El Download Madrid 2018 ha llegado a su fin y es hora de hacer balance de un festival que ha congregado a más de 35000 personas por jornada, según datos facilitados por la organización. Un evento que ha destacado por la gran gestión de la organización en cuanto a tiempo de espera en los accesos, pues ha sido relativamente poco tiempo lo que se ha tardado en entrar con la gran afluencia de gente espectante. Como ejemplos, bastante menos que en otros festivales similares como el Download de Donington, el Gods of Metal de Milán, el Greenfield suizo o el Wacken alemán. Y si seguimos con las comparaciones los baños no tienen rival posible en el circuito europeo; limpios, cuidados y más que suficientes para albergar a la muchedumbre, a lo que hay que sumar personal más que suficiente en las barras y un apartado de comidas decente y para todos los paladares. En el debe, siempre constructivo, tal vez se deberían replantear abrir un poco antes para evitar el nerviosismo de llegar a la primera banda del día y el recinto, por otro lado impecable, enorme y cómodo, con césped artificial y asfalto nos ha ofrecido una desagradable sorpresa al descubrir la cercana depuradora merced a los vientos que traían un molesto hedor aunque soportable. Es posible que este aspecto sea la sentencia de muerte del recinto de la Caja Mágica, sumado a la múltiple burocracia y la poca ayuda en el transporte que ha ofrecido el ayuntamiento de la capital. Sea como sea, el resultado final se puede calificar casi de sobresaliente y deseamos más ediciones de una franquicia que ha venido a quedarse y ser referente en el panorama continental, pues hemos visto muchísimos más ciudadanos comunitarios que en la pasada edición del 2017, emocionados por el cartel y el sol que ofrece la península ibérica. Un «line up» «de campanillas» que intentaremos resumir a continuación.

@Maite Nieto

JUEVES 28 DE JUNIO

Llegamos justo de antes de la actuación de los británicos TESSERACT, con la complicada labor de abrir el escenario principal, a plena luz del día y con un sol que deslucía su técnico metal progresivo. Siete temas en cuarenta minutos donde presentaron tres de su reciente «Sonder» («King», «Luminary» y «Smile») y las tres partes de su EP «Concealing fate». Tesseract es una banda que a buen seguro gana en sala. Y tras ellos, al escenario dos a ver a BACKYARD BABIES, donde los suecos demostraron el por qué son una referencia en el punk mezclado con hard rock. Los de Nicke Borg y Dregen vinieron con ganas de agradar, esa actitud macarra que les caracteriza y un «ramillete» de canciones espectaculares como «Made me madman», «Dysfunctional professional», «Brand new hate», «Th1rt3n or nothing» o «Minus celsius» y el regalo de escuchar su nuevo «single» «Shovin´rocks». Cuarenta minutos bien aprovechados. De nuevo al Stage 1 para ver a ARCH ENEMY, otros suecos referentes en lo suyo, como es el death metal melódico, ya asentados con la presencia de Alyssa White-Gluz, una front woman que no para un segundo, en contraposición al resto de la banda, donde sigue destacando el talento a las seis cuerdas de Michael Amott. Presentaban su reciente «Will to power», del que nos dejaron una muestra con «The world is yours» (con la que abrieron), «First day in hell», «The eagle flies alone» y «The race», en cuarenta y cinco minutos de menos a más y que ganó con los clásicos como «My apocalypse» y, sobre todo, el final con «We will rise» y «Nemesis».

@Alfredo Arias

De nuevo en el segundo para ver a KREATOR, donde los de Mille Petrozza nos sorprendieron interpretando sus temas a una velocidad inusualmente lenta para lo que son los germanos. Aun así siguen siendo una apisonadora en directo y su nuevo disco «Gods of violence» es de lo mejor del 2017, como dejaron claro con «Hail to the hordes» y «Satan is real», acompañados con himnos del trash metal como «Phantom antichrist», «Enemy of god» y un final arrollador con «Phobia», «Hordes of chaos», «Violent revolution» y «Pleasure to kill». Eso sí, queda raro el «confetti» en una actuación de los teutones. Y tras la hora de los alemanes, a toda velocidad al principal para comprobar lo que ofrecía el otrora rey de la provocación MARILYN MANSON, que estuvo correcto sin más, una hora que no pasará a la historia, con los teclados grabados (¡con la importancia que ha tenido siempre en su música!), un escenario discreto, con cambios de decorado en la pantalla y un atril de dictador con su interpretación de la bandera americana. Sacó, incluso gente, para rendirle pleitesía y que uno de los espontáneos se quitase la camiseta al ser de otro grupo en uno de los nuevos temas «Kill4me», que junto a «Say 10» fueron la muestra de su último «Heaven upside down», aunque prefirió tirar de clásicos como «Irresponsible hate anthem», «mOBSCENE», la conocida versión del «Sweet dreams» de Eurythmics o un final con «Antichrist Superstar» y «The beatiful people». Y de la oscuridad del estadounidense a los daneses MYRKUR, en el tercer escenario. Un proyecto inclasificable que transita entre la lírica junto al pagan y al black metal, encabezados por Amalie Bruun, de blanco inmaculado con el pie de micro engalanado de flores y una banda de estricto negro con capucha. Una perfecta ambientación que remataban con la bandera de su patria girada convenientemente para parecer el símbolo del anticristo. Atmósfera envolvente, temas cadenciosos presididos por la bella voz de «mezzo» de Bruun, cantados en la lengua de Kierkegaard o Dreyer donde destacamos «The serpent», «Ulvinde» o «Manebrôt». Y de ahí, de nuevo al 1 a ver a los cabezas de cartel del día; unos AVENGED SEVENFOLD, a los que se considera los herederos de las grandes formaciones. No inventan nada nuevo, pues a veces recuerdan a Iron Maiden o a otros «totems» del metal clásico y lo convierten en una propuesta del estilo de las nuevas generaciones. Pirotecnia encima de las tablas y un público entregado tanto con las composiciones de su último «The stage» como con los anteriores «Nightmare», «City of evil» o «Hail to the king», donde en el tema homónimo sacaron un monstruo inflable como el Eddie de los de Bruce Dickinson, Steve Harris  y compañía. Cumplieron su propósito pero sobrepasaron diez minutos su hora y media, lo que provocó que A PERFECT CIRCLE, solo tocase seis canciones, a los que hay que sumar un retraso de veinte minutos por un problema en la PA, que deslució su rock progresivo, tan difícil de ver por estas latitudes y de una elegancia extrema, con un Maynard James Keenan soberbio en la voz y que seguro que casi todos los asistentes nos quedamos con ganas de más. Gracias al retraso de las dos bandas californianas pudimos acercarnos al cuarto escenario a ver la original propuesta de GALACTIC EMPIRE, que ataviados de villanos de «Star Wars», reinterpretan en clave metalera los inmortales temas de John Williams para la saga de «la guerra de las galaxias». Una «frikada» mayúscula que entronca directamente con el colofón del día, con la enorme sorpresa de CARPENTER BRUT, proyecto francés de electro rock, con sintetizador, guitarra eléctrica y batería y que nos lleva a las bandas sonoras de John Carpenter o a las compuestas por los Goblin o Fabio Frizzi para Dario Argento y Lucio Fulci, sumadas a las impactantes imágenes en pantalla, a modo de resúmenes de falsas películas «slasher» o «explotation». Una delicia para paladares exigentes y un espectáculo digno de verse y que recomendamos desde aquí. Una «joya» de disco su «Leather teeth», su original combo y un delirante final con una versión del «Maniac» de Michael Sembello compuesto para «Flashdance» pero inspirado en ese clásico del terror como es «Maniac» de William Lustig, tan a contracorriente que lo único grabado que llevaban eran las voces. Solo por cosas como esta, hay que agradecer al Download Festival su capacidad para elegir carteles.

@Alfredo Arias

VIERNES 29 DE JUNIO

La segunda jornada venía marcada por el concierto de GUNS AND ROSES, únicos que tocaron en solitario sin otras bandas solapándose por los otros tres escenarios, aunque llegamos justo antes del inicio en el 2 de THRICE, un metal alternativo con guitarras pesadas  contundentes y distorsionadas que en sus cuarenta minutos ganaron un buen número de adeptos (entre los que nos incluimos) con temas tan originales como «Hurricane» o «The artist in the ambulance». Los californianos nos convencieron más que los galeses BULLET FOR MY VALENTINE, que llegaban a presentar su reciente «Gravity», iniciando su actuación con los «singles» «Don´t need you» y «Over it», aunque vimos disfrutar más al público con sus clásicos «Your betrayal», «Tears don´t fall», «Scream aim fire» o «Waking the demon». Cuarenta y cinco minutos con su metalcore de siempre y gélidos en su puesta en escena, lo que hace que los no seguidores de su estilo al final se alejen de lo que sucede «encima de las tablas». Justo lo contrario que se puede decir de CLUTCH, a los que cincuenta minutos se nos antojan escasos y que llegaban con su «Book of bad decisions» bajo el brazo, un pedazo de disco donde nos ofrecieron canciones magistrales como «Gimme the keys», «Hot bottom feeder», «How to shake hands» o «In walks Barbarella», aunque los de Maryland, con un Neil Fallon espectacular de voz y una banda que suena a la perfección, repasaron su trayectoria orgullosos, ya que empezaron y finalizaron con «píldoras» como «X-Ray visions», «Firebirds!», la estratosférica «Electric worry» y «The mob goes wild».

@Sergio Albert

Una lección de rock que sirvió de aperitivo a GUNS AND ROSES y sus tres horas y cuarto de directo, quizás excesivo para un festival, con exceso de versiones y un Axl peor de voz que el año pasado en el Calderón https://rockthebestmusic.com/2017/06/cronica-guns-n-roses-madrid-estadio-vicente-calderon-04062017.html, cambiando el «Attitude» de Misfits por «New rose» de The Damned e interpretando «Slitter» de Velvet Revolver o «Used to love her» como novedades destacadas. Del resto pocas variaciones, que gustó a sus seguidores e irritó seguro a sus detractores. Así que sentimientos encontrados que dieron paso a uno de los conciertos del festival; el de los australianos PARKWAY DRIVE, todo actitud, y aptitud, comandados por un excelente front man como es Winston Mc Call y que dieron todo por ganar nuevos adeptos. A fe que lo consiguieron, cambiando la negativa opinión que teníamos de ellos, tras verlos en un festival en Interlaken (Suiza) donde su metalcore no nos sedujo lo más mínimo. Sea por que han ganado prestancia, que su Lp «Reverence» sea un buen álbum o que tengan una mejor puesta en escena el caso es que su hora cundió a la perfección y junto con Clutch fueron los más destacados en los «mentideros» de la Caja Mágica.

@Sergio Albert

SÁBADO 30 DE JUNIO

La jornada comenzaba con SHINEDOWN, buena banda de rock estadounidense a la que, como sucedió con Tesseract, perjudicó el horario, pues las 17.30 es demasiado pronto como para disfrutar una música bien ejecutada pero de ritmo cadencioso. Presentaban «Attention, attention», de la que solo tocaron «Devil» para concluir sus cuarenta minutos, aunque también nos dejaron «pinceladas» de sus anteriores «Amaryllis» y «The sound of madness» que dejaron paso a BARONESS, a los que su mezcla de punk y doom metal tampoco beneficia el tocar de día. Los estadounidenses llevan tiempo sin grabar pero lo que tocaron de sus coloridos discos «Yellow and green», Purple», «Red Album» y «Blue Record» lo hicieron con convicción y esa furia que les ha situado como uno de los grupos que hay que seguir. Y más si después llega la fiesta de THE HELLACOPTERS, que desde su reunión de hace tres años han tocado tres veces en España, mejor que en el Azkena donde interpretaron entero el «Superhitty to the max» y peor que en su segundo concierto en Vitoria. Aquí alternaron sus éxitos de siempre, no solo los de su disco debut (¡qué bien sonó «By the grace of god»!) aunque Dregen, animoso como siempre, se perdió en algún punteo, con Nicke Andersson  «al quite», se agradece su propuesta, sus ganas de agradar con su hard rock con tintes punk y una banda compacta, con su piano y sintetizador en escena y no grabado como otros muchos.

@Alfredo Arias

Tras los cincuenta y cinco minutos de los suecos, una hora para los daneses VOLBEAT, con Michael Poulsen cada vez más estrella, el grupo sonando de maravilla y un repertorio magnífico para un festival, con su mezcla de heavy metal con rock cincuentero y country. No solo su último «Seal the deal & let´s boogie» funciona sino que empiezan a tener una colección de canciones como «Lola Montez», «Sad man´s tongue», «16 dollars» o «Still counting» que les aupan como otro de los necesarios para la necesaria regeneración de bandas que como JUDAS PRIEST encabezaban el segundo escenario, que se quedó pequeño para la ocasión, con un Rob Halford mejor de voz que en la últimas veces que le había podido ver, un disco interesante como «Firepower» pero que dejó sus mejores momentos con los clásicos de siempre, tipo «Turbo lover», «You´ve got another thing comin´», «Hell bent for leather» o «Painkiller» y un final de fiesta fabuloso, con Glenn Tipton de vuelta y «Metal Gods», «Breaking the law» y «Living after midnight» que sumados a una escenografía sencilla pero funcional basada en imágenes en pantalla dio como resultado un interesante, y tal vez último en España, concierto de los británicos. Y desde el mismo lugar llegaba OZZY OSBOURNE, con Zakk Wilde sustituyendo a Gus G en la guitarra y con pánico a ver que ofrecían, como las lamentables actuaciones que recordamos en el Metalway de Zaragoza o en el Azkena o la mejor con Ozzy and friends y, sobre todo, con Black Sabbath. Tenemos que decir que esta nos devuelve al mejor Ozzy, mejor de voz aunque los años no perdonen, tengan que bajar los instrumentos y apenas se mueva, el «show» fue bueno, Zakk Wilde se comportó como un «guitar hero», con punteos inverosímiles, incluso con la boca, correcta puesta en escena con una gran cruz presidiendo el escenario y la pantalla proyectando sugerentes imágenes y un listado de canciones con himnos de todo tipo: desde los propios como «Bark at the moon», «Mr. Crawley», «I don´t know» (¡menudo inicio!), «No more tears», «Shot in the dark» o «Crazy train», entre otras, a las de Black Sabbath tipo «Fairies wear boots» o «War pigs», con el lucimiento de Zakk Wilde y unos bises con «Mama i´m coming home» y «Paranoid». Un soberano cabeza de cartel que hizo que el concierto de las L7 tuviese menos «punch» del esperado y su punk rock no llegase a conectar hasta su exitoso «Pretend we´re dead». Pedimos disculpas a las formaciones que hemos omitido por no poder verles, bien por cansancio o los desgraciados solapes. Prometemos compensarlo en sala.

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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