoteósica. Interpretó a Sadie Burke en “El político” de Robert Rossen, que ganó 3 Oscar ese año, incluido 1 para ella como actriz de reparto. Al poco volvió a deslumbrar por sus papeles en “Johnny Guitar” de Nicolas Ray y “Gigante” de George Stevens, por la que recibió otra nominación al Oscar. En su corta pero sobresaliente carrera cinematográfica añadiría papeles secundarios en “Adiós a las armas” con Rock Hudson y Jennifer Jones, “Sed de mal” de Orson Welles, “De repente, el último verano” de Joseph L. Mankiewicz con Liz Taylor, Monty Clift y Kate Hepburn o “Cimarron” de Anthony Mann. De sus últimas apariciones destaca su voz en “El exorcista”, cuando Regan es poseída.
Qué difícil se me hace elegir entre tan pocas opciones y tan buenas, así que me decanto por la premiada.
EL POLÍTICO, Robert Rossen (1949)

23.- Teresa Wright (1918):
Actriz de cine y televisión que comenzó su trabajo en el teatro. Cuenta con el hito de ser nominada al Oscar en sus 3 primeras apariciones en la gran pantalla por “La loba”, El orgullo de los Yanquis” y “La señora Miniver”, ganando este último. También en los años 40 trabajó para Alfred Hitchcock en “La sombra de una duda”, para William Wyler en “Los mejores años de nuestra vida”, o para Raoul Walsh en “Perseguido”. En los 50 se desencantó con el cine y se pasó a la televisión, donde obtuvo gran repercusión. Sus últimas apariciones en el cine son escasas y en roles secundarios para directores prestigiosos como Richard Brooks, James Ivory o F.F. Coppola.
De sus notables actuaciones voy a rescatar una de las que se me quedó grabada desde la 1ª vez que la vi de jovencito.
LA SOMBRA DE UNA DUDA, Alfred Hitchcock (1943)

24.- Maureen O’Hara (1920):
La irlandesa demostró de muy joven sus dotes para la interpretación. Charles Laughton la convenció en Londres para que se dedicara a eso, se cambiara el apellido y persuadió a RKO para que le ofreciera un contrato en USA. En esos primeros años rodó “La posada Jamaica” con Alfred Hitchcock, todavía en Inglaterra, y “Esmeralda, la zíngara” en Hollywood, ambas con Laughton de protagonista. Su unión con John Ford llegaría en 1941 con “¡Qué verde era mi valle!”. Esa actuación hizo que la Fox comprara su contrato a la RKO e interpretó varias películas exitosas como “El cisne negro” con Tyrone Power, “El sargento inmortal” con Henry Fonda o “Debil es la carne” con Rex Harrison. Anteriormente repitió con Charles Laughton en la obra maestra de Jean Renoir “Esta tierra es mía”, aunque su vinculación con Ford se amplió en los 50 hasta con 4 trabajos entre los que destacan “El hombre tranquilo” o “Escrito bajo el sol”. Esa década le unió a directores de primera fila como Lewis Milestone o Carol Reed. En sus últimos años destacó en la televisión y recibió un Oscar honorífico en 2014 por toda su carrera.
De toda la filmografía de la Reina del Technicholor, más que su alianza con John Ford, me decanto por su coalición con Charles Laughton, quedándome con una de sus varias joyas.
ESTA TIERRA ES MÍA, Jean Renoir (1943)

25.- Shelley Winters (1920):
Shirley empezó como modelo, pero empezó a actuar en los años 40 como secundaria para producciones de directores contrastados como George Cukor, Robert Siodmak o Anthony Mann. En los 50 ya se había hecho un hueco y actuó en grandes películas como “Winchester ‘73”, “Un lugar en el sol”, por la que recibió su 1ª nominación al Oscar, “La torre de los ambiciosos” o “La noche del cazador”. En los 60 volvió a ser nominada 2 veces, ganando ambos, por “El diario de Ana Frank” y “Un retazo de azul”, aunque deja otros trabajos sublimes como “Los jóvenes salvajes” de John Frankenheimer, “Lolita” de Stanley Kubrick o “Alfie” de Lewis Gilbert. En los 70 protagoniza “Mamá sangrienta” de Roger Corman, forma parte del gran elenco de “La aventura del Poseidón” o trabaja con directores en auge como Paul Mazursky o Roman Polanski. El resto de su carrera ya fue residual y casi todos se olvidaron de ella, aunque aun algún en algún título interesante como “Heavy” de James Mangold o “Retrato de una dama” de Jane Campion. En total ganó 2 Oscar de 4 nominaciones y es uno de los rostros más reconocibles del cine de los 50 y 60.
Aquí hay varias joyas para elegir, pero me voy a decantar por la única incursión de Charles Laughton en la dirección.
LA NOCHE DEL CAZADOR, Charles Laughton (1955)

26.- Alexis Smith (1921):
Tras varias apariciones sin acreditar, su contrato con Warner le sirvió para actuar junto a Errol Flynn, Charles Boyer o Humphrey Bogart y, tras la IIGM, destacar en títulos como “Retorno al abismo” de Curtis Bernhardt, “Cautivo del deseo” de Edmund Goulding, “Las dos señoras Carroll” de Peter Godfrey o “Whisplash” de Lewis Seiler. Ya en los 50 trabajó para Raoul Walsh, Frank Capra o William Dieterle, destacando películas como “Un hombre acusa”, “Fracción de segundo” o “La ciudad frente a mí”. En los 70 destacó en el teatro musical, ganando 1 Tony y, al poco de fallecer, se estrenó su última aparición en la gran pantalla en “La edad de la inocencia” de Martin Scorsese.
De las opciones disponibles me voy a decantar por uno de sus primeros trabajos con Errol Flynn bajo las órdenes de un clásico.
GENTLEMAN JIM, Raoul Walsh (1942)

27.- Donna Reed (1921):
Al llegar los años 40 consiguió un contrato con la MGM y empieza a aparecer con papeles residuales hasta que, de la mano del maestro Ford, logra su primer film notable con “No eran imprescindibles”. A partir de ahí encadena películas como “El retrato de Dorian Gray”, “¡Qué bello es vivir!”, “La calle del delfín verde” o “Trágica información”, hasta que “De aquí a la eternidad” le otorga su único Oscar. A partir de entonces destaca más por su presencia televisiva en los 60 con su propio show “The Donna Reed show”. Un bello rostro de gran altura que caló hondo entre el público.
De sus interpretaciones hay 3 que me gustan especialmente, pero debo remitirme a su papel más premiado y recordado.
DE AQUÍ A LA ETERNIDAD, Fred Zinnemann (1953)

28.- Gloria Grahame (1923):
Empezó actuando en el teatro, pero un contrato con MGM la llevó a Hollywood y desarrolló una fructífera carrera que le otorgó 1 Oscar. Tras algunos papeles poco meritorios, adquirió importancia en “Encrucijada de odios” de Edward Dmytryk, por la que obtuvo una 1ª nominación como secundaria. En los años 50 ya era una estrella reconocible, con títulos tan emblemáticos como “En un lugar solitario” de Nicholas Ray, “Cautivos del mal” de Vncente Minnelli, por la que consiguió el Oscar, “Los sobornados” de Fritz Lang o “Deseos humanos” del mismo Lang. Antes de volver con plenitud al teatro cerró la década de los 50 trabajando con grandes directores como Minnelli, Zinnemann, Kramer o Wise. En los 70 apareció bastante en televisión, destacando su presencia en la serie “Hombre rico, hombre pobre”, incluso en una olvidable cinta española de José Mª Forqué, “Tarots”.
Me resulta muy complicado elegir 1 sola película suya porque todas las destacadas me gustan mucho, pero me voy a decantar por el maestro Lang.
LOS SOBORNADOS, Fritz Lang (1953)

29.- Nina Foch (1924):
De padre holandés y madre estadounidense, se asentó con su padre en NYC cuando sus padres se separaron. Firmó con Columbia y empezó a destacar tras la IIGM con “Mi nombre es Julia Ross” o el musical “Canción inolvidable”. El cine negro le otorgó cierto protagonismo en películas notables como “Johnny O’Clock” de Robert Rossen, “Cerco de odio” de Rudolph Maté o “Relato criminal” de Joseph H. Lewis, pero sería con “Un americano en París”, que obtuvo 6 Oscar en 1952, cuando logró cierto status. Sus posteriores apariciones en “Scaramouche”, “La torre de los ambiciosos”, “Los diez mandamientos” o “Espartaco” solo consolidaron su reputación, incluso le dieron una nominación al Oscar por su trabajo para Robert Wise. Del resto de su carrera podemos resaltar su participación en algunos capítulos de series muy recordadas como “Colombo”, “Lou Grant” o “Se ha escrito un crimen”.
Aquí me voy a dejar llevar por uno de los musicales que más he visto en mi vida y que me fascinó desde el principio dejando indeleble en mi memoria el personaje de rica mecenas calculadora.
UN AMERICANO EN PARÍS, Vincente Minnelli (1951)

30.- Angela Lansbury (1925):
Tal y como yo la llamo, Angela será recordaba por siempre por interpretar a una de las Todo Lo Sabe definitivas, la Jessica Fletcher de la serie “Se ha escrito un crimen”, pero hay que recordar la gran carrera que tuvo mucho antes de eso. Nacida en Londres emigró a Estados Unidos por la IIGM y, tras firmar con MGM, llegó a Hollywood. Desde el principio ya dejó constancia de su belleza y talento en algunos trabajos míticos como “Luz que agoniza” de George Cukor, “El retrato de Dorian Gray” de Albert Lewin, “Los tres mosqueteros” de George Sidney o “El Estado de la Unión” de Frank Capra. En los 50 trabajó con grandes estrellas como Tony Curtis, Paul Newman o Danny Kaye, aunque sería en los 60 y 70 cuando grabó alguna de sus mejores interpretaciones como “El mensajero del miedo” de John Frankenheimer, “La bruja novata” de Robert Stevenson o “Muerte en el Nilo” de John Guillermin. A mitad de los 80 empieza a emitirse la serie por la que la recuerda todo el mundo, aunque a mí me gusta especialmente por la abuelita de “En compañía de lobos” de Neil Jordan.
Aquí me voy a decantar por una película que siempre me ha gustado mucho y considero la mejor adaptación de una novela de Oscar Wilde.
EL RETRATO DE DORIAN GRAY, Albert Lewin (1945)

Y hasta aquí llegamos con el recuerdo para un puñado de actrices de primer nivel. Podría haber rescatado a Beulah Bondi, Maggie Smith, Marie Windsor o Kathleen Freeman, incluso puede que alguna se haya perdido en mi memoria y para ti sea imborrable, pero había que elegir y quedaron esas 30. Espero que sepas disculpar mi memoria y, como siempre, gracias por leer.




















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