Que Ozzy Osbourne es una pieza angular dentro de la música rock es algo que pocos dudarán. Alguien que fundó el heavy metal con Black Sabbath y que tuvo uno de los mejores inicios en solitario con “Blizzard of Ozz” (que reseñamos en un Tu disco me suena), “Diary of a madman” y “Bark at the moon”.

Una persona que hizo de su juventud un exceso, nos entrega esta dura confesión. Unos últimos y oscuros años marcados por la enfermedad que derivó en su muerte este pasado verano.
Un acongojante documental el filmado por Tania Alexander durante los últimos años de vida donde aparece el Osbourne más terrenal. Un tipo que sabe que su mejor momento ha pasado y que tiene que lidiar con el parkinson y el dolor óseo, tras una caída y unas operaciones no del todo bien curadas. Una estrella que hace balance de su vida y que desea tener una última oportunidad de cantar, posiblemente lo único que le empuja a seguir.
Eso es lo que Alexander nos muestra en este íntimo documental donde cuenta con el protagonismo del músico y el de su esposa Kelly aunque por ahí aparecen una constelación de estrellas del rock que han tenido mucho que ver en el ocaso del intérprete de “Mamma, i’m coming home”, canción que embelesa al poder cantarla en el ensayo del Rock and Roll hall of Fame al que pudo asistir pero no subir al escenario. Quizás es el momento más sentido del largometraje. Duro. Muy duro.
Para ayudar a ese penoso trago hablan Chad Smith, Billy Idol, Zakk Wylde, Maynard James Keenan, Robert Trujillo o Tommy Iomi. Pero como el tono es esperanzador todo desemboca en el concierto multitudinario del 5 de julio en Birminghan (en el barrio de Aston donde nació) donde sentado en un trono pudo despedirse de la música y, prácticamente, de este mundo pues falleció pocas semanas después. Parece, por lo que se nos cuenta que casi estaba esperando ese momento para quedar feliz consigo mismo.
Porque lo que nos cuenta Tania Alexander no es siquiera una historia de redención. Es el peso de un tipo de persona que solo vive por y para la música. De ahí que muchos no se quieran retirar pues es lo único que han sabido hacer bien. Un argumento interesante, bien filmado pero algo largo.
Ozzy Osbourne puede estar entre ellos pues su vida es un cúmulo de alcohol y drogas que al final le dejan como alguien vulnerable, solo salvado por su mujer que le borró todas esas adicciones. Pero ¿qué sucede cuando uno envejece y no puede hacer lo que más quiere? Viendo este trabajo parece claro que esa gira pospuesta durante años y al final suprimida le dolió más a él que al público. En lo que respecta a mí, siempre podré decir que de las cinco veces que vi a Ozzy en directo, una de ellas fue la última en el «Download Madrid 2018.




















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