Hileras con témpanos de cabello de ángel
y castillos de helado en el aire,
también desfiladeros de plumas por todas partes.
He mirado las nubes de esta manera.
Aunque, ahora mismo, bloquean el sol,
llueven y nievan sobre todos.
Tantas cosas que podría haber hecho,
pero esas nubes se interpusieron.
Miro ya, esas nubes desde ambos lados,
de arriba a abajo, y, aun así, no sé cómo,
sólo son nubes ilusorias que recuerdo.
En realidad no sé nada de nubes.
Lunas y junios y ruedas de la fortuna,
esa forma en que te sientes al bailar mareado,
mientras cada cuento de hadas se hace realidad.
He visto el amor de esta manera.
Pero es sólo otro espectáculo ya,
los dejas riéndose cuando te vas
y si te preocupa, no dejes que lo sepan,
no te delates.
He mirado ahora el amor desde ambos lados.
Desde la dádiva y el beneficio, y, aun así, por alguna razón,
son ilusiones de amor lo que recuerdo.
Sinceramente no sé nada del amor.
Lágrimas y miedos, siniténdote orgullosa,
decir «te quiero» en voz alta.
Sueños y planes y público circense.
He visto la vida de esta manera.
Aunque, hoy, los viejos amigos actúan como extraños,
menean la cabeza, dicen que he cambiado,
bueno, algo se pierde, pero otras cosas se ganan
al vivir cada día.
He mirado la vida desde ambos lados.
Desde la victoria y la pérdida, y, aun así, de algún modo,
es esa vida ilusoria la que recuerdo.
En verdad no sé nada de la vida.
He mirado la vida desde ambos lados ya.
Desde arriba y desde abajo, y, aun así, como sea,
son ilusiones de la vida lo que recuerdo.
Verdaderamente no conozco nada la vida.
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