Hace tan solo un par de meses la leyenda viva Dino DiMuro lanzaba su nuevo álbum, una colección de singles e ideas basadas sobre todo en conceptos rítmicos, especialmente en los elaborados a partir de «drum machines» (de ahí el título del álbum). No es difícil pensar en las Madres de Zappa o proyectos inclasificables como género musical como Devo o Captain Beefheart al escuchar los primeros minutos de este álbum, que además cuenta con un buen elenco de músicos independientes y mainstream, amplificando la visión de DiMuro, colaboraciones que solo confirman la voz única y poderosa que posee el multi instrumentista y diseñador de sonido. ¿Sabemos qué quiere decir Dino DiMuro, una vez capta nuestra atención irremediablemente? Yo he colaborado con él en varias ocasiones, incluyendo un corte en este titánico álbum de sencilla premisa, y puedo asegurar que… no estoy del todo seguro al respecto. Pero lo dice con tanta fuerza, tanta vehemencia, que entre chistes privados y sátiras a Disney no es difícil emocionarnos o encontrarnos atrapados entre las construcciones armónicas cuasi disonantes, casi carnavalescas en ocasiones, que actúan cual firma en la esquina de un cuadro. De una serie interminable, inagotable de cuadros. Y que siga así.
DiMuro, que comenzó su carrera musical como guitarrista, llegando a telonear a Van Halen, dio a finales de los setenta un giro importante a su carrera profesional, convirtiéndose en diseñador y editor de sonido para producciones de Hollywood tales como Solo En Casa, Skyfall (Óscar al mejor montaje de sonido), el diseño sonoro de la serie Narcos, así como una interminable lista de películas y series de TV para directores como Ridley Scott, Oliver Stone o Cameron Crowe, recogiendo por el camino un Emmy, un British Academy Award e innumerables acreditaciones y reconocimiento global.

«Machine» es un disco imprescindible para los amantes del rock progresivo o el art pop, siendo una pieza reminiscente de ese proto prog no sinfónico de los Crimson de Levin, Bruford y Belew rodeando a Fripp, exento de pretensiones. Mientras el rock progresivo y el metal alternativo cada vez van más de la mano, entregándonos propuestas cósmicas, conflictos de inmensa gravedad, introspección tan grave y seria que inspira sentimientos religiosos (sí, estoy mirando a los fans de Tool), es profundamente refrescante encontrarnos con propuestas tan antagonistas, tan honestas e imprevisibles. Dino DiMuro nos recuerda a ese Southbound Pachyderm de Primus, esa intro de Tom Sawyer o ese Elephant Talk de King Crimson (bruuuu-ha-ha!), una época en la que la música progresiva y compleja no estaba exenta de humor y tenía su centro en el ritmo y el groove, no tanto en los músicos interpretándola. DiMuro es una celebración constante de la expresión artística. Ha estado en nuestras vidas desde los ochenta, escondido en las películas que más nos han influido e impactado, jugando a inventar subgéneros del rock en su tiempo libre. Su álbum más reciente, «Machine», es una invitación más a adentrarnos en su mundo, una que no te arrepentirás de aceptar.

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.
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